domingo, 17 de julio de 2016

LA CIENCIA DEL PODER



 

Interior metafísico con sol que muere
Giorgio de Chirico
(italiano, 1888-1978)

Una historia china habla de un joven rey que ejercía su poder con el rigor más absoluto. Tenía la justicia en la mano, mandaba arrestar y se encargaba de que las sentencias se llevaran a cabo de forma rápida y despiadada.

La situación, sin embargo, no se arreglaba. Sentía que su autoridad estaba cada vez menos firme.

Un día convocó a su primer ministro y le dijo:
—He mandado ejecutar a gran número de personas y sin embargo nadie me teme. ¿Cómo te lo explicas?

—Muy sencillo —contestó el primer ministro—. Tienes que aprender el secreto de la autoridad. Todos aquellos que has mandado ejecutar eran criminales, culpables. Los otros, por tanto, no tienen ninguna razón para temerte. Si quieres de veras que te teman, debes ejecutar también a los inocentes.

El rey asintió con la cabeza. Lo había comprendido.

Dos días más tarde mandó ejecutar a su primer ministro.


«Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.
Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
 (Evangelio según San Marcos, capítulo 7, versículos 20 al 23).


Signos
Isidore Isou
(rumano, 1925-2007)
         Llamamos “fenómeno” a las cosas que aparecen ante nuestros sentidos, suponiendo que esas mismas cosas tienen una realidad que está más allá de los sentidos.  Siguiendo esta idea, los cuentos no pertenecen al mundo de los fenómenos.  No cuentan hechos históricos o naturales, verificables por los sentidos de uno o varios seres humanos.  Pero son reales, porque nos hablan de las cosas que están más allá de los sentidos aplicadas a la vida humana.

         Los cuentos nos hablan de la “vida interior”.  Esta interioridad es real y está formada por sentimientos, imaginaciones, pensamientos y decisiones.  También forman parte de la vida interior todas las relaciones que tenemos con los demás y con todo el universo.  Para el ser humano, la piel no es una barrera que lo aísla, sino un medio que lo mantiene unido al mundo y al cosmos.  También los sentidos son órganos de comunicación con los fenómenos y con lo que hay más allá de los fenómenos, con aquello que los hace ser lo que son.

         En nuestro interior hay muchísimas fuerzas que influyen, algunas son conscientes y otras muchas más son desconocidas.  Estas fuerzas están en nuestras experiencias y en nuestras relaciones con aspectos del universo entero.  Es tan complejo nuestro interior, tan abundante en relaciones y experiencias, que nos sentimos desbordados por su exuberancia. Por esto, buscamos elementos que nos puedan ayudar a encontrar armonía en tal inmensidad.


Nueve discursos sobre Cómodo
Cy Twombly
(norteamericano, 1928-2011)
         Parte de esa ayuda nos viene de los cuentos.  Ellos esclarecen cuál es nuestra conformación interior para que cuando obremos en el mundo fenoménico, podamos hacerlo con autenticidad.

         El joven rey del relato es el centro de nuestra interioridad.  El primer ministro es una de las influencias que también habitan en nuestra intimidad.  El consejo que recibe el rey es que sea injusto con los inocentes, para que le tengan miedo.  Si seguimos el consejo, el consejero será la primera víctima de nuestra interioridad. Si esto le resulta agradable a nuestro corazón, entonces luego, en el mundo fenoménico, otros seres humanos serán las víctimas de nuestra decisión interior.

         Los cuentos nos dan la oportunidad de armonizar nuestro interior.  Los sabios, con sus enseñanzas, nos advierten de la maravillosa complejidad de nuestra alma, para que encontremos en ella el camino de la justicia, la belleza y el amor.



Ama el poder
Ronnie Landfield
(norteamericano, n. en 1947)