Ad Parnassum
Paul
Klee
(suizo,
1879-1940)
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Dos
judíos de condición modesta discutían un día en una taberna de Varsovia.
-Hay algo en la lectura de la semana
que no entiendo –dijo uno.
-¿Qué?
-Se dijo que nuestro padre Abraham y
Abimelej, rey de los filisteos “concluyeron un tratado los dos”.
-¿Y cuál es el problema?
-¿Por qué está escrito los dos? Es
superfluo.
-Buena pregunta.
-¿Tú que piensas?
-Lo que pienso es muy sencillo. Han concluido un tratado, pero no se han
convertido en uno, han seguido siendo dos.
Destino
común
Abraham
es un personaje bíblico fundamental, que representa al hombre de fe, el que se
aventura en la vida saliendo de una situación estable y previsible para ir en
busca del propio destino. Era un pastor
nómade, y como tal va entrar en tierras de Guerar, donde gobernaba Abimelej,
cuyo nombre significa “mi padre es rey”.
Abraham y Sara
Marc
Chagall
(francés,
1887-1985)
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La
primera relación entre Abraham y Abimelej que se relata en la Biblia es
conflictiva. El rey quiere tomar a Sara,
la esposa de Abraham, que se había hecho pasar por hermana del patriarca, para
preservar la vida de su esposo. Era un
pedido que le había hecho el mismo Abraham viendo que su mujer era muy
hermosa. Gracias a la manifestación
divina en un sueño que tiene el rey, la ofensa no se consuma.
Luego,
en el siguiente capítulo del Génesis, el primer libro de la Biblia, se cuenta
el tratado que menciona el cuento, por el cual Abraham promete colaborar con la
prosperidad de Abimelej. En esa situación,
Abraham reclama los derechos sobre un pozo de agua que él había cavado con su
familia, y que gente del lugar le habían arrebatado. Ese tratado dará nombre a una ciudad que
todavía existe, Beerseba, que significa “pozo del juramento”.
Teoría
de la tensión
Jacek Yerka
(polaco,
n. en 1952)
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Estos
relatos hablan de un pacto de no agresión entre los israelitas, representados
por Abraham, y los filisteos, siendo Abimelej un rey de ellos. Estas situaciones ancestrales cobrarán todo
su valor cuando finalmente los israelitas se asienten en la Tierra Prometida.
Es
interesante el comentario que hace sobre ellos uno de los protagonistas del
cuento citado. El pacto de no agresión
entre el rey y el patriarca es como los innumerables tratados de paz que se han
realizado en la historia humana. Se
realizan entre dos pueblos, a través de sus representantes, y el resultado es
dos pueblos que siguen su camino. No se
convierten en uno.
La
paz, el fruto deseable de toda alianza, implica una comunidad de destino. Un tratado de paz duradero debe incluir las
condiciones de una vida común, es decir, compartir las búsquedas, los sueños y
la ayuda mutua para poder realizarlos.
Del
mismo modo, la alianza entre el hombre y el ambiente natural que lo rodea parte
de la comprensión de la comunidad de destino, sabiendo que no alcanza con un
tratado de no agresión.
De la
misma manera, el espíritu del hombre busca alcanzar la plenitud, la
trascendencia, el Absoluto, el Amor eterno, Dios, o los nombres que se le
quieran poner al Misterio deseado. Esto
no estará logrado solamente con un pacto de no agresión con el Misterio, sino
que la paz la tendremos cuando nos demos cuenta que el destino común y final es
la unión con el Misterio de la verdad, la bondad y la belleza.
Reino pacífico
Edward
Hicks
(norteamericano,
1780-1849)
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