Señales cósmicas Alan Davie (escocés, 1920-2014) |
El mulá Nasrudín iba vestido con
una túnica harapienta y sucia. El gobernante lo increpó:
- "¿Cómo te atreves a
presentarte ante mí en ese estado de suciedad? ¿Es que no te da
vergüenza?"
- "Siempre estoy relativamente
limpio", contestó Nasrudín. "En mi alforja guardo otra túnica y me la
pondré cuando la que visto ahora esté más sucia que ésta."
- "Pero ¿cuándo las
lavas?"
- "Nunca. Cada vez que la
túnica que estoy usando está más sucia que la que llevo en mi alforja, me la
cambio. ¡Siempre estoy relativamente limpio!"
El sentido de limpiar
Nasrudín
es un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe,
cuyas historias sirven para ilustrar enseñanzas y hacer reflexionar a quien las
lee u oye. Representa distintos papeles: agricultor, padre, juez, comerciante,
sabio o tonto. Se lo reconoce siempre como mulá,
que es un término de Medio Oriente para maestro.
Queja ante el sultán
Sultan Muhammad
(turco, 1475-1550)
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En este cuento, Nasrudín nos pone ante
una comparación entre dos túnicas, una que tiene en uso y otra guardada en su
alforja. Tanto en la acción como en los elementos mencionados, nos encontramos
ante distintos significados del relato.
La comparación entre las túnicas es la
acción relevante de la historia. Constantemente las personas nos pasamos
comparando opciones entre dos o más elementos, cuestiones y seres de todo tipo.
Cuando estamos frente a un objeto desconocido es inevitable que tendamos a relacionarlo
con otro, ya conocido por nosotros, haciendo un ejercicio comparativo en el que
el intelecto desarrolla una gran actividad. La educación usa de la comparación
y la analogía para llevar a los educandos a la comprensión y el conocimiento de
la realidad, porque son las formas básicas de la humanidad para relacionarse
con la existencia.
En la literatura, a esta figura también
se la llama símil, que es establecer una
comparación entre cosas determinadas, para trasladar las características
simbólicas o físicas de una a otra. La frase: sus ojos como dos esmeraldas brillaban en la noche, es un símil que
traza un paralelo entre los ojos de color verde y las piedras preciosas.
También se usa mucho en la vida cotidiana, como en los siguientes ejemplos:
Ten
cuidado si sales de noche que la calle está oscura como boca de lobo.
Fabio
está alto y flaco como un poste de luz.
Contraste de formas
Fernand Léger
(francés, 1881 - 1955)
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El cuento nos recuerda que las comparaciones
pueden ser falaces, cuando empleamos argumentos con el fin de engañar, distraer
o descalificar al interlocutor. Ocurre también cuando hay una mala construcción
de la comparación. Hay tantas falacias que cualquier intento de clasificación
resulta inútil. Desde que Aristóteles (griego, 384-322 a.C.) redactara sus “Refutaciones
sofísticas”, no hay dos planteos que tengan el mismo ordenamiento.
Para evitar los engaños en las
comparaciones, tan necesarias por otro lado para la existencia y el
aprendizaje, es bueno vivir con atención el presente, evitando compararlo con
un pasado que ya no está, o con un futuro que todavía no ha llegado. La túnica
que Nasrudín tiene en la alforja es del pasado, está sucia. Y si en el futuro
se la pone, seguirá sucia, aunque parezca más limpia que la que tiene en el
presente, lo cual es muy relativo. Mejor, que resuelva el presente.
Hay otros aspectos de la vida en los
cuales conviene no comparar. Por ejemplo, en la relación con otros, como cuando
cotejamos nuestra dicha o la tristeza con las del vecino. En estas situaciones
conviene entender que todo cambia, que la existencia es un constante devenir, y
lo valioso es sumergirse en el presente propio, contemplando aunque sea sin
comprender, donde la comparación será una insignificante falacia.
Ventanas sobre la
ciudad
Robert Delaunay
(francés, 1885 - 1941) |