La verdad fue revelada
Egon Schiele
(austríaco,
1890-1918)
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Había dos litigantes irritados,
Ahmed y Lakhdar, que se presentaron ante un cadí, magistrado encargado de
impartir justicia.
Lakhdar tomó la palabra y dijo,
señalando a Ahmed con el dedo:
-Mi amigo Ahmed me ha traicionado.
Se ha comportado de forma abyecta. Ha ido a mi casa en mi ausencia, me ha
robado el dinero, me ha robado el asno, ha violado a mi mujer y ha golpeado a
mi hijo hasta hacerle sangrar. ¡Cadí, tienes que hacer justicia!
El cadí le dijo: -Tienes razón.
Entonces Ahmed dio un paso al frente
y dijo con tono vigoroso:
-¡Falso! ¡No ha ocurrido así! Es
cierto, he ido a casa de Lakhdar, pero aquél era mi asno, ¡él me lo había
pedido prestado y no me lo quería devolver! ¡Aquel dinero era mío y quería
recuperarlo! ¡Yo no he violado a su mujer, fue ella quien se me echó encima,
porque siempre está falta de amor! ¡Y al querer desembarazarme de ella, su hijo
ha empezado a golpearme! ¡Me he defendido como he podido y he salido de allí
con las manos vacías! ¡Es a mí, cadí, a quien tienes que hacer justicia!
El cadí, que escuchaba atentamente,
le dijo: -Tienes razón.
Entonces el primer ayudante del
cadí, que estaba en pie detrás de él, se inclinó y dijo a media voz:
-¡Pero, cadí, estos dos hombres te
han contado cosas completamente contradictorias y tú les has dicho a los dos
que tienen razón! ¡Eso no es posible!
Y el cadí le dijo a su ayudante:
-Tienes razón.
"El corazón tiene razones que
la razón desconoce."
Este es un cuento que encontramos en
casi todas partes, tanto en los viejos relatos de Oriente como en la tradición
islámica. La versión presentada está tomada de esta última tradición, evidente
en los nombres que usa como en la mención del juez como cadí. Salvo estas notas, el relato es idéntico en
todas las versiones.
La cita que abre la reflexión es muy
conocida, citada con mucha frecuencia en el siglo XX, en distintos
ámbitos. Fue escrita por Blaise Pascal
(francés, 1623-1662), que fue matemático, físico, inventor, filósofo y escritor. Está en su libro “Pensamientos”, que son
apuntes para una obra, Apología del Cristianismo, la cual no pudo completar.
Pascal inició su actividad filosófica
luego de una experiencia mística que tuvo una noche en 1654, luego de un
presunto accidente en un carro. A partir
de entonces produjo escritos de gran valor literario y filosófico. En “Pensamientos” encontramos otras citas que
aclaran su intención.
Una muy explícita dice: “Conocemos la
verdad, no solamente por la razón, sino también por el corazón; de esta segunda
manera es como conocemos los primeros principios, y es inútil que el
razonamiento, que no tiene parte en ello, trate de combatirlos”. Esto no significa, en ningún sentido, negar la razón. Por eso aclara: “Hay dos excesos: excluir la
razón, no admitir más que la razón”.
La palabra “razón” viene del latín
“ratio, rationis” y ésta a su vez de “reor, reris, reri” que significa “creer,
pensar”. Así vemos que en el origen de
la palabra, el corazón y la razón estaban unidos. También encontramos dos usos
más para la palabra “ratio”. Significaba
“calcular”, y por eso en matemática designa al cociente entre dos cifras. El otro uso fue para dividir animales en
clases. Por eso algunos piensan que la
palabra “raza” podría venir de “ratio”.
Según el uso común de la palabra
“razón”, tiene como diez significados.
El principal hace referencia a la facultad del ser humano, que le es
propia, para conocer y pensar. Con ella,
el hombre puede formar ideas, juicios y representaciones de la realidad en la
mente. Es en este ámbito en donde se une
a la intuición y a los sentimientos. Es
en la mente en donde la razón tiene su grandeza y su límite.
El cadí del cuento da la
razón a todos, es decir, reconoce o acepta que lo que
piensa o dice otra persona es cierto. Va
al fondo de los hechos que relatan los litigantes, descubriendo que en sus
mentes tienen razón. De la misma manera
responde a su discípulo, porque es razonable.
El cadí también tiene razón.
Queda
abierta la pregunta sobre la verdad, ese misterio que está por encima de toda
razón y que buscamos de todo corazón. La
verdad que nos trasciende y que permanece en medio de nosotros, iluminando la
vida del universo con su presencia y suave compañía.
Abstracto
Basuki Abdullah
(indonesio, 1915-1993)
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