Alegoría de la Noche Battista Dossi (italiano, 1517-1548) |
Un
poeta persa cuenta lo siguiente.
Un
paseante curioso le preguntó a una luciérnaga:
- - ¿Por
qué razón sólo brillas por la noche?
La
luciérnaga, en su particular lenguaje, le dio esta luminosa respuesta:
- - Permanezco
en el exterior igual de día que de noche pero, cuando el sol está en el cielo, no
soy nada.
Donde
brillan las estrellas
Como todas las
realidades y cosas de nuestro universo, la noche tiene varios significados,
algunos formando dualidades irreductibles.
La noche es la oscuridad, pero a la vez la que permite ver la luz de las
estrellas o, como sucede en el cuento, la luz de la luciérnaga.
De las noches de noviembre Boris Margo (ucraniano, 1902-1995) |
En la
tradición griega, la Noche (Nyx) es
hija del Caos y madre del Cielo (Ouranos)
y la Tierra (Gaia). Es muy prolífica, porque también engendra
igualmente el sueño y la muerte, las ensoñaciones y las angustias, la ternura y
el engaño. La Noche recorre el cielo en
un carro tirado por cuatro caballos negros, y es seguida por un cortejo formado
por sus hijas, las que rigen el destino y las que aplican las leyes.
Los
antiguos maestros mayas enseñaban que “la noche es el manto de sombra que pasa,
para que el espíritu inconsciente pueda hacer su trabajo”. Es el momento de silenciar las acciones
físicas, para que el trabajo interno se lleve a cabo.
Para
ese pueblo de América, el símbolo de la noche hacía referencia al equilibrio de
las cosas, al descanso necesario después del desgaste de las energías que el
día insume, teniendo como objetivo la paz.
La noche permite la comunicación con dos mundos, el de la vigilia y el
onírico, dos dimensiones de una misma realidad, que son inseparables de una
vida digna.
Varias
expresiones populares nos facilitan comprender la inmensa realidad de la
noche. Cuando no descansamos bien,
hablamos de “mala noche”, y a los que queremos o respetamos les deseamos
“buenas noches”. El cambio de fecha se da a la “media noche”, que nos sirve de
referencia para hablar de “noche vieja”, y para celebrar la “Nochebuena”. En muchos lugares se habla de quienes se
divierten, como quienes salen a “romper la noche”. La ternura, como hija, aparece especialmente
en “noche de bodas”, pero si se desata la angustia, nos lleva a una “noche de
perros”. “Hacerse de noche” es cuando empiezan los problemas, y éstos, al
abarcar a la humanidad, se manifiestan como “la noche de los tiempos”. Pero la “noche cerrada”, en algún momento, es
vencida por la luz de las estrellas que, para ser vistas, necesitan de la
oscuridad, como también la luciérnaga.
Compañera
de estudiantes
En
Oriente, la luciérnaga ha sido relacionada con el alma de los héroes
inmortales. En China es la compañera de
los estudiantes pobres a los que proporciona luz para sus trabajos nocturnos.
Los nueve Señores de la Noche Códice Borgia (Puebla, México, antes del s.XV d.C.) |
En
otras culturas encontramos características similares y complementarias. Entre los guaraníes, el “bichito de luz”
recibe el nombre de “isondú”. Las leyendas hacen referencia a dos estados
posibles de este escarabajo.
Como
bichito volador, recuerda el día en que el “Dios del mal” viene a la tierra
pensando encontrar a los hombres dispersos y abandonados. Pero en verdad se mantenían unidos y alegres
gracias al fuego que les había dejado el Dios creador, Tupá. El maligno, envidioso
de esta situación, sopló en las fogatas fraternales de los hombres, intentando
apagarlas. De esta acción surgían
también infinidad de chispas, a las que el “Dios del mal” perseguía para que no
quedara rastro del fuego, y los seres humanos no se pudieran reunir. Tupá, al advertir esta situación, transformó
las chispas en bichitos de luz, de tal manera que el Adversario, sin darse
cuenta de este cambio, perdiera su tiempo persiguiendo a estos insectos y
dejara de embromar a los hombres.
Mujer cazando luciérnaga Utagawa Kuniyoshi (japonés, 1797-1861) |
La
otra leyenda hace referencia a la etapa como larva de la luciérnaga, en la cual
se arrastra y presenta veintidós puntos de luz en su abdomen. Según cuentan los guaraníes, hubo en la
antigüedad un joven muy apuesto, muy inteligente y bondadoso. Sus conocidos, que envidaban estas
cualidades, decidieron matarlo y le clavaron veintidós puñaladas. El joven se convirtió en larva que en las
noches cerradas con otras larvas forman caravanas, orientando y acompañando a
los solitarios que se han perdido.
La
luciérnaga nos guía a través del mundo de la noche. Un mundo en el cual se mezclan pesadillas y
monstruos, las ideas negras. Pero que
también es un mundo fecundo, es un espacio y tiempo de preparación activa del
nuevo día, donde brotará la luz de la vida.
El “bichito de luz” que acompaña humildemente al ser humano, y que reconoce
su distancia de la Luz que todo lo transforma.
Paracas: La Noche Fernando de Szyszlo (peruano, nacido en 1925) |