Dos pescadores Michael Ancher (danés, 1849-1927) |
La oportunidad del efemeróptero
Un día de cielos azules, un turista
en Dinamarca se acercó a la orilla del mar.
Allí, en una escollera, vio a dos pescadores que fumaban tranquilamente
en pipa sin quitar ojo a sus aparejos.
No se movían ni decían nada, como
suelen hacer los pescadores.
El turista los observó un momento
tratando de encontrar la manera de entablar conversación. Se sentó, se levantó, tosió; los otros dos ni
siquiera le dirigieron una mirada.
Entonces, en voz alta, comentó que
aquel rincón de la costa danesa le parecía, encantador, que el día era
magnífico. No logró ni una mirada, ni
una palabra.
Comentó que un bonito crucero
pasaba a lo lejos; la misma indiferencia.
De pronto vio un efemeróptero que revoleaba alrededor de ellos.
-
¡Vaya!
¡Un efemeróptero! –dijo.
Los pescadores no
reaccionaron. Seguían atentos a sus
cañas, inmóviles y silenciosos.
-
¡Qué
maravilloso insecto! –exclamó el turista.
Nada.
El turista abrió la boca un poco
después para decir:
-
¿Saben
que estos insectos solo viven veinticuatro horas y que por eso se les llama
efemerópteros?
Entonces uno de los pescadores se
quitó la pipa de la boca, volvió ligeramente la cabeza y dijo:
- - Pues
al menos habrá tenido un tiempo excelente.
Un
suceso tras otro
Noche en la bahía Oluf Host (danés, 1884-1966) |
Los efemerópteros son
insectos alados, quizás los más antiguos que se conocen. Son casi 3.000 especies, con alas membranosas
que no pueden plegarse sobre el abdomen.
La característica es que son efímeras pues, como dice el turista en el
cuento, viven menos de un día.
Los pescadores no se
admiran demasiado con la referencia que hace el turista, sino que uno de ellos
le responde con una hermosa referencia al “tiempo”. Este ha sido un tema filosófico importante, e
incluso aparece en el cine, con películas que hablan de fantásticos viajes a
través del tiempo, hacia el pasado o hacia un supuesto futuro.
La existencia es una
sucesión de acontecimientos, y el tiempo nos es necesario para poder
interpretar esa realidad. Los filósofos
relacionaron el tiempo con el movimiento, y con otros dos elementos que son
indispensables para pensarlo, el espacio y la eternidad.
Aurora polar Jens Juel (danés, 1745-1802) |
Una referencia valiosa
nos viene de Aristóteles, que dijo que el tiempo es una medida del
movimiento. También enseñó que el tiempo
es algo “subjetivo”, de nuestra propia interioridad, porque en nosotros residen
las nociones de “pasado”, “presente” y “futuro”. La realidad completa está en el presente,
pero los seres humanos somos capaces de relacionar el presente con cosas que ya
sucedieron, que son del pasado y ya no existen.
De la misma manera, muchas veces proyectamos con nuestra imaginación un
futuro que todavía no existe porque, de existir, sería presente.
Según el cuento,
podemos ver la existencia desde dos puntos de vista. Un punto de vista sería el del insecto, metidos
dentro de la vida misma. Esa mirada es
efímera, el tiempo pasa velozmente.
Por otro lado está el
punto de vista del pescador, que es una mirada casi desde la eternidad,
comparada con la brevedad del efemeróptero.
Desde allí, las circunstancias de la vida pueden ser excelentes, cortas
pero plenas. Esto está dicho por Jesús,
cuando invita a sus discípulos a ser “pescadores de hombres”: enseñar a mirar
la vida humana desde la eternidad a la cual pertenecemos, para descubrir que
hemos tenido “un tiempo excelente”.
Composición Erik Ortvad (danés, 1917-2008) |