Astrólogo y hombres santos Atribuido a Govardhan (indio, s. XVII) |
Para
transmitir enseñanzas, la tradición de la humanidad utiliza distintos recursos
de acuerdo a los contenidos. En ciertos
casos basta una simple explicación o alguna sentencia breve. Pero hay algunos aspectos que son sutiles y difíciles
de entender de entrada. Para estas
situaciones es que se recurre al cuento.
Las
narraciones no brindan definiciones irrebatibles, sino que sugieren caminos
para acercarse al centro de la enseñanza que se quiere transmitir. Como en los cuentos siguientes, los maestros
le agregan una sentencia al final, para orientar la búsqueda de cada oyente. Veamos dos ejemplos.
El contrabandista
Todos sabían que era indiscutiblemente un
contrabandista. Era incluso célebre por ello. Pero nadie había logrado jamás
descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia, cruzaba de la India a
Pakistán a lomos de su burro, y los guardias, aun sospechando que
contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello.
Transcurrieron los
años y el contrabandista, ya entrado en edad, se retiró a vivir apaciblemente a
un pueblo de la India. Un
día, uno de los guardias que acertó a pasar por allí se lo encontró y le dijo:
--Yo he dejado de ser guardia y tú de ser
contrabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora, amigo, qué
contrabandeabas.
Y el hombre repuso:
--Burros.
El Maestro dice.
En la
tradición no interesa demasiado saber el nombre del Maestro, pues alcanza con
que algún discípulo haya entendido la enseñanza y la trasmita a los demás. Lo
importante es el contenido y no la persona que lo transmite. En este caso, la
orientación del Maestro es la siguiente: “Así
el ser humano, en tanto no ha purificado su discernimiento, no logra ver la
realidad.”
El sentido de la narración es el
“discernimiento”, un concepto muy importante para la tradición y para la vida.
El sentido de la palabra es separar, dividir las cosas
separándolas. Viene del verbo latino cernere, el cual ha dado lugar a las
palabras: certificar, decretar, secreto.
En griego, esta palabra está emparentada con crisis, crítica e hipócrita.
Sin título Satish Gujral (indio, nacido en 1925) |
El
discernimiento, en los aspectos más importantes de la cultura humana, está
referido a los criterios del obrar, en distinguir una cosa de otra menos
valiosa. Se aplica especialmente a las
operaciones del ánimo, para distinguir lo que hace bien de lo que hace daño.
En el
cuento los guardias son presentados como quienes no han purificado su
discernimiento, y caen en el engaño del contrabandista, sin lograr nunca
descubrir lo que este hombre pasaba ilegalmente. Y lo que éste contrabandeaba era lo más
evidente, burros.
También los
guardias estaban enceguecidos respecto de la propia tarea que realizaban. Custodiaban el paso a través de un límite
entre naciones, algo que es artificial y cambiante. Probablemente el oficio de comercio con
burros fue anterior a la demarcación de los límites, y este hecho transformó
una acción común en contrabando. Los guardias seguramente no habían intervenido
en la creación de la separación entre aquellas naciones, no tenían los
criterios necesarios para entender lo que sucedía y, por lo tanto, cayeron en
la trampa del transportador de burros.
En todas
las tradiciones humanas, el discernimiento es una de las virtudes principales
del ser humano maduro. El Maestro nos dice que es fundamental para ver la
realidad, para entender adecuadamente lo que sucede en nuestro entorno y en
nuestro interior. Por eso, no se refiere solamente a las grandes acciones, sino
que está vinculado a las actividades más simples y cotidianas. Es una actitud que debe ejercerse con
constancia en las variadas situaciones de la vida.
El atolladero
He aquí que un hombre entró en una pollería. Vio un pollo colgado y,
dirigiéndose al pollero, le dijo:
--Buen hombre, tengo esta noche en casa una
cena para unos amigos y necesito un pollo. ¿Cuánto pesa éste?
El pollero repuso:
--Dos kilos, señor.
El cliente meció ligeramente la cabeza en un
gesto dubitativo y dijo:
--Éste no me vale entonces. Sin duda,
necesito uno más grande.
Era el único pollo que quedaba en la tienda. El resto de los
pollos se habían vendido. El pollero, empero, no estaba dispuesto a dejar pasar
la ocasión. Agarró
el pollo y se retiró a la trastienda, mientras iba explicando al cliente:
--No se preocupe, señor, enseguida le traeré
un pollo mayor.
Permaneció unos segundos en la trastienda.
Acto seguido apareció con el mismo pollo entre las manos, y dijo:
--Éste es mayor, señor. Espero que sea de su
agrado.
--¿Cuánto pesa éste? -preguntó el cliente.
--Tres kilos -contestó el pollero sin dudarlo
un instante.
Y entonces el cliente dijo:
--Bueno, me quedo con los dos.
El Maestro dice.
Sa´di en un jardín de rosas Govardhan (indio, s.XVII) |
La
orientación del que imparte la enseñanza es la siguiente: “En un atolladero tal se halla todo aspirante espiritual cuando
verdaderamente no se compromete con la Búsqueda.”
El vendedor
de pollos se encuentra en una situación complicada, de la cual no puede salir
inmune. Creía que iba a ser fácil
engañar al cliente, pero terminó atascado en su propia trampa.
Su error,
como en los casos de los guardias del cuento anterior, está en la falta de
purificación de su discernimiento. Obra
de una manera atropellada, no piensa las consecuencias o los problemas que se
puedan derivar de su acción.
Tampoco se
da cuenta del sentido de su oficio, que es el comercio. El intercambio de bienes es tan antiguo como
las civilizaciones, y ha sido una actividad arquetípica en las sociedades
humanas. Es un lugar en el que se
ejercitan las virtudes y en el que la responsabilidad por el bien de la
comunidad está en juego.
La
enseñanza de la tradición se refiere a la conducta de las personas. Toman el ejemplo de los oficios y las
circunstancias humanas, pero se dirigen al interior de cada hombre. De este modo, así como el pollero es
irresponsable en su tarea, de la misma manera lo es el aspirante espiritual que
no está comprometido con su camino, sea cual fuere el que eligió.
La
tradición se ocupa de todo hombre, superando las situaciones de espacio y
tiempo. Los criterios que transmiten los
Maestros, a través de sentencias, cuentos y razonamientos, tienen un alcance
universal y es el tesoro que todo ser humano tiene, más allá de cualquier
condición.
Sin título Ismail Gulgee (pakistaní, 1926-2007) |