Cuenta
una historia bereber que un hombre pobre discutió con un hombre rico, el cual
lo abofeteó. El asunto fue llevado ante
el cadí, que escuchó a los dos hombres exponer sus quejas y decidió que el
hombre rico daría al hombre pobre, al cual había abofeteado, un bol de mijo.
Entonces
el hombre pobre se volvió hacia el cadí y le abofeteó.
-¿Por
qué has hecho esto?- preguntó el cadí.
-Oh,
por nada –dijo el hombre pobre-. Ha sido
sólo un antojo. Cuando llegue el bol de
mijo, quédeselo. Yo me voy.
Bofetada
sonora
Los
“bereberes” son una etnia del nordeste de África, que hablan una lengua propia
de origen afroasiático. Son casi el 40 %
de la población de Marruecos, y más del 30 % de Argelia, y también están en
Libia y Egipto. Se calcula que son 25
millones los que reconocen su pertenencia a esta etnia. Hay más de dos millones de bereberes viviendo
en Europa.
Islam
Carla Accardi
(italiana, n. en 1924)
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El
origen de su nombre es del latín “barbari”, un término genérico aplicado en
tiempos romanos a los que no eran ciudadanos del Imperio. En lengua bereber se llaman a sí mismos
“hombres libres” (Amazigh o Imazighen). Tienen una fuerte tradición oral, y
para la escritura toman prestado de los alfabetos árabe, griego y algo del
latín.
Contrariamente
a la imagen romántica popular que retrata al pueblo Bereber como gentes nómadas
que cruzan el desierto en dromedarios, realmente su quehacer fundamental es la
práctica de la agricultura sedentaria en las montañas y valles. La sociedad se divide en agricultores y
comerciantes, siendo estos últimos los componentes de las clases altas
bereberes.
Luego
de su tradición animista, se volcaron al judaísmo y luego al cristianismo. Hasta el año 600 hubo tres Papas bereberes,
siendo el más conocido San Gelasio.
También San Agustín de Hipona perteneció a esta etnia. Más tarde, este
pueblo se convirtió al Islam casi totalmente, quedando algunos grupos
cristianos y otros judíos. En esta etapa
surgen grandes personas como Ibn Jaldún, historiador y poeta, la Reina Kahina, y
Lalla Fadhma N'Soumer, resistente a la invasión francesa.
Sin título.
Mahi-Chafik Idrissi
(marroquí, n. en 1952)
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La vida islámica, tenía como pieza clave del aparato
jurídico al “cadí”. En el derecho
musulmán será el eje sobre el que gire y funcione toda la estructura jurídica,
desarrollando una importancia que supera ampliamente las atribuciones de otros
cargos sinónimos en otras sociedades.
Este trasfondo hacen más sonoras las bofetadas del
cuento. Hay que animarse a pegarle al
cadí. Más grave es dar la explicación
del agresor, es decir, un antojo. Este
término se aplica apropiadamente cuando tenemos un plato de comida “ante los
ojos” y lo deseamos irrefrenablemente.
Parece un acto de irracionalidad, de transgresión de las normas
establecidas.
Pero nos damos cuenta que hombre pobre tenía razón. Un bol de mijo no tiene nada que ver con una
bofetada de desprecio. La fraternidad no
se suspende porque una persona sea rica y la otra pobre. El “antojo” del hombre pobre fue advertir al
cadí que se había equivocado, por eso lo reprochó con una buena bofetada y le
dejó, como parte de la advertencia, un simple bol de mijo.
Contradicciones de alegría
Ali Omar
Ermes
(libio, n.
en 1945)
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