domingo, 18 de enero de 2015

EL CABALLERO Y EL HOMBRE





Caballero errante
Oskar Kokoschka
(austríaco, 1886 -1980)

Un caballero vio una serpiente venenosa justo en el momento en que se introducía en la boca de un hombre dormido. ¿Qué hacer? Si dejaba dormir al hombre, tarde o temprano la serpiente le mordería, lo mataría.

Entonces azotó al hombre con todas sus fuerzas. Lo despertó violentamente con un golpe de látigo y lo llevó hasta un lugar donde había un montón de manzanas podridas. Amenazándolo con su espada, obligó al hombre, que gritaba de rabia, a comer unas cuantas manzanas. Y después, sin prestar la más mínima atención a sus gritos, le hizo beber una buena cantidad de agua salobre.

-Pero ¿qué te he hecho, enemigo de la humanidad, para que me trates de esta forma?

Tras vanas horas de sufrimiento, insultos y lágrimas, el hombre cayó al suelo. Vomitó las manzanas, el agua y la serpiente. Al ver al animal comprendió lo que había hecho el hombre, le pidió perdón por haberlo insultado y le dio las gracias.
Caballero con caballo y serpiente
Victor Brauner
(rumano, 1903-1966)

-¿Por qué me has salvado? -le preguntó finalmente.

-Porque el conocimiento es la madre de la responsabilidad.

-¿Qué quieres decir?

El caballero permaneció en silencio. Ayudó al hombre a ponerse en pie y a limpiar sus ropas. Éste le dijo:

-Si me hubieses prevenido de la presencia de esa serpiente en mi estómago, habría aceptado tu tratamiento de buen grado.

-No lo creo -dijo el caballero.

-¿Por qué?

-Si te hubiese prevenido, no me habrías creído. O el miedo te habría paralizado. O habrías huido corriendo. O te habrías vuelto a dormir, intentando olvidar.

Y el misterioso caballero saltó encima de su caballo y se alejó a toda velocidad.


Lealtad

         La idea del caballero pertenece a una gran cantidad de culturas de muy distintos lugares, y representa una forma de plenitud del ser humano.
 
Bueno, malo, feo.
Paul du Toit
(sudafricano, n. en 1965)
         El caballero se entrega plenamente a sus creencias y compromisos vitales: Dios, una Dama, un Rey o un Pueblo.  Significa el rechazo de la corrupción ambiente, especialmente en su aspecto de felonía, de traición.  

         No son modelos sin falta, pues se manifiestan violentos, brutales, sensuales, groseros, impacientes.  Se vuelven importantes en tiempos de la guerra que pierde el Imperio Romano contra los invasores bárbaros.  Luego, con nuevos significados, el caballero pertenecerá  a una clase de guerreros que dominan, con exacta posesión, los medios necesarios para las metas perseguidas, a las cuales se entregan con pleno misticismo.  Son “señores de su montura”, siendo ésta su caballo, su propio sí, el servicio del rey, de la dama elegida, etc.

         A veces los ideales se pervierten en la dirección del poder o la riqueza.  Se erigen entonces en soberanos, es decir, defensores de su propio territorio, de su propio tesoro o sus propias elucubraciones.  Los caballeros, apropiándose de los bienes, se alienan de sí mismos.   

San Miguel
Gonçal Peris
(valenciano, 1380-1451)
         El caballero queda envuelto en un complejo combate, y en la intención de espiritualizar el combate.  La caballería da un estilo a la guerra, como al amor y a la muerte.  El amor se vive como un combate y la guerra como un amor; a uno y otro el caballero se entrega hasta la muerte.  Lucha contra todas las fuerzas del mal, también las que están en las instituciones de la sociedad.

         El arcángel San Miguel es visto como el antepasado de la caballería; ésta última es considerada la sucesora del ejército de ángeles al servicio del Señor.  La imagen de San Miguel con casco, coraza y una lanza en la mano, es la que anhelan las mentes exaltadas o los corazones generosos, ávidos de gastar sus fuerzas para mejorar el mundo.

         El caballero deja al hombre que salvó y parte por el camino de su vida que, en la tradición occidental, es la búsqueda de la copa sagrada, para beber de ella el alto manjar.  Algunos piensan que esa copa es el Cáliz que usó Jesucristo en su última cena.  Pero lo que todos sabemos es que alimentados por la comida celestial nuestra vida se convierte en alimento para los demás. 

         El cuento dice qué logra el caballero en el hombre, al salvarlo del veneno: despierta confianza, quita el miedo, evita la huida, y no nos deja sumergirnos en las ensoñaciones irresponsables. 

El caballero cristiano
Salvador Dali
(español, 1904-1989)