domingo, 15 de febrero de 2015

EL SUEÑO DEL HALVA

Figuras abstractas
Johannes Itten
(suizo, 1888-1967)





Un cristiano, un judío y un islámico que viajaban juntos se detuvieron en un albergue, donde alguien les llevó halva, el típico dulce de Oriente Próximo.  El judío y el cristiano no tenían hambre.  Le dijeron al islámico:

- Nos lo comeremos mañana.

-Pero, ¿por qué mañana? –preguntó el islámico, que tenía el estómago vacío-. ¡Dividamos este halva en tres partes y que cada uno disponga de la suya!

-¡Ni hablar! –dijeron los otros-. ¡Aquel que divide la obra de Dios merece el infierno!

Se fueron a dormir.

Por la mañana, después de la plegaria, se encontraron y decidieron contarse los sueños que habían tenido la noche anterior.  Aquel que hubiese tenido el sueño más hermoso recibiría la parte de aquel cuyo sueño fuese juzgado como el peor.

El judío empezó:

-Caminando, he soñado que me cruzaba con Moisés.  Lo he seguido hasta el Sinaí.  Una extraordinaria luz nos rodeaba y entonces vi que la montaña se separaba en tres.  Un trozo muy grande de la montaña cayó en el mar, otro encima de la Tierra, donde brotaron los riachuelos…

Y el judío continuó, contando su encuentro con profetas, prodigios y magníficos ángeles.

Después de lo cual el cristiano tomó la palabra:

-Jesús se me ha aparecido –dijo-.  Con él he subido hasta la altura del sol.  Lo que he visto no lo puedo describir, no se puede comparar con las imágenes de este mundo…
Sueño
Martiros Saryan
(armenio, 1880-1972)

Entonces se volvieron hacia el islámico, esperando que él les contase su sueño.

-Amigos míos –dijo-, mi sultán Mustafá se me ha aparecido.  Me ha dicho: “Uno de tus compañeros de viaje ha ido al Sinaí.  Camina acompañado por la verdadera palabra de Dios.  Está colmado de luz y amor.  El otro está en el cielo, ¡donde Jesús lo ha llevado con toda su gloria! ¡Venga, levántate!  Esta noche tus amigos han sido muy favorecidos.  Gozan de la compañía de los ángeles y las estrellas.  ¡Tú al menos aprovéchate del halva!  ¡No pierdas el tiempo!”.

-¿Y entonces? –preguntaron los otros dos.

-¿Cómo podría yo haber desobedecido aquella santa orden?  ¡Me he levantado y me he comido el halva!


Tres religiones

         El término “religión” proviene del latín, de tres etimologías distintas, que implican “re-elegir”, “re-leer” y “re-ligar”.  En el caso de las religiones involucradas en el cuento, las tres consideran que el hombre responde a la iniciativa divina.  Por eso los verbos originarios tienen el prefijo “re-”, que implica una segunda acción.  En las tres tradiciones, es la Divinidad la que elige primero, y el hombre vuelve a elegir al que lo eligió primero.  La fe es responder a un llamado.

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Abdul  Qader Al Raes
(emiratí, n. en 1951)
         La vida de fe supone, en el creyente, una manera de ver y asumir toda la realidad.  No es solamente una cuestión de privacidad con Dios, sino una aceptación del Ser Supremo, del Universo en su totalidad y de la humanidad en su conjunto.  Un creyente no puede separarse de estos aspectos de la totalidad.  En ellos vive, está sumergido y forma parte de ese todo. 

         La religión es la parte práctica, de acción, de la fe que se profesa.  En el cuento, los tres personajes no están en un lugar sagrado, sino en un albergue situado en el camino por el que están realizando un viaje.  En una circunstancia nada especial de la vida, en su descanso nocturno, muestran que su fe no es una declamación, sino que la viven cotidianamente.  Es muy interesante la indicación que hace el relato de los tres al levantarse: “Por la mañana, después de la plegaria…”.  Una religión cada uno, pero una misma actitud.

Sueño de  poeta
Odilon Redon
(francés, 1840-1916)
         Las miradas de las religiones son muy parecidas.  Todas buscan relacionarse con la Divinidad, tal como se las ha transmitido la propia tradición.  El conjunto de ellas también insiste en empezar con un sentimiento fraternal con los seres humanos, para llegar a actitudes amorosas y serviciales en la madurez de la fe.  Y las religiones coinciden en el respeto al medio ambiente y al universo.  Los creyentes se relacionan con el medio ambiente, y con el universo entero, tratando de aprender de la inmensa sabiduría que las cosas de la tierra y las del cielo manifiestan.

         En el cuento, cada uno de los tres hombres conoce la religión de los otros, y es respetado en su forma de expresión.  La resolución de la historia, más que una picardía del islámico, es de humanidad: come el que tiene hambre.  Los otros dos estaban satisfechos y pudieron soñar con grandeza.

         El relato nos indica mucho más que el reparto de un alimento.  Quiere que nos demos cuenta que todos somos regalados con alimentos más dulces que el “halva”, y mucho más nutritivos: la compañía respetuosa, la convivencia y el diálogo.


Sin título
Rafa Nasiri
(iraquí, n. en 1940)