Gallo
Gao Jianfu
(chino, 1879-1951)
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La anciana que vivía en una granja
observó que su gallo cantaba siempre a la misma hora, minutos antes de comenzar
el día; pensó entonces que era el canto de su gallo el que producía la salida
del sol.
Los vecinos molestos por el canto,
protestaron. La anciana decidió entonces irse a vivir a otro pueblo llevándose
el gallo.
La primera madrugada en su nuevo
hogar fue igual que siempre: el gallo cantó y el sol comenzó a elevarse sobre
el horizonte. Poco a poco la claridad invadió el lugar.
La mujer pensó:
- "Lo lamento por la gente del
otro pueblo a quienes dejé a oscuras para siempre".
Le extrañó que nunca la hubieran
llamado para que regresara.
Nada es permanente
El
cuento está cargado de símbolos. Dos están resaltados por el título del cuento,
pero en su interior hay muchos más, como son el amanecer, la granja, los
vecinos, la luz y la oscuridad, el horizonte, la hora, el hogar, y otros que
van surgiendo en lo que se relata y en su trasfondo. Esta es la riqueza de los
relatos, de donde podemos sacar muchas enseñanzas y orientaciones.
Retrato de una anciana
Guido Reni
(italiano,
1575-1642)
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Conviene tener en cuenta que los
símbolos tienen muchos significados y casi siempre ambiguos, pues aparecen
sentidos positivos y negativos. Tomemos el caso del gallo. Para culturas muy
antiguas, este animal representa las cinco virtudes principales: las virtudes
civiles, por su cresta que indica autoridad y su urbanidad, como un orientador
de la comunidad de pertenencia; representa a la vez las virtudes militares,
puesto que porta espolones, un arma de guerra. El gallo es símbolo de la
valentía, en tierras en donde se aprecian las riñas de esta clase; a la vez se
lo reconoce como símbolo de la bondad, porque comparte su alimento con las
gallinas; indica también la confianza, por la seguridad con la que anuncia el
alba.
Pero en otras culturas el gallo es un
símbolo excepcionalmente nefasto: es un veneno, junto al puerco y a la
serpiente. Es el deseo desbocado, el apego, la codicia y la sed de posesión. En
Europa en ocasiones se lo toma como imagen de la cólera, la explosión
desmesurada del deseo y la violencia.
El cuento resalta un aspecto del gallo
muy elogiado en todas las tradiciones: es el animal que anuncia el alba, por lo
tanto un símbolo solar. En la tradición cristiana, es un emblema de Cristo,
como lo son el cordero y el águila. Pero él pone de relieve el aspecto solar
del Señor: luz y resurrección. Se lo coloca en la cima de los templos como una
veleta, para evocar la supremacía de lo espiritual en la vida humana. Nos
recuerda que nuestro camino es hacia el amanecer, y su canto nos dice que ya
comienza la iluminación, que no es otra cosa que nuestra salvación disipando
las últimas tinieblas de la noche en nuestras almas.
Presente antiguo
Linda
Saccoccio
(norteamericana, contemporánea) |
Esta riqueza posee la anciana con su
gallo. Por eso en su ingenuidad intuye que al irse de una vecindad la deja
desprovista de amanecer. La mujer se extraña que no la llamen después, y esta
es la enseñanza que tiene que asimilar. Viendo su nuevo entorno y recordando
sus pasados vecinos aprenderá, si presta atención, que todo en la vida pasa,
que vivir es cambiar. Ocupamos un lugar significativo en un grupo humano, pero
eso se termina, y lo nuevo también pasará, nada es permanente.
Iluminación
René Magritte
(belga,
1898-1967)
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