viernes, 29 de agosto de 2014

LO QUE CONTESTÓ LA LUCIÉRNAGA

Alegoría de la Noche
Battista Dossi (italiano, 1517-1548)


Un poeta persa cuenta lo siguiente. 

Un paseante curioso le preguntó a una luciérnaga:

-         - ¿Por qué razón sólo brillas por la noche?

La luciérnaga, en su particular lenguaje, le dio esta luminosa respuesta:

-         - Permanezco en el exterior igual de día que de noche pero, cuando el sol está en el cielo, no soy nada.


Donde brillan las estrellas

         Como todas las realidades y cosas de nuestro universo, la noche tiene varios significados, algunos formando dualidades irreductibles.  La noche es la oscuridad, pero a la vez la que permite ver la luz de las estrellas o, como sucede en el cuento, la luz de la luciérnaga.

De las noches de noviembre
Boris Margo
(ucraniano, 1902-1995)
         En la tradición griega, la Noche (Nyx) es hija del Caos y madre del Cielo (Ouranos) y la Tierra (Gaia).  Es muy prolífica, porque también engendra igualmente el sueño y la muerte, las ensoñaciones y las angustias, la ternura y el engaño.  La Noche recorre el cielo en un carro tirado por cuatro caballos negros, y es seguida por un cortejo formado por sus hijas, las que rigen el destino y las que aplican las leyes.

         Los antiguos maestros mayas enseñaban que “la noche es el manto de sombra que pasa, para que el espíritu inconsciente pueda hacer su trabajo”.  Es el momento de silenciar las acciones físicas, para que el trabajo interno se lleve a cabo.

         Para ese pueblo de América, el símbolo de la noche hacía referencia al equilibrio de las cosas, al descanso necesario después del desgaste de las energías que el día insume, teniendo como objetivo la paz.  La noche permite la comunicación con dos mundos, el de la vigilia y el onírico, dos dimensiones de una misma realidad, que son inseparables de una vida digna.

         Varias expresiones populares nos facilitan comprender la inmensa realidad de la noche.  Cuando no descansamos bien, hablamos de “mala noche”, y a los que queremos o respetamos les deseamos “buenas noches”. El cambio de fecha se da a la “media noche”, que nos sirve de referencia para hablar de “noche vieja”, y para celebrar la “Nochebuena”.  En muchos lugares se habla de quienes se divierten, como quienes salen a “romper la noche”.  La ternura, como hija, aparece especialmente en “noche de bodas”, pero si se desata la angustia, nos lleva a una “noche de perros”. “Hacerse de noche” es cuando empiezan los problemas, y éstos, al abarcar a la humanidad, se manifiestan como “la noche de los tiempos”.  Pero la “noche cerrada”, en algún momento, es vencida por la luz de las estrellas que, para ser vistas, necesitan de la oscuridad, como también la luciérnaga.


Compañera de estudiantes  

         En Oriente, la luciérnaga ha sido relacionada con el alma de los héroes inmortales.  En China es la compañera de los estudiantes pobres a los que proporciona luz para sus trabajos nocturnos.

Los nueve Señores de la Noche
Códice Borgia
(Puebla, México, antes del s.XV d.C.)
         En otras culturas encontramos características similares y complementarias.  Entre los guaraníes, el “bichito de luz” recibe el nombre de “isondú”.  Las leyendas hacen referencia a dos estados posibles de este escarabajo.

         Como bichito volador, recuerda el día en que el “Dios del mal” viene a la tierra pensando encontrar a los hombres dispersos y abandonados.  Pero en verdad se mantenían unidos y alegres gracias al fuego que les había dejado el Dios creador, Tupá.  El maligno, envidioso de esta situación, sopló en las fogatas fraternales de los hombres, intentando apagarlas.  De esta acción surgían también infinidad de chispas, a las que el “Dios del mal” perseguía para que no quedara rastro del fuego, y los seres humanos no se pudieran reunir.  Tupá, al advertir esta situación, transformó las chispas en bichitos de luz, de tal manera que el Adversario, sin darse cuenta de este cambio, perdiera su tiempo persiguiendo a estos insectos y dejara de embromar a los hombres.

Mujer cazando luciérnaga
Utagawa Kuniyoshi
(japonés, 1797-1861)
         La otra leyenda hace referencia a la etapa como larva de la luciérnaga, en la cual se arrastra y presenta veintidós puntos de luz en su abdomen.  Según cuentan los guaraníes, hubo en la antigüedad un joven muy apuesto, muy inteligente y bondadoso.  Sus conocidos, que envidaban estas cualidades, decidieron matarlo y le clavaron veintidós puñaladas.  El joven se convirtió en larva que en las noches cerradas con otras larvas forman caravanas, orientando y acompañando a los solitarios que se han perdido.


         La luciérnaga nos guía a través del mundo de la noche.  Un mundo en el cual se mezclan pesadillas y monstruos, las ideas negras.  Pero que también es un mundo fecundo, es un espacio y tiempo de preparación activa del nuevo día, donde brotará la luz de la vida.  El “bichito de luz” que acompaña humildemente al ser humano, y que reconoce su distancia de la Luz que todo lo transforma.




