domingo, 9 de marzo de 2014

LOS PESCADORES IMPASIBLES

Dos pescadores
Michael Ancher
(danés, 1849-1927)

La oportunidad del efemeróptero

Un día de cielos azules, un turista en Dinamarca se acercó a la orilla del mar.  Allí, en una escollera, vio a dos pescadores que fumaban tranquilamente en pipa sin quitar ojo a sus aparejos.

No se movían ni decían nada, como suelen hacer los pescadores.

El turista los observó un momento tratando de encontrar la manera de entablar conversación.  Se sentó, se levantó, tosió; los otros dos ni siquiera le dirigieron una mirada.

Entonces, en voz alta, comentó que aquel rincón de la costa danesa le parecía, encantador, que el día era magnífico.  No logró ni una mirada, ni una palabra.

Comentó que un bonito crucero pasaba a lo lejos; la misma indiferencia.  De pronto vio un efemeróptero que revoleaba alrededor de ellos. 
-          ¡Vaya! ¡Un efemeróptero! –dijo.

Los pescadores no reaccionaron.  Seguían atentos a sus cañas, inmóviles y silenciosos. 

-          ¡Qué maravilloso insecto! –exclamó el turista.

Nada.

El turista abrió la boca un poco después para decir:
-          ¿Saben que estos insectos solo viven veinticuatro horas y que por eso se les llama efemerópteros?

Entonces uno de los pescadores se quitó la pipa de la boca, volvió ligeramente la cabeza y dijo:
-        -  Pues al menos habrá tenido un tiempo excelente.


Un suceso tras otro
 
Noche en la bahía
Oluf Host
(danés, 1884-1966)
Los efemerópteros son insectos alados, quizás los más antiguos que se conocen.  Son casi 3.000 especies, con alas membranosas que no pueden plegarse sobre el abdomen.  La característica es que son efímeras pues, como dice el turista en el cuento, viven menos de un día.

Los pescadores no se admiran demasiado con la referencia que hace el turista, sino que uno de ellos le responde con una hermosa referencia al “tiempo”.  Este ha sido un tema filosófico importante, e incluso aparece en el cine, con películas que hablan de fantásticos viajes a través del tiempo, hacia el pasado o hacia un supuesto futuro.

La existencia es una sucesión de acontecimientos, y el tiempo nos es necesario para poder interpretar esa realidad.  Los filósofos relacionaron el tiempo con el movimiento, y con otros dos elementos que son indispensables para pensarlo, el espacio y la eternidad.

Aurora polar
Jens Juel
(danés, 1745-1802)
Una referencia valiosa nos viene de Aristóteles, que dijo que el tiempo es una medida del movimiento.  También enseñó que el tiempo es algo “subjetivo”, de nuestra propia interioridad, porque en nosotros residen las nociones de “pasado”, “presente” y “futuro”.  La realidad completa está en el presente, pero los seres humanos somos capaces de relacionar el presente con cosas que ya sucedieron, que son del pasado y ya no existen.  De la misma manera, muchas veces proyectamos con nuestra imaginación un futuro que todavía no existe porque, de existir, sería presente.

Según el cuento, podemos ver la existencia desde dos puntos de vista.  Un punto de vista sería el del insecto, metidos dentro de la vida misma.  Esa mirada es efímera, el tiempo pasa velozmente.


Por otro lado está el punto de vista del pescador, que es una mirada casi desde la eternidad, comparada con la brevedad del efemeróptero.  Desde allí, las circunstancias de la vida pueden ser excelentes, cortas pero plenas.  Esto está dicho por Jesús, cuando invita a sus discípulos a ser “pescadores de hombres”: enseñar a mirar la vida humana desde la eternidad a la cual pertenecemos, para descubrir que hemos tenido “un tiempo excelente”.


Composición
Erik Ortvad
(danés, 1917-2008)