domingo, 27 de agosto de 2017

EL DORMILÓN DE KOPPUR

Dormido
Viktor Popkov
(ruso, 1932 - 1974)

 En un pueblo de la India llamado Koppur, vivía un enigmático hombre que -según contaban los veteranos- llevaba dormido más de 30 años y que por las noches se paseaba sonámbulo. Los vecinos ya se habían acostumbrado a esta rareza, pero el dormilón siempre era tema de conversación, pues nadie sabía a ciencia cierta la razón de su somnolencia.

Los visitantes que pasaban por el pueblo se divertían contemplándolo y no fueron pocos los turistas extranjeros que llegaron a la localidad para sacarse una foto con aquel hombre.

A lo largo de los años, médicos y curanderos analizaron al durmiente sin poder encontrar una razón lógica de su afección.

Pero un buen día llegó al pueblo un reconocido Maestro espiritual y el alcalde de Koppur le pidió que fuera a la casa del dormilón para tratar de determinar las causas del largo sueño y si había posibilidades de curarlo.

El Maestro accedió a la petición y visitó el dormitorio del hombre dormido, acompañado por un enorme grupo de curiosos. Se sentó junto a su cama, lo miró con atención, cerró sus ojos y colocó su mano sobre su cabeza, tratando de concentrarse y abstrayéndose del bullicio ocasionado por los vecinos.

Finalmente el hombre sabio abrió sus ojos, miró al alcalde y sonriendo a la multitud, dijo:
-Queridos amigos, he podido comunicarme de una forma especial con esta persona que duerme ininterrumpidamente desde hace más de 30 años, y finalmente he encontrado la causa de su extraño comportamiento. Este buen hombre está soñando que está despierto y, entonces, no tiene ninguna intención de despertarse.


Para despertar, es necesario aceptar que estamos dormidos

         El sueño es un elemento necesario de la vida humana, pero también misterioso. Ofrece un aspecto doble. Por un lado es reposo que regenera al hombre, y por otro lado puede indicar que el hombre está sumergido en la noche tenebrosa. El sueño es fuente de vida y figura de la muerte, y por esta razón ofrece diferentes significaciones según las culturas.
El sueño atormentado de Cristo
 recuperó el Paraíso
William Blake
(británico, 1757-1827)

         Estas vertientes simbólicas del sueño se encuentran a lo largo de toda la Biblia. El aspecto benéfico ya está presente en el origen, cuando Adán, el primer hombre, le pone nombre a cada ser viviente, a todos los animales del campo y a cada pájaro del cielo. En este inmenso panorama, Adán no encuentra la ayuda adecuada. Entonces Dios hace caer un profundo sueño sobre él, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al varón. El hombre exclamó:
“¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Se llamará Mujer,
porque ha sido sacada del varón”.(Libro del Génesis)

         En otros casos el dormir indica la confianza y el abandono, como cuando Jesús atravesaba junto a sus discípulos el Mar de Galilea y se desató una tremenda tormenta que desesperó a los tripulantes de la barca, a excepción de Jesús que reposaba tranquilamente en la popa, durmiendo sobre el cabezal. La misma confianza que se nos invita a tener en la Carta a los Efesios, en el capítulo cinco: porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: 
Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos,
y Cristo te iluminará. 


El Sueño y los Perdidos y Encontrados
Cecily Brown
 (británica, n. en 1969)

         Pero el dormir puede significar que han caído las tinieblas sobre el hombre. En el Libro de los Provebios, en el capítulo seis, se dice: ¿Hasta cuándo estarás recostado, perezoso, cuándo te levantarás de tu sueño? “Dormir un poco, dormitar otro poco, descansar otro poco de brazos cruzados”: así te llegará la pobreza como un salteador y la miseria como un hombre armado. Peor todavía es lo que sucede a Sansón cuando se duerme en el regazo de Dalila y ésta le hace cortar el cabello; luego sobrevendrá el desastre y la muerte de Sansón.

         Según Job, acostarse a dormir es para siempre, es muerte en el sentido más profundo: no existir. En su desesperación pide que Dios lo perdone, que no se fije en sus culpas. Dice: ¿Por qué no perdonas mis ofensas y pasas por alto mis culpas?
¡Mira que muy pronto me acostaré en el polvo, me buscarás, y ya no existiré!  A medida que crece su drama, Job irá expresando con más claridad el sentido de sus angustias: Pero el hombre, cuando muere, queda inerte; el mortal que expira, ¿dónde está? El agua del mar se evapora, un río se agota y se seca: así el hombre se acuesta y no se levanta; desaparecerán los cielos, antes que él se despierte, antes que se alce de su sueño. Finalmente logra formular la pregunta fundamental: Un hombre, una vez muerto, ¿podrá revivir?


