Cabeza mística
Alekséi von
Jawlensky
(ruso,
1864-1941)
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Era
un discípulo honesto y de buen corazón, pero todavía su mente era un juego de
luces y sombras y no había recobrado la comprensión amplia y conciliadora de
una mente sin trabas.
Como
su motivación era sincera, estudiaba sin cesar y comparaba credos, filosofías y
doctrinas. Realmente llegó a estar muy desconcertado al comprobar la
proliferación de tantas enseñanzas y vías espirituales. Así, cuando tuvo
ocasión de entrevistarse con su instructor espiritual, dijo:
-Estoy
confundido. ¿Acaso no existen demasiadas religiones, demasiadas sendas
místicas, demasiadas doctrinas si la verdad es una?
Y
el maestro repuso con firmeza:
-¡Qué
dices, insensato! Cada hombre es una enseñanza, una doctrina.
Cosas misteriosas
Cuando nos enfrentamos
a algo desconocido, si intuimos la posibilidad de conocimiento, lo llamamos
problema. Pero si escapa a nuestra capacidad de conocer, entonces lo llamamos
misterio. Ese misterio puede ser lejano o estar bien cerca.
Un
misterio es la mente. Por lo general
entendemos que la mente es el conjunto de las capacidades intelectuales de la
persona. Algunas de estas aptitudes son:
el pensamiento, la inteligencia, la intuición, la voluntad, la conciencia, la
memoria.
Margen de silencio
Kay Sage
(norteamericana,
1898-1963)
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Hay muchos aspectos de
la mente que nos son desconocidos.
Antiguamente se la llamaba alma o espíritu, pero como estas palabras
tienen una connotación religiosa, no se las usa mucho en Occidente. En el mundo oriental, de donde viene el
cuento presentado, están más acostumbrados al uso de la palabra mente, sea en el ámbito de lo religioso
como para otras cuestiones de la vida humana, pues allí no hay demasiada
diferencia entre una esfera y la otra.
Se dice en el cuento
que el discípulo tenía buen corazón, expresando de esta manera su mundo de sentimientos
abiertos a otras personas y al mundo en el cual vivía. Pero su mente estaba cerrada todavía, a pesar
de tanto estudio y dedicación. Su mente
era como una garra que intentaba apresar las cosas a través del pensamiento y
la voluntad, para tener todo clasificado y ordenado.
Visión
Esteban
Vicente
(español,
1903-2001)
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La mente cerrada trae
confusión. La realidad es como una
sinfonía, que con muchos instrumentos produce una conmoción de armonía y
belleza en el alma. Una buena música puede mostrar lo sublime o lo horroroso,
llenarnos de beatitud o de espanto, pero siempre desde una armonía que nos
desborda, y con una coherencia que nos seduce por completo. Pero una mente
ocluida en su ambición de dominar, sometiendo la variedad a las propias
conclusiones, se niega al misterio. Es como si pretendiera desarmar toda la
orquesta para que los instrumentos suenen solos, en sonidos aislados.
El maestro del cuento
es vehemente en la respuesta. Es claro
que desea que el discípulo salga de su encierro para encontrarse con la
sinfonía maravillosa que brota de la orquesta humana. La sinfonía sonará si cada
hombre con su instrumento, cada ser con su enseñanza y dedicación, tal como lo
hace cada músico en una orquesta sinfónica, cumple al mismo tiempo y en el
mismo espacio con su destino.
Así como la mente es un
misterio, también lo son la verdad y la realidad. No las podemos abarcar, pero si somos
abiertos de espíritu podemos escuchar las sinfonías que nos ofrecen.
Anábasis
Bernard
Schultze
(polaco, 1915-2005) |