Hace tiempo en un lugar.
Camellos en el desierto Wu Guanzhong (chino, 1919-2010) |
Los
cuentos son ficciones, pero que suelen tener algunas referencias
concretas, que nos ayudan a entender su mensaje. El siguiente es un
relato situado en Cheng, un pequeño territorio en el centro de
China. El lugar tiene una larga historia, desde civilizaciones
primitivas que se remontan a 6.000 años antes de Cristo. Situado en
una de las provincias chinas de la famosa “ruta de la seda”, es
un sitio continental influenciado por variadas culturas.
El cuento que
citamos a continuación, está en uno de los libros más conocidos
del taoísmo, que se llama Lie Tse, probablemente originado en
maestros del siglo III a.C.
Muchos de estos
relatos se encuentran diseminados en Occidente. Uno de los
escritores modernos que nos acercó estas enseñanzas fue Lin Yutang.
El ciervo escondido.
Un leñador de Cheng se encontró en
el campo con un ciervo asustado y lo mató. Para evitar que otros lo
descubrieran, lo enterró en el bosque y lo tapó con hojas y ramas.
Poco después olvidó el sitio donde lo había ocultado y creyó que
todo había ocurrido en un sueño. Lo contó, como si fuera un sueño,
a toda la gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar el
ciervo escondido y lo encontró. Lo llevó a su casa y dijo a su
mujer:
-Un leñador soñó que había
matado un ciervo y olvidó dónde lo había escondido y ahora yo lo
he encontrado. Ese hombre sí que es un soñador.
Zhuangzi sueña o es soñado |
-Tú habrás soñado que viste un
leñador que había matado un ciervo. ¿Realmente crees que hubo un
leñador? Pero como aquí está el ciervo, tu sueño debe ser
verdadero -dijo la mujer.
-Aun suponiendo que encontré el
ciervo por un sueño -contestó el marido- ¿a qué preocuparse
averiguando cuál de los dos soñó?
Aquella noche el leñador volvió a
su casa, pensando todavía en el ciervo, y realmente soñó, y en el
sueño soñó el lugar donde había ocultado el ciervo y también
soñó quién lo había encontrado. Al alba fue a casa del otro y
encontró el ciervo. Ambos discutieron y fueron ante un juez, para
que resolviera el asunto. El juez le dijo al leñador:
-Realmente mataste un ciervo y
creíste que era un sueño. Después soñaste realmente y creíste
que era verdad. El otro encontró el ciervo y ahora te lo disputa,
pero su mujer piensa que soñó que había encontrado un ciervo que
otro había matado. Luego, nadie mató al ciervo. Pero como aquí
está el ciervo, lo mejor es que se lo repartan.
El caso llegó a oídos del rey de
Cheng y el rey de Cheng dijo:
-¿Y ese juez
no estará soñando que reparte un ciervo?
El sueño en la
vida.
Según
las correspondientes investigaciones un hombre de 60 años habría
soñado, durmiendo, un mínimo de cinco años. Si el sueño ocupa un
tercio de vida, alrededor del 25 % del sueño está atravesado por
sueños. Pero no solamente se sueña dormido, sino que debemos
agregar el sueño despierto y las ensoñaciones, para alcanzar una
parte impresionante de la vida.
Bazar (2000) Zoran Yasem |
El sueño es un algo que sucede y que escapa a nuestra voluntad y
responsabilidad. Por eso, el que sueña, vive esa historia como si
existiese realmente fuera de su imaginación. No la puede provocar,
es solamente su testigo.
Para comunicarse con nuestra mirada conciente, el fenómeno de soñar
utiliza el relato y los símbolos. Algunos lo interpretan como
señales del estado de nuestro inconsciente y el modo de conocer
nuestra alma en toda su plenitud. En los sueños residen los deseos
no realizados o reprimidos como también las potencialidades de todo
lo que somos capaces de hacer. Todo esto se manfiesta a nuestra
mente en símbolos y relatos, algunos aparentemente de lo más
absurdos.
Como en el cuento presentado, el sueño cumple funciones muy
importantes para la vida humana. Hace surgir impulsos reprimidos
durante el día para eliminarlos. Otras veces presenta problemas que
se están ocultando, y en otras ocasiones encontramos soluciones
representadas claramente. Su función selectiva alivia la vida
consciente.
Quizás la función más importante del sueño sea la de establecer
un equilibrio compensador en el psiquismo de una persona. Lo que
deseamos, lo que nos angustia, o aquello a lo que aspiramos,
encuentran un contrapeso saludable en las imágenes que se presentan
en el sueño. En toda circunstancia de la vida, el descanso nos da
equilibrio y nuestro mundo onírico nos brinda su luz y, la mayoría
de las veces, su solución.
La relidad del
sueño.
Gracias a la tradición y a muchos estudiosos contemporáneos, hoy
podemos entender que la realidad abarca, en cada persona, dos
ámbitos: lo que vive despierta, en lo que se llama vigilia, y lo
que vive durmiendo, en el sueño y en las ensoñaciones. Estos dos
espacios de vida, que aparentemente están tan lejanos uno del otro,
son muy cercanos y complementarios, de tal forma que constituyen la
única realidad.
La
experiencia común nos señala que muchas cosas que vivimos en
nuestra vida, decisiones, situaciones, lecturas, imágenes, se
manifiestan de distintas maneras cuando soñamos. Del mismo modo,
esas situaciones que pasan por nuestra mente cuando soñamos, aún
las más extravagantes o alteradas, nos resuelven situaciones de
vigilia o nos abren a dimensiones que no alcanzaríamos solo con
nuestra consciencia.
Ilusión. Wu Guanzhong (chino, 1919-2010) |
La pregunta del rey de Cheng al final del cuento citado es
iluminadora: “¿Y ese juez no estará soñando que reparte un
ciervo?”. Si la realidad humana está construida desde dos
ámbitos, no es banal la pregunta. El juez pudo haber resuelto el
caso desde sus propios sueños, y no solamente desde la aplicación
de leyes conocidas. Es muy poco probable que un código de algún
reino contenga leyes referidas a situaciones que se dan en los
sueños.
Aprovechemos la consideración del monarca y hagámonos preguntas
sobre lo que experimentamos en nuestra realidad. Por ejemplo, el
nombre del reino de Cheng, ¿no vendrá del algún sueño?. Aparece
en el cuento, en la antigüedad muchos se refirieron a ese lugar,
pero alguien le dio el nombre por primera vez, y estamos seguros que
ese primero que lo nombró no encontró el nombre escrito en ningún
lado.
Nuestra propia vida es como el territorio de Cheng, un
entrecruzamiento. En el caso de aquel territorio, es un intercambio
de culturas y religiones. En el caso de cada uno, es un intrincado
cruce de decisiones y sueños propios, de antepasados y de
contemporáneos. Somos un nudo de relaciones de vigilia y también
de las soñadas.
Bamboo negro (2008) Nina Kuo (norteamericana) |