Paracas: La Noche
Fernando de Szyszlo
(peruano, nacido en 1925)


domingo, 17 de agosto de 2014

EL JOYERO

 
Los portadores de monedas y joyas de oro,
trofeos de armería real

Andrea Mantegna (italiano, 1431-1506)
Este cuento habla de una mujer que llevaba un cofre con joyas de diversos tamaños a una joyería. Justo ante la tienda tropezó, y el joyero cayó al suelo: la tapa saltó, y las joyas se desparramaron por todas partes.

Los empleados de la joyería salieron corriendo de la tienda para impedir que los transeúntes agarraran alguna de las alhajas, y ayudaron a recogerlas. Un avestruz que andaba por allí, pasó corriendo y, desapercibido en medio de aquel alboroto, se tragó la piedra más grande y valiosa.

Cuando la mujer echó en falta esa joya, empezó a lamentarse, y a pesar de buscar por todas partes, no pudo encontrarla. Alguien dijo: “La única persona que ha podido tomar esa joya es aquel mendigo que está tranquilamente sentado junto a la tienda.”

El mendigo, que era religioso, había visto al  avestruz tragarse la piedra, pero no quería que hubiera derramamiento de sangre. Por eso, cuando llegaron a él, le sujetaron e incluso le golpearon, se limitó a decir: “Yo no he agarrado nada.”
Naturaleza muerta con copa,
corona de flores y joyero

Jan Brueghel el Viejo
(flamenco, 1568-1625)
Mientras le golpeaban, llegó uno de sus compañeros y advirtió a la multitud que tuviera cuidado con lo que estaba haciendo. También le prendieron a él, y le acusaron de haber recibido la piedra del primer religioso mendicante, a pesar de que él lo negaba.

Esto es lo que estaba sucediendo cuando apareció un hombre dotado de conocimiento.  Reparando en el avestruz, preguntó: “¿Esa ave estaba aquí en el momento en que cayó el joyero?”

“Sí”, respondió la gente.

“En ese caso”, dijo él, “dirijan su atención al avestruz”.

Tras pagarle a su dueño el precio del avestruz, la mataron. En su estómago se encontró la joya perdida.


El avestruz no esconde la cabeza

         Aparentemente el cuento apunta a mostrarnos una confusión.  Se sospecha que el religioso mendicante es en realidad un aprovechador que, ante el tropiezo de la propietaria de las joyas, arrebata la más grande y valiosa.  Los empleados de la joyería salen en ayuda de la señora que se accidentó, para proteger sus bienes y no tanto para ver si se hizo daño.

El sombrero
de pluma de avestruz
Henri Matisse
(francés, 1869-1954)
         El relato tendría más tensión sin el detalle del avestruz comiendo la piedra preciosa tan al comienzo.  Pero el narrador apunta a otra enseñanza.  Otro indicio es que el mendigo, habiendo sufrido la acusación injusta de “arrebatador”, siendo golpeado por los presentes, es dejado de lado en el remate de la narración. 

         El que soluciona las cosas es un hombre dotado de conocimiento.  Y esta es la señal que se nos da para que busquemos lo que se nos quiere decir.  Se nos invita a ser detectives en los sucesos de la vida, y no quedarnos con las primeras evidencias que pueden ser engaños, producto del prejuicio y de la ambición.

         La palabra “avestruz” significa “gorrión grande como un camello”.  Esto es acertado, porque el avestruz es la más grande de las aves, llegando a medir hasta tres metros de altura, y pesar unos 180 kilogramos.  Tiene alas pero no vuela, las usa para alcanzar gran velocidad en su desplazamiento.  Come de todo, aunque no mastica.  En su voracidad puede llegar a ingerir piedras o minerales, que retenidas en su organismo ayudan a moler los alimentos.

Las joyas tienen una gama bastante extensa de significados.  En general son figuras del alma.  Es este sentido representa lo que es incorruptible de nuestro ser, aquello nuestro que estará para siempre.  Llevar una joya, es acarrear un símbolo de la verdad y de la perfección espiritual.  En varias culturas es la alianza entre el alma, el conocimiento y la energía para vivir.

La caza del avestruz
Blai Ametller
(español, 1768-1841)
Una visión degradada convierte a las joyas en símbolo de la vanidad y de ostentación económica. Esta mirada está en la mujer del cuento, que lleva las joyas en el cofre y que al tropezar, se le caen.  La verdadera joya, la riqueza interior, no se desparrama si el portador tiene un accidente.

A esto lo debemos unir al hecho de que la pluma de avestruz, muy usada en Egipto, es símbolo de justicia, equidad y verdad.  Además, el andar característico de esta ave, en marcado zigzag, es interpretado como el fluir de la vida.


Con estos nuevos datos el sentido de la narración se abre a otras interpretaciones.  Si nos quedamos con la visión degradada, todo termina en una injusta golpiza al mendigo y en la muerte cruel del avestruz.  Con una mirada más abierta y humana, nada de esto hubiera sucedido.  Por el contrario, la justicia, la equidad y la verdad estarían presentes y activas en los zigzagueantes caminos de la vida.


