domingo, 31 de julio de 2016

LOS MONOS Y LAS BELLOTAS


Mono, nota, música!
Mr. Dejo
(holandés, contemporáneo)



Chuang-tzu nos cuenta esta extraña historia:

Un criador de monos les dijo cuándo les iba a dar de comer:
-Les daré tres bellotas por la mañana y cuatro por la noche. ¿Qué les parece?

Todos los monos protestaron muy enfadados.

-Muy bien -dijo el criador-. Pues les daré cuatro bellotas por la mañana y tres por la noche. ¿Qué les parece?

Todos los monos se mostraron encantados.


El sentido del orden

         Soñar con monos tiene interpretaciones distintas.  En las zonas donde no están estos animales, los pueblos tienden a considerarlos como imágenes de la indecencia, la agitación, la insolencia y la vanidad.  También, en razón de la irritación proveniente de la semejanza entre el simio y el hombre, se lo considera la caricatura del yo, brutal, ávido y lascivo.  Si hay monos en los sueños, es la indicación que hay que rehuir de estos aspectos negativos del yo.


De la Creación (detalle)
Maestro Bertram von Mindem
(alemán, 1345-1415)
         En los pueblos que lo conocen como animal libre, admiran su agilidad y vivacidad.  Por esta razón, piensan que es un elegido de los dioses y un salvador.  Cuando les aparece en los sueños, lo consideran como un llamado a favor de un desarrollo personal, estrechamente ligado a la naturaleza.

         Estas interpretaciones son dispares, como suele suceder con los símbolos.  En el cuento se presenta un ambiente de mucha cercanía con los monos.  El protagonista es un criador de los mismos, que tiene una cuota importante de poder, pues es el que les da los alimentos.

         La primera impresión que se tiene es que el cuidador engaña a los monos, pues mantiene la misma cantidad de comida, siete bellotas, pero distribuidas de forma distinta. Hasta nos resulta normal que el hombre triunfe sobre los animales, pues creemos que la capacidad de razonar nos hace superiores a otros seres vivientes.

         Para que esta superioridad sea efectiva, hace falta que el hombre y el animal consideren por igual la comparación.  Pero esto no es así.  Estamos seguros que a los monos no les interesaba en lo más mínimo ser superiores o inferiores a su cuidador.  El interés de los simios pasaba probablemente por la armonía con el día y la noche.

Mono negro
Maria Primachenko
(ucraniana, 1908-1997)  

         El cuento contrasta el ejercicio del poder, que cree que conforma a los quejosos con un engaño horario, con la armonía de los monos con la creación.  Para ellos no es lo mismo comer tres o cuatro bellotas en plena luz, y otra cantidad a la noche.  Distinguen bien la luz de la oscuridad, sus sentidos y sus efectos. En este contexto cabe preguntarse quién es superior: si el que se sustenta con engaños, o los que viven en armonía con la naturaleza.

         Acompaña bien a este cuento el origen etimológico de la palabra “mono”.  No proviene de las lenguas más recurrentes para el castellano, latín o griego, sino de un término del árabe clásico, que significa “afortunado” y “de buen augurio”.



Dos patriarcas chan armonizando sus mentes
Shi Ke
(chino, siglo X)