jueves, 7 de abril de 2022

EL NARANJO

 

Madonna de las naranjas
Ismail Shammout
(palestino, 1930-2006)

En un camino cercano al pueblo, había un naranjo que daba jugosas naranjas. Algunos transeúntes, al apreciar las tentadoras frutas, detenían su marcha y se trepaban al árbol para arrancar algunos de sus frutos.

 

Un día, frente al árbol un mercader colocó un cajón y empezó a vender un jugo de naranja exquisito. La mayoría de los caminantes supuso que el comerciante había comprado el árbol mientras que otros se alegraron de que no tuvieran que treparse más para alcanzar las naranjas. Lo cierto es que el negocio prosperó, ya que el árbol era enorme y parecía dar fruto todo el año.

 

Después de algunos años, el mercader murió y frente al árbol aparecieron varios comerciantes que vendían jugo, cada uno de ellos prometiendo «el mejor jugo».

 

Las personas habían olvidado el árbol original, pero un buen día un joven caminante se detuvo frente a los puestos de venta, caminó hacia el naranjo, se trepó por sus ramas ante la mirada atónita de los clientes y los comerciantes, arrancó una de sus frutas, la peló y se sentó en el suelo a comerla.

 

A partir de ese día, los caminantes se dieron cuenta que el naranjo -contrariamente a lo que siempre habían supuesto- no era propiedad de nadie y descubrieron además que tenían la opción de comprar el jugo a los intermediarios o arrancar por sí mismos las naranjas.

 

La fuente

Aquí, allá
Odili Donald Odita
(nigeriano, n. en 1966)


La mitología griega nos habla de un jardín muy hermoso que se hallaba en las montañas de Atlas vigilado por tres ninfas, las Hespérides. Ese jardín estaba repleto de árboles con manzanas de oro, que habían sido regalo de bodas a la diosa Hera, cuando se casó con Zeus, por parte de Gea, es decir, la Tierra. Esas manzanas de oro, según algunas versiones, serían en realidad naranjas, frutos dorados que proporcionaban la inmortalidad a los que se alimentaban de ellos.

 

El naranjo es muy valorado pues posee una historia de más de 20 millones de años, con sus orígenes anclados en el sudeste asiático. Pertenece a un grupo de plantas que comprende también al limonero, al mandarino y al pomelo. El árbol del naranjo amargo llegó a occidente a través de la Ruta de la seda, después de haberse extendido a Japón y la India. Los árabes lo introdujeron en el sur de España y después a toda Europa, utilizándolo con fines sobre todo decorativos por lo llamativo de los frutos y las flores. Recién hacia 1520, el portugués Vasco da Gama introduce las nuevas variedades de naranjas de China que resultaban más dulces y de mejor calidad.

 

Las naranjas fueron muy estimadas por los piratas, pues eran un remedio eficaz para curar la enfermedad del escorbuto, muy común entre los navegantes que pasaban mucho tiempo embarcados. Si relacionamos esta propiedad sanadora con la idea china que consideraba a esta misma fruta como signo de fecundidad, y también con el sentido de los mitos griegos, podemos concluir que las naranjas son símbolos de salud, fecundidad y sabiduría.

 

Naranja y amarillo
Mark Rothko
(letón, 1903-1970)
En el relato podemos considerar al naranjo como una fuente de los tres bienes mencionados. El mercader es como un maestro que ayuda a las personas a relacionarse con los bienes que la planta entrega generosamente. Su tarea es exprimir los frutos y así facilitar a las personas el acceso a los dones. Muerto el mercader aparecen otros comerciantes que aparentemente hacen lo mismo, pero en realidad ocultan, a sabiendas o no, que hay acceso directo a la fuente. Dejan de ser un puente hacia los bienes para convertirse en una barrera, simulando propiedad sobre los mismos, e imponiendo el juego ilusorio del mejor jugo.

 

Llega finalmente el joven caminante, símbolo de tantos maestros amorosos que acompañan a la humanidad en su derrotero, que muestra el acceso directo a la fuente de salud, de fecundidad y de sabiduría. Sin levantar la voz, sin ejercer violencia, dando el ejemplo, se alimenta de este fruto dorado del sol.

 

El camino del conocimiento nos lleva siempre hasta el árbol. A veces nos viene bien que nos den el jugo exprimido. Pero hay un principio que es fundamental para alcanzar la plenitud: "Quien tiene acceso a la fuente, no bebe del jarro".


