Camellos
Amrita Sher-Gil
(húngara-india, 1913-1941) |
En
el momento en que la caravana ha llegado para hacer un alto, se te ha
perdido
tu camello. Lo buscas por todas partes. Finalmente, la caravana sale de nuevo
sin ti y cae la noche. Toda tu carga ha quedado en el suelo y tú preguntas a
todos:
"¿Han
visto mi camello?"
Incluso
añades:
"¡Daré
una recompensa a quien me dé noticias de mi camello!"
Y
todo el mundo se burla de ti.
Uno
dice:
"¡Acabo
de ver un camello de pelo rojizo y muy gordo! ¡Se fue en esa dirección!”
Otro:
"¿No
tenía tu camello una oreja rota?"
Otro:
"¿No
había una manta bordada en la silla?"
Otro
más:
"¡He
visto irse por allí un camello con el ojo reventado!"
Así,
todo el mundo te da una descripción de tu camello con la esperanza de
aprovecharse de tu largueza. En el camino del conocimiento, son numerosos los
que evocan los atributos de lo Desconocido. Pero tú, si no sabes dónde está tu
camello, sí que reconoces la falsedad de todos estos indicios. Encuentras
incluso a gente que te dice:
"¡También
yo he perdido mi camello! ¡Busquemos juntos!"
Y
cuando por fin viene alguien que te describe realmente tu camello, tu alegría
no conoce límites y haces de ese hombre tu guía para recobrar tu camello.
En
la caravana
Estamos en camino hacia lo
desconocido. Vamos con muchas personas,
con las cuales conformamos la caravana que día a día se encuentra con sorpresas
y desafíos, cuestiones que nos asombran, alegrías y tristezas, situaciones para
contemplar y otras para actuar.
La vida pasa
como una misteriosa caravana.
Hassan Massoudy
(iraquí, n.
en 1944)
|
Cuando
en el cuento se menciona el camello, instintivamente pensamos en los viajes de
larga distancia en el desierto. Este
animal es una montura ideal para ese ambiente, pues puede andar muchos días sin
beber agua, y a la vez transportar grandes pesos de carga. Es un símbolo relacionado con la sobriedad y
la frugalidad debido, principalmente, a su aguante en situaciones extremas.
El
cuento insiste en que el viaje de la vida es el del conocimiento, y que es como
atravesar un inmenso desierto. Hay una
sentencia en Oriente que dice que el viaje de la vida es de 30 centímetros
aproximadamente, lo que separa la cabeza del corazón. Sin embargo, esa distancia abarca la apertura
al universo y a los demás. La sobriedad
y la frugalidad son virtudes necesarias en semejante aventura. Otorgan seguridad, serenidad, y apaciguan las
relaciones. Cada viaje difícil es un día
natural para el camello, al que pocas cosas lo inmutan.
Árabe en camello
Vasily
Vereshchagin
(ruso, 1842-1904)
|
El
camello es, como todo símbolo, ambivalente.
A la obediencia, frugalidad y serenidad, se le contraponen la pereza, la
furia y la ira. Por ejemplo, para los
asiáticos, el camello es un símbolo que remite a todo lo relacionado con la
petulancia y la ambición fallidas y, en tal sentido, forma parte de ciertos
proverbios suficientemente significativos, como por ejemplo aquel que dice lo
siguiente: “Porque el camello se juzgó grande, perdió el año”.
En
libros místicos de la antigüedad, en la cultura judía y en la persa, se habla
de los camellos voladores. Son
comparados con dragones y serpientes aladas, guardianes del paraíso. En un libro de esos se dice que la serpiente
de la tentación habría sido un “camello volador”. En la Biblia se menciona a este animal como
“impuro”, y el profeta Jeremías usa el símbolo para calificar a los creyentes
infieles:
“¿Cómo puedes decir: “No me he contaminado,
no he ido detrás de las Falsedades?”
Terrestre
Conroy Maddox
(inglés, 1912-2005) |
Mira tu conducta en el Valle,
reconoce lo que has hecho.
¡Camella
veloz, que va de un lado para otro! (Cap.2, vers. 23)
Volviendo
a los aspectos positivos de los camellos, recordemos que son los que nos llevan
del desierto al oasis. Muchos pueblos
los reconocen como “servidores de Reyes” al haber llevado a los Reyes Magos,
siguiendo la estrella, hacia el pesebre donde brillaba la Luz de las luces.
Cuando
nos aparece el camello en la vida, entonces estamos ante una aventura, un
reto. Es posible que este cambio sea a
largo plazo, o que nos espere algo largo.
Si nos dejamos guiar por este animal, aprenderemos a tomar este desafío
con alegría. En el desierto nos podemos
quejar del calor insoportable o decidir contemplar el cielo azul más radiante
del planeta. En nosotros está la
decisión.
Desierto
Martiros
Saryan
(armenio, 1880-1972) |