          El cuento nos acerca a estas dimensiones del dormir, pero sin angustia ni dudas. Hay una sonrisa en el hombre espiritual cuando da su diagnóstico sobre el dormilón. Nos recuerda que hay un despertar final, una plenitud que dará sentido a todo lo vivido. Para la Biblia, esa vigilia definitiva tiene como fuente una relación de amor, no es una situación solitaria como el durmiente, sino de encuentro y de intercambio. El texto sagrado usa el símbolo de la Amada, a quien el Amado le hizo abrir los ojos: 

“Te desperté debajo del manzano,
allí donde tu madre te dio a luz,
donde te dio a luz la que te engendró.” 
(Cantar de los Cantares, cap. 8).

Despertará
Paul Klee
(suizo, 1879 - 1940)  



domingo, 13 de agosto de 2017

LA ANCIANA Y SU GALLO

Gallo
Gao Jianfu
(chino, 1879-1951)

La anciana que vivía en una granja observó que su gallo cantaba siempre a la misma hora, minutos antes de comenzar el día; pensó entonces que era el canto de su gallo el que producía la salida del sol.

Los vecinos molestos por el canto, protestaron. La anciana decidió entonces irse a vivir a otro pueblo llevándose el gallo.

La primera madrugada en su nuevo hogar fue igual que siempre: el gallo cantó y el sol comenzó a elevarse sobre el horizonte. Poco a poco la claridad invadió el lugar.

La mujer pensó:

- "Lo lamento por la gente del otro pueblo a quienes dejé a oscuras para siempre".

Le extrañó que nunca la hubieran llamado para que regresara.


Nada es permanente

         El cuento está cargado de símbolos. Dos están resaltados por el título del cuento, pero en su interior hay muchos más, como son el amanecer, la granja, los vecinos, la luz y la oscuridad, el horizonte, la hora, el hogar, y otros que van surgiendo en lo que se relata y en su trasfondo. Esta es la riqueza de los relatos, de donde podemos sacar muchas enseñanzas y orientaciones.
Retrato de una anciana
Guido Reni
(italiano, 1575-1642)

         Conviene tener en cuenta que los símbolos tienen muchos significados y casi siempre ambiguos, pues aparecen sentidos positivos y negativos. Tomemos el caso del gallo. Para culturas muy antiguas, este animal representa las cinco virtudes principales: las virtudes civiles, por su cresta que indica autoridad y su urbanidad, como un orientador de la comunidad de pertenencia; representa a la vez las virtudes militares, puesto que porta espolones, un arma de guerra. El gallo es símbolo de la valentía, en tierras en donde se aprecian las riñas de esta clase; a la vez se lo reconoce como símbolo de la bondad, porque comparte su alimento con las gallinas; indica también la confianza, por la seguridad con la que anuncia el alba.

         Pero en otras culturas el gallo es un símbolo excepcionalmente nefasto: es un veneno, junto al puerco y a la serpiente. Es el deseo desbocado, el apego, la codicia y la sed de posesión. En Europa en ocasiones se lo toma como imagen de la cólera, la explosión desmesurada del deseo y la violencia.

         El cuento resalta un aspecto del gallo muy elogiado en todas las tradiciones: es el animal que anuncia el alba, por lo tanto un símbolo solar. En la tradición cristiana, es un emblema de Cristo, como lo son el cordero y el águila. Pero él pone de relieve el aspecto solar del Señor: luz y resurrección. Se lo coloca en la cima de los templos como una veleta, para evocar la supremacía de lo espiritual en la vida humana. Nos recuerda que nuestro camino es hacia el amanecer, y su canto nos dice que ya comienza la iluminación, que no es otra cosa que nuestra salvación disipando las últimas tinieblas de la noche en nuestras almas.
Presente antiguo
Linda Saccoccio
(norteamericana, contemporánea)

         Esta riqueza posee la anciana con su gallo. Por eso en su ingenuidad intuye que al irse de una vecindad la deja desprovista de amanecer. La mujer se extraña que no la llamen después, y esta es la enseñanza que tiene que asimilar. Viendo su nuevo entorno y recordando sus pasados vecinos aprenderá, si presta atención, que todo en la vida pasa, que vivir es cambiar. Ocupamos un lugar significativo en un grupo humano, pero eso se termina, y lo nuevo también pasará, nada es permanente.

         La anciana es invitada a observar en profundidad su presente, de la misma manera que vemos cómo en cada amanecer se ilumina nuestra vida. El presente de la mujer es nuestro presente más profundo, pues en él se va produciendo constantemente el aumento de la luz, de la misma manera que cada madrugada lentamente se alumbra nuestra existencia. El gallo es símbolo del tiempo, cantando cada salida del sol hasta que nuestra alma quede iluminada para siempre.     



Iluminación
René Magritte
(belga, 1898-1967)