Sol ardiente de junio
Frederic Leighton
(inglés, 1830-1896)


 

martes, 1 de marzo de 2022

EL CORAZÓN PEREGRINO

 

Arunas Zylis
(lituano, n. en 1953)

 

En su cabaña de la montaña, el sabio ermitaño recibió con alegría a un noble caminante que llegaba hasta él después de un largo viaje.

 

Era un día muy frío, con fuertes vientos y una copiosa lluvia que parecía no parar.

 

El viejo preguntó: “¿Cómo has logrado llegar hasta este lugar tan lejano y con este clima terrible?”

 

Y el viajero respondió: “En verdad, mi corazón iba adelante, avanzando sin parar. Y lo único que tuve que hacer fue seguirle”.

 

Sigue tu corazón

Esther Mahlangu
(sudafricana, n. en 1935)

 

La figura geométrica que se usa para simbolizar el corazón es un triángulo invertido. De esta manera, se parece a un recipiente en el cual se depositan los bienes del cielo que vivifican al ser individual. En el corazón reside el principio divino del hombre, un principio pequeño, sutil e invisible, que en la tradición se lo asimila a un grano de mostaza.

 

El corazón es el centro del ser humano, pues allí recibe el aliento vital y la luz de la inteligencia, bienes que lo sumergen en el amor y la sabiduría. Es centro porque desde ese punto el hombre está unido al universo, formando parte del mismo. No se puede pensar el ser humano sin el cosmos ni al cosmos sin cada ser humano.

 

En este contexto de espiritualidad, la exhortación sigue tu corazón nos lleva a la vida auténtica. El seguimiento nos hará pasar por distintos lugares y paisajes, que pueden ser pruebas o revelaciones. Veamos algunas circunstancias que el relato señala.

Misterios
Lee Krasner
(norteamericana, 1908-1984)

 

El peregrino del cuento pasa por el frío, que junto al calor, simbolizan los pares que deben ser armonizados para la salud corporal y del alma. Otra señal son los vientos, de los cuales la tradición humana desconoce el origen, por lo que los atribuye a seres relacionados con la divinidad. El viento, que a veces es representación de vanidad e inconstancia, también es soplo de origen celeste. Finalmente la lluvia, que parece impedir el desplazamiento del peregrino, es también principio activo que, desde arriba, fecunda la tierra, es decir, multiplica las virtudes del corazón.

 

Sigamos el corazón para encontrarnos con el maestro que allí está, paciente y comprensivo, que nos revelará las enseñanzas que necesitamos para seguir transitando el mundo infinito de nuestro corazón.


La Bestia
Jim Dine
(norteamericano, n. en 1935)


sábado, 5 de febrero de 2022

EL ACEITE DE BACALAO

  

De El libro de la caza
Gaston III de Foix
(francés, 1331-1391)

Convencido por su veterinario de las bondades del aceite de bacalao para las mascotas, un hombre decidió administrárselo a Dino, su pastor alemán. Para lograrlo, lo sujetaba con fuerza entre las rodillas, le abría la boca y con un embudo le obligaba a beberse el aceite.

 

El perro se resistía y hasta gruñía, pero el dueño no se daba por vencido pues sabía que ese líquido era realmente beneficioso para la salud del animal.

 

Todos los días se repetía la misma escena: el perro se escondía, el dueño lo sacaba con la correa, lo agarraba con fuerza y vertía el aceite en su boca.

 

Un buen día, Dino pudo escaparse de su dueño y, en el forcejeo, el aceite se cayó al piso.

 

Y en ese momento, el dueño contempló como el perro se acercaba al charco de aceite y lo lamía sin problemas. En ese momento, el hombre se dio cuenta que Dino no rechazaba el medicamento sino la forma de administrarlo.

 


La tradición

 

Composición
Mario Sironi
(italiano, 1885-1961)

La primera correspondencia que surge de este cuento se relaciona con las enseñanzas de la espiritualidad, un beneficio indudable para la vida humana. Acercarse a los bienes del espíritu como son la música, la prosa y la poesía, las artes visuales y otras expresiones, es sumergirse en cosas que darán felicidad. Son tesoros que nos llevan a la meditación y a la contemplación de lo sublime, a una actitud de plenitud.

