domingo, 31 de enero de 2021

LA CREMA PARA MANOS AGRIETADAS

Las lavanderas del Rímac
Carlos Quizpez Asín
(peruano, 1900-1983)
  

Un extranjero ofreció cien onzas de plata a un lavandero de Sung por la fórmula de una crema para curar manos agrietadas. El lavandero había heredado esa fórmula de sus antepasados, también lavanderos, y pertenecía a toda su familia, así es que llamó a sus parientes y les dijo: “Nunca hemos acumulado mucho dinero con nuestro oficio, pero si vendemos la fórmula ganaremos cien onzas de plata en un instante”. Todos aceptaron venderla. Más tarde, el extranjero regaló la fórmula al príncipe de Wu y éste lo recompensó con grandes tierras de cultivo. La misma crema sirvió a unos para seguir lavando ropa; y al otro, para recibir una gran fortuna.

 

Sentido de existencia

 

Estudio de manos
Egon Schiele
(austríaco, 1890-1918)


Bendita sea la mano. Es pasiva en lo que contiene; activa en lo que tiene. Por eso es una síntesis, exclusivamente humana, de lo masculino y lo femenino, sirve de arma y utensilio. La mano se prolonga a través de sus instrumentos: se transforma en dientes de metal para serruchar la madera, en fuerza giratoria en la llave que ajusta la tuerca, en porción adecuada a la boca cuando utiliza la cuchara.

 

Benditos sean los lavanderos que inventaron la crema para manos agrietadas, para poder seguir ejerciendo el oficio y también realizando otras funciones de las manos. Así podrán seguir acariciando y consolando al afligido, cocinando para restituir fuerzas y compartir la mesa, escribiendo para guardar memoria o enviar noticias.

 

Llegó un extranjero, que simboliza a un mensajero enigmático, de más allá, que puede traer beneficios o ser nefasto. El enigma es a quién ama: a su padre, a su madre, a su hermano, a su hermana, a sus amigos, a su patria, a la belleza, al oro. Puede estar enamorado de otras sutilezas, como decía un extranjero extraordinario: Yo amo las nubes... las nubes que pasan... a lo lejos... las maravillosas nubes.

 

Santa Práxedes
Johannes Vermeer
(holandés,1632-1675)

El extranjero compró la crema y se la regaló al príncipe, que aparentemente no entiende nada de su posición y de su poder. Premia al extraño con la posesión de tierras que sólo pertenecen a Dios, quien reparte para compartir y no para crear fortunas transitorias. Triste papel el de las autoridades que pierden el sentido de justicia y deliberadamente ignoran la obligación que tienen de atender y reconocer a los miembros de su pueblo.

 

Benditos sean los lavanderos. Sabemos que no tienen estatus en la civilización tecnocrática en la que vivimos. La máxima valoración es llamarlos gente de oficio, con una intención clasificatoria para que nadie quede afuera del control, pero sin ningún reconocimiento a su profunda dignidad. Pero es en lo concreto en dónde se encuentra el tesoro de la vida, y en la unión de lo práctico con lo teórico donde se halla el sentido de la existencia.


Figura de cuento
Richard Mortensen
(danés, 1910-1993)


domingo, 17 de enero de 2021

LOS DOS ANILLOS

 

No lejos del sol, la luna y las estrellas
Jean Arp
(francés, 1886-1966)

Un hombre amaba por igual a dos mujeres. Ellas le pidieron que les dijera cuál de ellas era su favorita. Les pidió que esperaran hasta que él les comunicara su decisión. Entonces mandó hacer dos anillos exactamente iguales. Y dio un anillo a cada una de ellas por separado.

 

 Entonces las llamó a las dos y les dijo: “La que tiene el anillo es a la que más amo”.

 


Noción de centro

 

Tres figuras
Ossip Zadkine
(ruso, 1890-1967)

El cuento quiere reflexionar sobre el amor pleno, sin ningún condicionamiento. El amor no está atado a ninguna ley ni a ninguna práctica cultural; no las desprecia, su intención es ayudarnos a comprender las limitaciones de los principios que las sustentan.

 

Para representar el amor, el cuento eligió un signo: el anillo. Esta señal tiene muchos significados, expresa distintos sentidos que nos pueden acercar a la fuente de donde brotan. Esa misma variedad de significados nos habla de la riqueza de la fuente de donde brotan. Es cierto, el amor es inmenso, insondable.

 

Viendo un anillo, lo imaginamos como un pequeño barril que no tiene tapa ni tampoco fondo. Todo puede pasar a través de este contenedor y nada será retenido. Si el anillo representa al amor, este permitirá que pase toda vida que lo desee y no aferrará a ninguna. El amor no es para guardarse nada sino para dejar que la vida fluya libremente.

 

El amor
Manuscrito de
Pablo Neruda
(chileno, 1904-1973)

El anillo es una circunferencia y como tal no tiene principio ni fin. Desde muy temprano en la humanidad se ha visto que la circunferencia representa a todas las cosas creadas. Hay infinitos puntos en una circunferencia, como infinitas son las cosas que conforman el cosmos. Todos los puntos de la circunferencia tienen la misma distancia al centro, lo que se llama radio de la circunferencia. De la misma manera las cosas del Cosmos están unidas al Centro por un mismo radio, llamado amor, en un redondel infinito.

 

El centro de la circunferencia es un punto inmaterial. La creación tiene centro vinculando todas las cosas a través del amor que va y viene del núcleo hacia las periferias. Desde ese Centro todo se engendra y se sostiene, y es la referencia de reposo de toda la actividad de la creación. La observación de un átomo como la contemplación de los astros en el cielo nos muestran que la circulación es el movimiento básico de todo lo conocido.

 

El cuento nos dice con sencillez que el amor es infinito tanto en el varón como en la mujer, y que se puede amar a dos y más personas a la vez, sin preferencias. Esto es fácil de comprender si se considera a una familia con dos hijos o más. En el corazón humano, como en el centro de la circunferencia, hay amor para todos. Si muchas civilizaciones sostienen el matrimonio monogámico lo hacen por otros motivos, profundos y valiosos, pero no limitando el amor. Al amor no se lo puede reprimir ni reprender.  

 

Con el cuento tal vez se pueda comprender algo más del misterio del amor. El amor une todas las cosas, nos hace fluir por la vida para no quedar estancados en cualquier condicionamiento secundario. Es lo que une la circunferencia, representando todo lo creado, con su Centro, el núcleo generador, cuya esencia es el amor.


Amor sacro y amor profano
Tiziano Vecellio di Gregorio
(italiano, ca. 1477/1490-1576)