El origen de la humanidad.
Pintura Rupestre Tassili N´Ajjer, Argelia (ca. 5000 aC) |
Es todavía motivo de discusión en
qué lugar apareció el primer hombre con las características
modernas. Las mayoría de las teorías admiten que el homo
sapiens sapiens, tal la
denominación del hombre moderno, estuvo sin dudas inicialmente en
África, hace alrededor de 200.000 años y de allí se expandió a
los otros continentes.
Citar
un cuento de origen africano supone acercarse al núcleo de nuestro
origen. Además, que el relato citado haga referencia al lenguaje,
nos pone ante la más importante creación del hombre primitivo. El
homo sapiens sapiens estuvo
capacitado para la comunicación sonora desde sus comienzos, incluso
heredó una cierta lengua de sus antepasados. Pero hace 50.000 fue
capaz de los grafismos de símbolos, y hace unos 7.000 años
empezamos a escribir.
El árbol que hablaba
Había un lobo en la selva. Un día,
cuando estaba afuera paseando, encontró a un árbol que tenía unas
hojas que parecían caras de personas. Escuchó atentamente y pudo
oír al árbol hablar.
El lobo se asustó y dijo:
-Hasta el día de hoy nunca me había
encontrado con algo tan raro como un árbol hablante.
Tan pronto como hubo dicho estas
palabras, alguna cosa que no pudo ver lo golpeó y lo dejó
inconsciente. No sabía durante cuánto tiempo había estado allí
tendido en el suelo, pero cuando despertó estaba demasiado asustado
para hablar. Se levantó inmediatamente y empezó a correr.
El lobo estuvo pensando acerca de lo
que le había ocurrido y se dio cuenta de que podía usar el árbol
para su provecho. Se fue paseando de nuevo y se encontró a un
antílope. Le contó lo del árbol que hablaba, pero el antílope no
le creyó.
Figuras femenina y masculina Congo (siglos XVIII-XIX) |
-Ven y lo verás tu mismo -dijo el
lobo- pero cuando llegues delante del árbol asegúrate de decir
estas palabras: "Hasta el día de hoy nunca me había encontrado
con algo tan raro como un árbol hablante". Si no las dices,
morirás.
El lobo y el antílope se acercaron
hasta el árbol que hablaba. El antílope dijo:
-Has dicho la verdad, lobo, hasta el
día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un
árbol hablante.
Tan pronto como dijo esto alguna
cosa lo golpeó y lo dejó inconsciente. El lobo cargó con él a su
espalda y se lo llevó a casa para comérselo. "Este árbol que
habla solucionará todos mis problemas", pensó el lobo. "Si
soy inteligente nunca más volveré a pasar hambre."
Al día siguiente el lobo estaba
paseando como de costumbre. Al cabo de un rato se encontró con una
tortuga. Le contó la misma historia que le había contado al
antílope, y la llevó hasta el lugar. La tortuga se sorprendió
cuando vio al árbol hablante.
-No creía que esto fuera posible
-dijo- hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan
raro como un árbol hablante.
Inmediatamente fue golpeada por algo
que no pudo ver y cayó inconsciente. El lobo la arrastró hasta su
casa y la puso en una olla. Pensó en hacer una estupenda sopa.
El lobo estaba orgulloso de sí
mismo. Después del antílope y la tortuga cazó un ave, un jabalí,
y un ciervo. Nunca antes había comido mejor. Siempre usaba la misma
estrategia. Contaba a sus presas que debían decir que nunca antes
habían visto a un árbol hablar y que si no lo decían morirían.
Todos ellos hicieron lo que el lobo
les dijo y todos ellos quedaron inconscientes. Luego el lobo cargaba
con ellos hasta su casa. Era un plan perfecto, él lo creía simple e
infalible, y agradecía a las estrellas el hecho de haber encontrado
a ese árbol. Esperaba comer como un rey durante el resto de su vida.
Un día, que se sentía con algo de
hambre, el lobo fue a pasear de nuevo. Esta vez se encontró con una
liebre. El lobo le dijo:
-Hermana liebre, he visto algo que
tú no has visto desde el tiempo de tus antepasados.
-Hermano mayor, ¿qué puede ser?
-preguntó la liebre.
-He visto un árbol que habla en la
selva -dijo el lobo.
Contó la misma historia de siempre
a la liebre y se ofreció para llevarla a ver ese árbol hablante.
Fueron juntos hasta el lugar. Cuando
se acercaban al árbol el lobo le dijo:
-No olvides lo que te he contado.
-¿Qué me contaste? -preguntó la
liebre.
-Lo que debes decir cuando llegues
junto al árbol, o si no, morirás -dijo el lobo.
-¡Oh!, sí -dijo la liebre-.
Y empezó a hablar con el árbol.