 

El problema se presenta cuando los métodos no son los adecuados para acceder a los bienes del espíritu. Así como el dueño del perro somete con violencia a su mascota para darle el aceite de bacalao, que sin duda es algo beneficioso, se suelen imponer disciplinas y normas coercitivas que supuestamente nos llevan a los tesoros del espíritu. Estos no son los caminos hacia la plenitud porque en el mundo de la espiritualidad no hay caminos preexistentes sino que se hacen al andar.

Composición II
Filipo De Pisis
(italiano, 1896- 1956)

 

Si realmente se quiere transmitir bienes lo único que cabe es la simple invitación a "vengan y vean", sin imposiciones y sin ningún condicionamiento. Es cómo se expresa el Salmista, en las Sagradas Escrituras (Salmo 34,9): "¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!". Es notable que saber, de donde deriva sabiduría, y gustar tienen la misma etimología, vienen del latín sapere. Junto a la invitación cabe solamente el testimonio, la luz de libertad que irradia el invitante.

 

Otra pista que nos da el cuento es el aceite de bacalao. Tiene una amplia variedad de beneficios. Contiene una vitamina que ayuda a fortalecer el tejido de los huesos y de las uñas. Alivia el dolor en las articulaciones para las personas que padecen de artritis. Aporta otra vitamina que fortalece el sistema inmunológico. Sus ácidos grasos protegen y previenen contra las múltiples enfermedades oculares, y ayudan a reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Y tiene otras propiedades referidas al sistema digestivo.

 

¿Cómo se llegó a saber de tantos beneficios en el aceite de bacalao? Se fue transmitiendo de generación en generación, de pueblo a pueblo, de una civilización a otra. Recurramos de nuevo a la etimología. Transmitir viene del latín tradere, que también dio origen al término tradición. Los grandes beneficios de la naturaleza y de la cultura dependen fundamentalmente de la tradición, es decir, de la reunión de invitaciones que nos hacen desde siempre a "gustar y ver", y que forman el tesoro de libertad, de humanidad y plenitud que se nos ofrece a manos llenas.


Una primavera
Gino Severini
(italiano, 1883- 1966)




domingo, 12 de diciembre de 2021

EXPECTATIVAS

  

Bahía
Margit Selska
(ucraniana, 1900-1980)

En las montañas del norte de la India, vivía un hombre que -como la mayoría de las personas de la región- nunca había tenido la posibilidad de ver el mar.

 

En un momento de su vida, una idea fue abriéndose paso en su cabeza: «Deseo ver el mar antes de morir».

 

Tras fijarse esta meta, el hombre comenzó a ahorrar dinero y a sacrificar su tiempo, consiguiendo trabajos extras que le permitieran desplazarse al lejano mar.

 

Después de un par de años de esfuerzo, reunió el dinero necesario para pagar el tren hasta la costa del sur. Durante el viaje, se sentía entusiasmado porque estaba a punto de cumplir su sueño.

 

Cuando llegó a su destino, en Varkala, inmediatamente caminó hasta la playa y se puso a observar con detenimiento el magnífico espectáculo: la belleza de las olas, la espuma, el viento fresco, las palmeras…

 

Finalmente hizo lo que siempre había esperado hacer: meterse en el mar. Después de penetrar unos pasos, tomó con sus palmas un poco de agua y la llevó a su boca para probarla. ¡Puaj! Aquello no era lo que esperaba y la escupió al momento.

 

En ese momento, desencantado, el hombre dijo: «¡Qué lástima que el mar tenga un gusto tan feo siendo tan hermoso! Realmente esto no es lo que esperaba».


El rumbo del deseo

 

El mar
Georges Papazoff
(búlgaro, 1894-1972)

La palabra deseo tiene un doble origen. El antecedente directo, desidium, significa ociosidad, pereza, inspirada en un verbo que significa permanecer sentado o detenerse. El otro origen es indirecto, por analogía. Se basa en un término astrológico que es desiderare, que significa la privación de un astro o el declinar de un astro por el horizonte. De esta consideración nace echar de menos, echar en falta que parece estar en la base del significado clásico del verbo desear.

