domingo, 2 de abril de 2017

CADA HOMBRE UNA DOCTRINA

Cabeza mística
Alekséi von Jawlensky
(ruso, 1864-1941)

Era un discípulo honesto y de buen corazón, pero todavía su mente era un juego de luces y sombras y no había recobrado la comprensión amplia y conciliadora de una mente sin trabas.

Como su motivación era sincera, estudiaba sin cesar y comparaba credos, filosofías y doctrinas. Realmente llegó a estar muy desconcertado al comprobar la proliferación de tantas enseñanzas y vías espirituales. Así, cuando tuvo ocasión de entrevistarse con su instructor espiritual, dijo:

-Estoy confundido. ¿Acaso no existen demasiadas religiones, demasiadas sendas místicas, demasiadas doctrinas si la verdad es una?

Y el maestro repuso con firmeza:

-¡Qué dices, insensato! Cada hombre es una enseñanza, una doctrina.


Cosas  misteriosas

         Cuando nos enfrentamos a algo desconocido, si intuimos la posibilidad de conocimiento, lo llamamos problema. Pero si escapa a nuestra capacidad de conocer, entonces lo llamamos misterio. Ese misterio puede ser lejano o estar bien cerca.
         Un misterio es la mente.  Por lo general entendemos que la mente es el conjunto de las capacidades intelectuales de la persona.  Algunas de estas aptitudes son: el pensamiento, la inteligencia, la intuición, la voluntad, la conciencia, la memoria. 

Margen de silencio
Kay Sage
(norteamericana, 1898-1963)  
Hay muchos aspectos de la mente que nos son desconocidos.  Antiguamente se la llamaba alma o espíritu, pero como estas palabras tienen una connotación religiosa, no se las usa mucho en Occidente.  En el mundo oriental, de donde viene el cuento presentado, están más acostumbrados al uso de la palabra mente, sea en el ámbito de lo religioso como para otras cuestiones de la vida humana, pues allí no hay demasiada diferencia entre una esfera y la otra.

Se dice en el cuento que el discípulo tenía buen corazón, expresando de esta manera su mundo de sentimientos abiertos a otras personas y al mundo en el cual vivía.  Pero su mente estaba cerrada todavía, a pesar de tanto estudio y dedicación.  Su mente era como una garra que intentaba apresar las cosas a través del pensamiento y la voluntad, para tener todo clasificado y ordenado.

Visión
Esteban Vicente
(español, 1903-2001)
La mente cerrada trae confusión.  La realidad es como una sinfonía, que con muchos instrumentos produce una conmoción de armonía y belleza en el alma. Una buena música puede mostrar lo sublime o lo horroroso, llenarnos de beatitud o de espanto, pero siempre desde una armonía que nos desborda, y con una coherencia que nos seduce por completo. Pero una mente ocluida en su ambición de dominar, sometiendo la variedad a las propias conclusiones, se niega al misterio. Es como si pretendiera desarmar toda la orquesta para que los instrumentos suenen solos, en sonidos aislados.

El maestro del cuento es vehemente en la respuesta.  Es claro que desea que el discípulo salga de su encierro para encontrarse con la sinfonía maravillosa que brota de la orquesta humana. La sinfonía sonará si cada hombre con su instrumento, cada ser con su enseñanza y dedicación, tal como lo hace cada músico en una orquesta sinfónica, cumple al mismo tiempo y en el mismo espacio con su destino.

Así como la mente es un misterio, también lo son la verdad y la realidad.  No las podemos abarcar, pero si somos abiertos de espíritu podemos escuchar las sinfonías que nos ofrecen.


Anábasis
Bernard Schultze
(polaco, 1915-2005)