domingo, 6 de diciembre de 2020

UN SUEÑO

 

Meando la luna
Pieter Brueghel, el Viejo
(brabanzón, 1525-1569)

Una breve historia nos presenta a un hombre que deseaba ardientemente hacerse rico. Sólo pensaba en el dinero, sólo rezaba por conseguir dinero. Un día de invierno, de regreso del templo, vio un gran monedero apresado en el hielo del camino. Pensando que sus plegarias habían sido por fin escuchadas, intentó sin éxito agarrar el monedero. El objeto seguía preso del hielo. Entonces el hombre orinó encima del monedero para fundir el hielo. Y se despertó en una cama completamente mojada.

 

Los distintos planos

Místicos
Xul Solar
(argentino,1887-1963)
            Nuestra vida se desarrolla en diferentes planos. Lo que sucede en una dimensión puede afectar a otra dimensión, como en este caso en el que el hombre quiere apropiarse del tesoro pero lo único que logra, en otro plano, es mojar la cama. Los diferentes planos de la realidad están unidos por la propia persona más allá de su voluntad. Algunos han representado esta condición humana dibujando una figura de hombre que tiene los pies en la tierra y su cabeza en el cielo.

 

Todas las culturas han planteado que la realidad está conformada por diferentes planos, aunque difieren en la cantidad de los mismos. Como ejemplo observemos que por un lado está todo aquello que se alcanza a través de los sentidos, lo que podemos ver, oír, tocar, gustar y oler. Pero, si seguimos mirando, a la vez podemos ver palabras u oírlas, cuyos sentidos están más allá del signo gráfico o de los sonidos. En el hecho cotidiano de conversar nos encontramos ya en diferentes planos de la misma realidad: ver u oír por un lado, entender por otro.

 

Adán
Hildegard de Bingen
(alemana, 1098-1179)

Sí permanecemos atentos vamos a descubrir que nuestro verdadero tesoro está en el hecho de que somos los ejes que unen los distintos aspectos de la realidad. Hay un signo que representa esta función ineludible del ser humano, más allá de sus decisiones. Se lo representa mediante dos triángulos equiláteros superpuestos, uno apuntando hacia arriba y otro apuntando en la dirección contraria. Al sobreponerlos nos da como resultado una estrella de seis puntas conocida como la estrella de David. Pero el signo está mucho más allá de cualquier religión o hecho histórico, mostrando lo que naturalmente es todo ser humano.

 

Un punto de partida para las culturas es ver al menos dos aspectos que afectan la vida de todo ser humano: el sueño y la vigilia. Ambos son considerados realidad, constituyendo los símbolos los elementos de comunicación para el ser humano que busca entender para encontrar sentido. En el cuento presentado los principales símbolos son el monedero y la orina.

 

Resulta relativamente fácil entender al monedero como símbolo de aquello que nos saca de la miseria, y de lo que puede hacer de nosotros gente poderosa para llevar adelante proyectos con suficiencia propia, pensando en el lado positivo de ser rico. Más oscuro es el símbolo de la orina, que sin embargo fue considerada sagrada cuando los dioses la derramaban sobre el mundo en forma de lluvia. En la antigüedad tuvo múltiples usos: jabón para la ropa y el cuerpo, blanqueadora de dientes, remedio contra mordedura de serpientes o enfermedades oculares. Alcanzó gran prestigio con la práctica de la uromancia, la adivinación del destino mediante la orina del consultante.

 

Podemos no creer en ciertos símbolos, pero lo que es inevitable para todos los seres humanos es atravesar constantemente los distintos planos de la maravillosa y única realidad, en la cual convivimos todos los seres dotados de espíritu.


Gestos rituales
     Boleslaw Biegas
     (polaco, 1877-1954)