 

En el pensamiento humano, el deseo es el que lleva a la desilusión. El ejemplo está en el cuento. El mar es un símbolo inmenso y conmovedor. Como tal es la fuente de la vida y es el abismo en el cual no podemos vivir. Encierra en sí mismo misterios que no sabemos si alguna vez se lograrán desentrañar. Su contemplación, sin acompañamiento adecuado, puede enloquecer nuestra mente. Y si nos dejamos arrastrar por el deseo bastará un poco de su agua en la boca para que la desilusión arrase con el misterio.

 

Sin título
Maqbool Fida Husain
(indio, 1915-2011)

El deseo de vivir lleva siempre un mensaje de muerte. El deseo es control y dominio, es posesión. Es cierto que nos lleva a descubrir el misterio, pero no es el misterio. Al poseer surge la desilusión de algún aspecto, de alguna cualidad y nos quedamos estancados en lo efímero añorando la inmensidad.

 

Para evitar los daños del deseo no tenemos que enfrentarlo, sino reconvertir sus fuerzas. Más que posesión es dejarme poseer, y que el misterio me controle y me domine. Un ejemplo muy valioso es el del pueblo de Dios en el desierto. Llegando a la Tierra Prometida, el Misterio les enseña a vivir en plenitud. En el Libro del Deuteronomio (capítulo 8,12-17) está consignado:

 

Y cuando comas hasta saciarte, cuando construyas casas confortables y vivas en ellas, cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todas tus riquezas, no te vuelvas arrogante, ni olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres. Así te afligió y te puso a prueba, para que tuvieras un futuro dichoso. No pienses entonces: "Mi propia fuerza y el poder de mi brazo me han alcanzado esta prosperidad".

 

    Así queda transformada la fuerza del deseo y nos lleva a lo definitivo, a la casa permanente. El deseo nos muestra el símbolo, pero el Misterio nos lleva, poseyéndonos, a su morada. Lo efímero tiene el inmenso valor de mostrarnos el rumbo hacia lo definitivo, pero es Dios mismo el que toma la iniciativa de llevarnos desde nuestro origen a nuestro final. 

Composición
Syed Haider Raza
(indio, n. en 1922)


domingo, 28 de noviembre de 2021

PERCEPCIÓN

 

La cámara encantada
Carlo Carrá
(italiano, 1881-1966)

 

Consta que alguien dijo al gran filósofo Saadi:

“Deseo la percepción y así me haré sabio.”

Saadi dijo:

“La percepción sin sabiduría es peor que no tener nada en absoluto.”

Entonces se le preguntó: “¿Cómo puede ser esto?”

Saadi respondió:

“Como en el caso del buitre y del milano. El buitre dijo al milano. “Tengo más alcance de vista que tú, porque puedo ver un grano de trigo en el suelo, mientras que tú no puedes ver nada en absoluto.”

“Los dos pájaros descendieron en picado para encontrar el grano de trigo, que el buitre podía ver y el milano no. Cuando estaban muy cerca del suelo, el milano vio el grano de trigo. El buitre continuó su descenso y se tragó el grano. Y después se murió, porque el trigo ¡estaba envenenado!”

 

 Percepción espiritual

 

Cosechadoras de uvas
Felice Casorati
(italiano, 1883-1963)

La palabra percepción proviene del latín perceptio, compuesta del prefijo per, que significa por completo, y el verbo capere, que significa capturar. Indica la acción y efecto de capturar por completo las cosas. Es tener la capacidad para recibir mediante los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas para comprender y conocer algo. Es el proceso cognoscitivo a través del cual somos capaces de comprender su entorno y actuar en consecuencia.

 

La percepción interpreta la información y establece la idea de un único objeto. Esto significa que es factible experimentar diversas cualidades de una misma cosa y fusionarlas a través de la percepción, para comprender que se trata de un único objeto.

 

No es lo mismo percepción que sensación. Una sensación es una experiencia que se vive a partir de un estímulo, es la respuesta clara a un hecho captado a través de los sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Una percepción es la interpretación de una sensación. Aquello que es captado por los sentidos adquiere un significado y es clasificado en el cerebro, usando la memoria de experiencias previas o enseñanzas adquiridas del entorno. Por eso se dice que la sensación es lo que precede a la percepción, pero no son sinónimos.

 

Existen factores biológicos de la percepción, con los cuales nacemos, todo lo que llamamos el aparato sensorial. Pero hay otros factores de la percepción que son aprendidos, que corresponden a la forma en que registramos nuestro entorno y que se modifican a lo largo de nuestra vida a través de las experiencias personales o de la comunidad de pertenencia.