Sin título (de la serie joyería)
Mary Joan DeFeo
(norteamericana, 1929-1989)

domingo, 3 de agosto de 2014

EL COLLAR Y EL TIGRE

Orfei (tigre)
Mimmo Rotella
(italiano, 1918-2006)

Un joven llega ante un Maestro. Este lo mira con ojos tan intensos como los de una fiera. El santón es enorme y tiene tal energía que el discípulo tiembla.

 “¿Qué haces aquí?”

“¡Busco la luz!”

“¡Estás en medio del río y te quejas de que tienes sed!”

“¡No entiendo, Maestro!”

“Si resuelves esta adivinanza podrás comprender: En un bosque hay un tigre terrible que tiene un collar. ¿Quién se lo puede quitar?”

El estudiante responde: “¡Un hombre más fuerte que él!”

El Maestro le da un bastonazo en la cabeza. “¡Perezoso! ¡Vete y no vuelvas hasta que estés seguro de la respuesta!”

El joven, conteniendo la sangre que corre desde su cuero cabelludo, se interna en un bosque, a meditar. Después de muchos días vislumbra una respuesta. Corre hacia el Maestro.

“¡Le puede quitar el collar quien lo puso!”

Le responden: “¡Intelectual asqueroso!” Y le dan otro palo en la cabeza.

Llorando de impotencia, el discípulo vuelve a sus parajes solitarios. Odia al Maestro. Sin embargo regresa a verlo.

 “¡Es el tigre quien se puede quitar el collar porque él mismo se lo puso!”

“¡Imbécil romántico!” ¡Zas! ¡Palo! Ensangrentado, el joven se refugia en una caverna.

El joven, en un destello, ve por fin la respuesta. Dando un grito de alegría, corre hacia el Maestro. Se quita el cinturón. Lo ata alrededor del cuello del feroz santón y lo jala hasta sacarlo de su sitio. Allí se sienta él.

El Maestro ríe a carcajadas, lo abraza y le dice: “¡Ya eres tu propio amo; has triunfado! ¡Se ha encendido una luz!”


Indicaciones de búsqueda.

Hattara Sonja con su
tigre blanco

Utagawa Kuniyoshi
(japonés, 1797-1861)
         El relato fue construido a lo largo de varias generaciones.  Su semilla original es un “koan”, un problema práctico que los maestros de Oriente suelen presentar a sus discípulos para comprobar sus progresos.  En general son situaciones banales, absurdas o ilógicas. En este caso, es la pregunta sobre el collar del tigre. Para resolver los enigmas, el discípulo debe superar su pensamiento racional y buscar otro nivel de conciencia más profundo, y así adivinar qué es lo que el maestro realmente le está preguntando, lo que trasciende el sentido literal de las palabras.

         El cuento se ha enriquecido con la descripción de la búsqueda del discípulo.  En las respuestas atribuidas al discípulo del cuento, se pueden reconocer distintos maestros y discípulos, que aquí han sido unificados.  La respuesta final fue agregada en nuestro tiempo.

         El tigre evoca en nosotros las nociones de potencia y ferocidad, como algo negativo.  Pero los símbolos siempre son ambivalentes, abarcan aspectos positivos y negativos a la vez.  En Oriente simboliza la fuerza de la fe, del esfuerzo espiritual para atravesar la maraña del mal y la selva de los pecados.

         Bello, cruel, rápido, fascina y aterroriza.  En los sueños encarna un oscurecimiento de la conciencia, un conjunto de instintos que nos hacen sufrir.  Pero si en los sueños lucha contra los animales rastreros, entonces es símbolo de un nivel superior de conciencia. 

Con la ferocidad con que el hombre
está comiendo su sombra

Vasile Dobrian
(rumano, 1912-1999)
         En una de las tantas tribus primitivas que habitan en nuestro planeta, se afirma que el tigre, por su vida y por sus costumbres, es un hombre verdadero, que no toma el aspecto  de tigre más que temporalmente.  No se habla de que el tigre y el hombre se parecen, sino que son lo mismo.  En este sentido sería el hombre a veces feroz en sus instintos, otra veces potente en su fe y conquista del bien.

         La respuesta a la pregunta del maestro también está en el collar.  Este objeto simboliza una dignidad, una función o una atadura de esclavo o prisionero.  Quizás el problema no está en sacárselo sino en entender la dignidad que significa el collar.  Así se comprende la actitud del discípulo de desplazar al maestro de su lugar.


         En el relato se nos da una última señal, que nos permitirá saber si se ha logrado resolver el enigma.  Esa señal es la risa, que se muestra en la carcajada del maestro.  Encontrar la solución a los interrogantes de la vida nos hace entrar en un estado de mayor alegría.  Desde la sonrisa, hasta el inmenso placer de la felicidad, es el auténtico final para todas las preguntas que se nos crucen en la existencia.


Estudio para tigre
Ellsworth Kelly
(norteamericano, n. en 1923)