domingo, 10 de abril de 2016

EL ANILLO DADO AL POBRE


Mendigo
Theo van Doesburg
(neerlandés, 1883-1931)


Un pobre fue a llamar a la puerta de Rabí Schmelke. Éste, al no encontrar dinero, le dio un anillo.  Cuando se enteró, su mujer le hizo miles de reproches.  ¿Cómo había podido darle a un mendigo un anillo que llevaba engastada una piedra preciosa?

Rabí Schmelke envió de inmediato a alguien en busca del pobre.  Cuando le vio le dijo:

-Acabo de saber algo que desconocía, que el anillo que te he dado es de gran valor.  Sobre todo ten cuidado en no revenderlo por un bocado de pan.


La pobreza en la tradición

         El anillo en un símbolo de compromiso, de estar atado.  Dado que en el relato, tiene una piedra preciosa, el regalo dado al pobre implica no solamente un valor monetario, sino también un sentido espiritual.  Abundan los ejemplos, como el anillo que recibe la novia cuando formaliza la intención de casamiento, o el anillo que porta un Obispo que habla de su entrañable relación con la Iglesia.

Anillos
Sarah Morris
(norteamericana, n. en 1967)
         Cuando el Rabí busca al pobre para advertirle sobre la importancia de lo recibido, muestra un auténtico sentido de amor al prójimo. No solamente responde a la necesidad de su beneficiario, sino también lo instruye sobre el significado de lo entregado, sabiendo que el pobre tiene la misma capacidad que él para entender de valores espirituales.

         Todas las tradiciones de la humanidad hablan de atender al pobre.  Éste puede ser de la propia comunidad o un extraño, hay que ayudarlo.  Por lo general van mucho más allá de un reparto equilibrado de bienes materiales, pues las tradiciones consideran al ser humano mucho más que un mero consumidor.  Están marcadas por la evidente grandeza de todo hombre, en su doble condición de fruto de la tierra y bendición del cielo.

         Se diferencian dos tipos de pobreza. La que inevitablemente ha de producirse en toda sociedad como consecuencia de las vicisitudes de la vida misma del individuo y la sociedad. “Pues no dejará de haber menesteroso en el seno de la tierra”, enseña el bíblico Deuteronomio (15,11), ante lo cual hallamos el imperativo: “por ello Yo (Dios) te ordeno diciendo: habrás de abrir tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso, que se hallan en tu tierra”. 

         El que es pudiente debe extender una mano de ayuda plena al necesitado, a fin de que no sólo pueda salir de su aprieto económico, sino que tenga la posibilidad de volver a vivir según corresponde a su dignidad.
San Eligio como orfebre 
muestra anillo
Petrus Christus
(belga, 1410-1475)  

         El segundo tipo de pobreza es el que surge de la expoliación de los débiles de la sociedad por parte de aquellos que sustentan alguna forma de poder.  No se trata meramente del incumplimiento de las normas de caridad, de desentenderse de los necesitados, sino de quitarles lo poco que poseen para acopiar bienes sin límite alguno, por el mero hecho posesivo que conlleva a sentirse poderoso, un sugestivo engaño.  Una catástrofe humana es la existencia de criaturas humanas sumidas por otras al ultraje.

         Las tradiciones espirituales consideran que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, para recordarle que al agraviar de alguna forma a su prójimo, es como si estuviese agraviando al Creador.  Sus enseñanzas son la antropología de Dios, más que la teología del hombre.

         Desde la Sabiduría, atendiendo a los pobres, las sociedades deben honrar la existencia de cada uno de sus habitantes. Así se permite el enaltecimiento de lo espiritual y sublime, entendido por cada uno a su modo, y expresado mediante la equidad, la justicia y un genuino sentimiento fraternal, por todos.


Anagogía
Victor Brauner
(rumano, 1903-1966)