 

La puerta morada
Mario Tozzi
(italiano, 1895-1979)

Pero el cuento quiere mostrar la percepción espiritual, a la que en la antigüedad se le atribuían sus propios sentidos. Este tipo de percepción se refiere al ilimitado universo de la relación del hombre con Dios, tan inmenso que solamente puede ser vislumbrado con símbolos, como hace el sabio Saadi (persa, 1213-1291) respondiendo a la inquietud del buscador.

 

Otro ejemplo de la percepción espiritual está en un comentario de Orígenes de Alejandría​ (c. 184-c. 253) al Cantar de los Cantares.

Cristo se convierte en algo peculiar para todos y cada uno de los sentidos del alma en particular, y por eso se llama verdadera luz, para que los ojos del alma tengan con qué ser iluminados; palabra, para que los oídos tengan qué oír; también pan de vida, para que tenga qué gustar el gusto del alma. Por esta razón, pues, se le llama, además perfume o nardo: para que el olfato del alma tenga la fragancia del Verbo. Y por lo mismo se dice también de él que es palpable, que se le puede tocar con la mano, y que es el Verbo hecho carne; para que la mano interior del alma pueda tocar algo del Verbo de la vida. Todas estas cosas vienen a ser el único y mismo Verbo de Dios, quien, transmutado en cada una de ellas por los efectos de la oración, no deja un solo sentido del alma privado de la gracia.


Los cinco sentidos
Sebastian Stoskopff
(alemán, 1597-1657)


 

domingo, 31 de octubre de 2021

¿DÓNDE ESTÁ DIOS?

 

Círculos de luz (arco iris cósmico)
Otto Freundlich
(alemán, 1878-1943)
 

Un viajero llegó ante el Maestro y le preguntó: “¿Dónde está Dios?”

 

El viejo miró entre sus ropas, revisó los cajones, miró abajo de la alfombra y le dijo al visitante: “¡Vaya asunto! Por más que mis ojos lo buscan por doquier… no encuentro a Dios por aquí”.

 

– ¿Y eso que significa? Me temo que no lo entiendo.

 

– Nada, nada, pero te pido que me ayudes a buscarlo. Porque si no encontramos a Dios aquí, no creo que logremos encontrarlo en otro lugar.

 

¿Qué queremos decir?

 

Metáforas y metamorfosis
Hedda Sterne
(rumana, 1910-2011)

Cuántas cosas se dicen de Dios, cuántas no se dicen de Él, e infinito es el conjunto de cosas que ignoramos de Dios. Por eso, en las distintas lenguas, hay una palabra que lo designa, aunque sea de un modo impreciso, para buscarlo como hace el Maestro en el cuento. En nuestra lengua, ¿de dónde viene la palabra Dios?

 

Proviene del latín deus, idioma que se habló en el Imperio Romano. Algunos la relacionan con el nombre del principal dios de los griegos, Zeus, pero el origen latino está por demás probado. Lo que sucede es que estos antiguos idiomas toman sus respectivos términos de una misma raíz indoeuropea *dyeu-/*dyu-, que significa "luz diurna", variante de la raíz indoeuropea *deiw-, que significa brillo, luz. Esta raíz  hace referencia a la luz diurna y al brillo de la luz, que en el fondo mental indoeuropeo se atribuye a los dioses. De aquí surge también en latín el vocablo dies -día, parte luminosa caracterizada por la luz solar y opuesto a noche- y el nombre de la diosa Diana.

 

El Imperio Romano tenía dos partes: la Occidental, dónde se hablaba latín, y la parte Oriental hablaba en griego. En este último lado se tomó del idioma propio el vocablo theos,  nombre común que se daba a los dioses, de donde derivan los términos ateo, teocentrismo, teísta y palabras afines. Viene de una raíz indoeuropea diferente *dhēs- vinculada a los conceptos religiosos o lo sagrado.

El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán

William Blake
(inglés, 1757-1827)

 

Estas sencillas notas etimológicas nos invitan a entrar en el contenido de la palabra Dios, que es inabarcable por el ser humano. Por esta razón recurrimos a San Francisco de Asís (1181-1226), un buscador de Dios, que nos aproxima, desde la experiencia de alabanza, al tesoro de valor infinito que tenemos en Dios. Con seguridad los hombres comparten estas iluminaciones, más allá de sus creencias personales.

