domingo, 14 de febrero de 2021

UN ESPEJO EN EL DESIERTO

Filósofo con espejo
José de Ribera
(español, 1591-1652)

 Se cuenta la historia de un hombre de horrible fealdad que atravesó a pie el desierto. Vio algo que brillaba en la arena. Era un trozo de espejo. El hombre se agachó, agarró el espejo y lo miró. Nunca antes había visto un espejo.

— ¡Qué horror! —exclamó—. ¡No me extraña que lo hayan tirado!

Tiró el espejo y prosiguió su camino.

 

Luz de luna
Félix Vallotton
(suizo,1865-1925)

La verdadera imagen

 

El espejo acompaña la vida del ser humano desde los tiempos primitivos. Los primeros espejos son casi todos de metal: oro, plata, bronce, latón, cobre, acero. En algunos casos son de obsidiana, que es un vidrio natural de origen volcánico de color negro o verde muy oscuro.

 

El uso ordinario del espejo es para el aseo personal, pero la experiencia con este objeto es muy amplia. Se lo ha usado para la magia, para la adivinación y ha tenido múltiples usos en las religiones. Se aprecia al espejo por su valor simbólico.

 

Se dice del espejo que es el símbolo de la imaginación o de la conciencia, ya que tiene la capacidad de reproducir los reflejos del mundo visible en su realidad formal. Algunos lo han relacionado con el pensamiento, pues es en el vehículo mental donde se produce la autocontemplación y reflejo del Universo. Estas referencias vinculan simbólicamente al espejo con el agua reflejante, sea la del remanso de un arroyo o la superficie quieta de un inmenso lago. En el mismo sentido, la función del espejo es esencial en el mito de Narciso.

 

Espejo del sol
Manuel Rivera
(español, 1927-1995)

Además de relacionarse con el agua, también lo hace principalmente con la luna, precisamente por su condición reflejante y pasiva, pues recibe las imágenes como la luna la luz solar. Los mejores espejos son los que se realizan con plata, metal consagrado a la luna. Los antiguos creían que la plata era producida por los propios rayos de la luna. Así el espejo y la plata aparecen relacionados con todas las diosas lunares, ya que forman parte de sus atributos y emblemas.  

 

El cuento habla de un hombre de horrible fealdad, calificación producto de la cultura, no de la realidad completa. El hombre que atraviesa el desierto es una descripción muy ajustada de nuestra condición terrenal, de nuestra contingencia. En nuestra vida hay muchos espejos culturales, la mayoría de los cuales deforman nuestra verdadera imagen.

 

Nuestra alma es un espejo de la Belleza incorruptible. Es una participación, y no solamente un reflejo: así el alma participa de la belleza en la medida en que se vuelve hacia ella. Con este criterio asumamos lo que muestre la belleza en el hombre y dejemos en el camino los espejos que deforman.


Pintura
Amadeo de Souza-Cardoso
(portugués, 1887-1918)