-¡Oh!, árbol, ¡oh!, árbol
-dijo-. Eres un árbol precioso.
.No, esto no -dijo el lobo.
-Perdona -dijo la liebre. Entonces
habló de nuevo-. Árbol, ¡oh!, árbol, nunca pensé que pudieras
ser tan maravilloso.
-¡No, no! -dijo el lobo- no un
árbol precioso, un árbol hablante. Te dije que tenías que decir
que nunca habías visto antes a un árbol hablante.
Tan pronto como hubo dicho estas
palabras, el lobo cayó inconsciente. La liebre se fue andando y
mirando hacia el árbol y el lobo. Luego sonrió:
-Entonces, este era el plan del
señor Lobo -dijo-. Se pensaba que este lugar era un comedero y yo su
comida.
La liebre se marchó y contó a
todos los animales de la selva el secreto del árbol que hablaba. El
plan del lobo fue descubierto, y el árbol, sin herir a nadie,
continuó hablando solo.
La comunicación simbólica.
La comunicación usa los símbolos
como los elementos que pueden ser comprendidos por todos. Es un
mecanismo sencillo, aunque toma mucho tiempo elaborarlo, pues se
necesitan varias generaciones para que cumpla sus funciones.
El árbol de la vida Talla Makonde Tanzania. |
Los símbolos se basan en la
observación de la realidad, y en vincular cosas evidentes con otras
menos evidentes o invisibles. No nos es evidente la ira, se nos hace
clara a través de la expresión del rostro. No podemos tocar la
tristeza, sino que se manifiesta a través de las lágrimas. No
podemos agarrar la alegría, pero todos sabemos que la risa es su
símbolo universal.
Hay vinculaciones que son evidentes
para todos. Hay otros símbolos que son propios de ciertos grupos
humanos. También los hay personales, esto quiere decir que
solamente el propio individuo los puede comprender. Por ejemplo,
muchas cosas que soñamos tienen sentido solamente para cada uno de
nosotros y nadie puede acceder a su mensaje secreto si no los
interpretamos individualmente.
En nuestro tiempo, los símbolos se
están modificando mucho, como si se estuviese produciendo un gran
cambio más allá de nuestra comprensión. Es algo que escapa a
cualquier planificación y dominio. Nadie sabe hacia donde va.
Pero, sea que entremos en una nueva etapa o permanezcamos en la
misma, nos viene bien ir recorriendo con serenidad los símbolos que
se han elaborado hasta hoy.
Símbolos en el cuento.
El cuento presenta hay varios temas
dominantes. Uno es el árbol, que pone en comunicación los tres
niveles del cosmos. Con sus raíces, se alcanza lo subterráneo; el
tronco y las primeras ramas se desenvuelven en la superficie de la
Tierra, y con su copa, atraída por la luz del cielo, se llega a las
alturas. El otro es el lobo, un engañador, alguien que transforma
su experiencia negativa de ser desmayado por el golpe del árbol, en
un beneficio exclusivo para sí mismo, lo que se denomina un
“ventajero”.
Cortina Tribu Fulani, Ghana (Siglo XIX) |
El contraste lo da la liebre que, con
aparente ingenuidad, pone en evidencia la maldad de su oponente.
Lejos de esconder su aprendizaje, el cuento termina cuando este
animalito se comunica con el resto de los animales de la selva para
compartir el secreto del árbol que hablaba, y de esta manera
derrotar definitivamente al enemigo devorador.
La liebre y el conejo su equivalente,
son animales relacionados con la luna, el astro de la noche, pues se
dice que los conejos duermen de día y saltan de noche. La
observación humana se ha dado cuenta que la liebre, como la luna,
aparece y desaparece con silencio y en la sombra. Además, son tan
prolíficos, que han sido usados para ilustrar la relación de la
luna con el ciclo de la vida. Esto se ve en las tradiciones
africanas, en las del continente americano, y también en India y
China.
Otro aspecto de la liebre es que es un
animal que alienta la vida de los seres humanos y es mediador con la
divinidad más importante. El conejo es considerado un héroe
mítico, manso como el cordero, e inofensivo. Estas características
aparecen también Jesucristo, según las tradiciones antiguas.
Hay otros aspectos del símbolo en las
distintas civilizaciones. Pero lo importante del cuento pasa por la
comunicación. No es solamente hablar, como lo hace el árbol o los
mismos animales. La comunicación es una actitud de transmitir lo
que beneficie a los otros, es contar los secretos para nadie caiga en
las trampas de los devoradores. Es tener la actitud de la liebre,
una alegre admiración por las cosas extraordinarias con expresión
propia, sin repetir lo que dicen los malvados.
Umuhimuwa
matunda
George Lilanga
(Tanzania, 1934-2005)
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