 

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.

Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres Altísimo.

Tú eres Rey omnipotente.

Tú eres Padre santo, Rey del cielo y de la tierra.

Tú eres Trino y Uno, Señor Dios de los dioses.

Tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.

Tú eres amor, tú eres caridad.

Tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia.

Tú eres belleza, tú eres seguridad, tú eres paz.

Tú eres gozo y alegría, tú eres nuestra esperanza.

Tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza.

Tú eres belleza, tú eres mansedumbre.

Tú eres protector, tú eres nuestro custodio y defensor.

Tú eres fortaleza, tú eres refugio.

Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe.

Tú eres caridad, tú eres nuestra dulzura.

Tú eres nuestra Vida eterna, grande y admirable Señor,

Dios Omnipotente, misericordioso Salvador.


Jardín de signos
Silviu Oravitzan
(rumano, n. en 1941)


domingo, 10 de octubre de 2021

¿FÁCIL O DIFÍCIL?

Nostalgia
Endre Balint
(húngaro, 1914-1986)
Un Maestro vivía en familia, con su esposa y con su hija, y todos ellos eran reconocidos por su inmensa sabiduría.

 

En una ocasión, un peregrino llegó ante el Maestro y le preguntó: «Dime, el camino a la iluminación, ¿es fácil o difícil?», a lo cual el veterano respondió: «Es tan difícil como alcanzar la cima del Everest descalzo».

 

El hombre no quedó del todo conforme e interrogó de la misma forma a la esposa del Maestro y ella le respondió: «El camino a la iluminación es tan fácil como armar un avioncito de papel».

 

Antes de retirarse de ese lugar, el viajero decidió formular la misma pregunta a la hija, y ella le dijo: «Pues depende. Si lo quieres hacer difícil, es difícil. Pero si lo quieres hacer fácil, es fácil…».

 

 Los maestros de la vida

Una familia
Vera Nedkova
(búlgara, 1908-1996)

 

Los seres humanos vivimos la vida como una peregrinación por este mundo. A lo largo del recorrido no dejamos de aprender infinidad de cosas necesarias para sostenernos en el movimiento. Cuando pensamos en las dimensiones de lo aprendido, descubrimos que es tan inmenso que nos parece no tener límites. También son muchos los maestros, y para descubrirlos los simbolizamos con experiencias propias.

 

En el cuento, una familia de sabios manifiestan la dificultad o la facilidad con que vamos asimilando todo lo que muchos maestros nos transmiten en nuestra peregrinación. En el caso del padre tenemos la figura de autoridad: jefe, patrón, profesor, protector. También es una figura de trascendencia, de lo que queremos llegar a ser. Solo puede aceptarse con un amor recíproco de adulto. Por eso habla de lo difícil que es la iluminación.

 

Tetragramista II
Oswaldo Vigas
(venezolano, 1926-2014)

La madre se relaciona con el mar como también con la tierra, en el sentido que ambos son receptáculos y matrices de la vida. La madre es la seguridad del abrigo, del calor, de la ternura y el alimento. También tiene el riesgo de la opresión debido a la estrechez del medio y al ahogo por una prolongada sobreprotección. Pero la madre hace fácil todo, aún la muerte, pues es un retorno a la Tierra, a ella.

 

La hija es el símbolo de la protección inesperada, es aquella cuya pureza desinteresada viene a socorrer al hombre amenazado por las aguas. Recordemos a Moisés, el rescatado de las aguas por la hija del faraón, y así tantos relatos que pueblan las tradiciones. También la hija representa lo inconsciente individual que, al encontrarse con la conciencia, le brinda un fragmento de la memoria del mundo que ha recibido de su padre.

 

Esta hermosa familia de maestros manifiesta la innumerable cantidad de maestros que encontramos en nuestro camino, la mayoría de ellos tan sutiles y sencillos que raramente percibimos sus presencias. Quizás el mejor discipulado que podemos ejercer es el sincero agradecimiento a los que nos guían con generosidad, conocidos y desconocidos. Ellos nos hacen formar parte de la cadena de oro que vincula a los seres humanos en el camino hacia una Plenitud que esperamos.


La marcha de los triángulos
Ilka Gedo
(húngara, 1912-1985)