Autorretrato gritando
Egon Schiele
(austríaco, 1890-1918) |
Un
día Meher Baba preguntó a sus seguidores lo siguiente:
-
"¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?"
Los
hombres pensaron unos momentos:
-
"Porque perdemos la calma", dijo uno, "por eso gritamos."
-
"Pero... ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?",
preguntó Baba, "¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una
persona cuando estás enojado?"
Los
hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a
Baba.
Finalmente
él explicó:
-
"Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para
cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados
estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa
gran distancia."
Luego
Baba preguntó:
-
"¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?"
-
"Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente... ¿por qué?... sus
corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Cuando se
enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más
cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y
eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman."
Luego
Baba dijo:
-
"Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras
que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no
encontrarán más el camino de regreso."
Los
gritos entre los hombres
Gente extraña Emil Nolde (alemán, 1867-1956) |
El
verbo gritar viene del latín, con el
significado de llamar en auxilio. También
tiene relación con la palabra latina quirites,
que significa ciudadanos en su
aspecto civil y político. Esto es así porque los ciudadanos eran llamados con
gran clamor, ya para solicitarlos en socorro propio o para una convocatoria.
Otros sentidos de gritar es el de protestar a grandes gritos, y también
deplorar o lamentarse de cualquier cosa. Da la impresión de que el verbo, que
se usaba en ámbitos jurídicos y políticos, provenía de un uso popular.
El
cuento indaga sobre el hecho de gritar en un ámbito más íntimo que es la
relación entre las personas. Meher Baba va a usar uno de los grandes símbolos
de la humanidad: el corazón. Este órgano no es, como se cree comúnmente, la
sede del sentimentalismo, sino que expresa de forma patente y clara la idea de
centro en todas las tradiciones. Es la copa de nuestro interior en donde están
depositados todos los efluvios celestiales que animan nuestra vida.
En el
corazón reside el hálito vital, que también es la luz de la inteligencia, la
auténtica intuición intelectual que nos permite conocer de manera directa y sin
reflejos a la esencia de todas las cosas. Como símbolo, el corazón es la fuente
de los sentimientos, de los pensamientos, de las decisiones y de las
intuiciones, el centro de todo lo que somos.
Los lisiadosLaurence Stephen Lowry (inglés, 1887-1976) |
Con
esta sencilla referencia podemos descubrir la profundidad del cuento. El enojo
entre personas hace que los centros se distancien, y que se produzca la
confusión, el alejamiento de una posible armonía entre los seres. El grito deja de ser una forma de comunicación
con los ciudadanos, aunque sea una queja, para transformarse en un instrumento
de mayor distanciamiento hasta perder toda relación.
Para
este cuento hay otro dato para tener presente. El protagonista, Meher Baba
(1894-1969) vivió en la India. Fue un maestro espiritual como muchos otros que
acompañan a la humanidad desde distintos tiempos, lugares y tradiciones. En
Occidente sus enseñanzas parecen extravagancias, pero podemos encontrar cosas
valiosas y conmovedoras.
Pocos
años antes de morir se dedicó a recorrer la India haciendo todo el bien
posible. Algunos atesoraron una frase de Meher Baba que se hizo famosa en el
mundo hippie de los años sesenta: no te preocupes, sé feliz, más
reconocible en inglés, don´t worry, be
happy. ¿Qué quería decir con esta aparente despreocupación? Esto se revela
cuando habla de sus seguidores en su movimiento La Nueva Vida.
"Esta
Nueva Vida no tiene fin, la mantendrán viva los que lleven una vida de completo
renunciamiento a la falsedad, a las mentiras, al odio, a la ira y a la codicia;
los que cumplan esto, y no hagan daño a nadie, ni calumnien, ni procuren poseer
bienes materiales ni poder; los que no acepten homenajes, ni codicien honores,
ni rehúyan la ignominia, ni teman a nadie ni a nada; los que confíen total y
únicamente en Dios, amen a Dios por el mero hecho de amarle, y crean en quienes
aman a Dios, y en las manifestaciones, pero sin esperar recompensas
espirituales o materiales; los que no dejen de aferrarse a la Verdad, y los
que, sin que las calamidades los acongojen, afronten valiente y entusiastamente
todo infortunio con absoluta alegría."
Tres personas Rufino Tamayo (mexicano, 1899-1991) |