domingo, 4 de junio de 2017

LA VERDAD

La boca de la verdad
Lucas Cranach el Viejo
(alemán, 1472 - 1553)


Érase una vez un hombre que buscaba la verdad.

Un buen día llegó a un lugar en donde ardía una innumerable cantidad de velas de aceite.

Éstas se encontraban cuidadas por un anciano que, ante la curiosidad de este individuo, respondió que ese era el lugar de la verdad absoluta.

Aquél le preguntó qué significaban sus palabras, a lo cual respondió que cada vela reflejaba la vida de cada individuo sobre la tierra: a medida que se consume el aceite, menos tiempo de vida le queda.

El hombre le preguntó si le podía indicar cuál era la de él.

Al descubrir que la llama estaba flaqueando, a punto de extinguirse, aprovechó un instante de distracción del anciano y tomó la vela de al lado para verter un poco de aceite de ésta en la suya.

Cuando estuvo a punto de alzar la vela, su mano fue detenida por la del anciano diciendo:

- Creí que buscabas la verdad.


Confianza y fidelidad
La Verdad saliendo de su pozo
Para avergonzar a la humanidad
Jean-Léon Gérôme
(francés, 1824-1904)

         Sorprende en el cuento que la verdad no esté referida a alguna afirmación o conjunto de afirmaciones, como lo que se da en una doctrina. En el uso cotidiano se ha reducido la verdad a alguna expresión oral o escrita y con eso se pretende dejar definida la situación. Pero este relato nos muestra que la verdad está en la actitud que tengamos ante la vida y la muerte. Queda claro que cuando dejamos de buscar la verdad, la consecuencia la paga el más cercano. El buscador  no duda en robar el aceite de un vecino cualquiera con tal de prolongar su vida.

         En las herencias que recibimos de la conformación de nuestra civilización, la idea de verdad se expresa en formas más parecidas al relato citado que a las expresiones de intelectuales de nuestro tiempo. Entre las distintas herencias, rescatemos algunas muy significativas.

         La palabra verdad, que en nuestra lengua viene del latín, se refiere a la palabra griega aletheia, compuesta por la preposición a, que significa sin, y el verbo letheia, que quiere decir ocultar.  Entonces verdad en griego es lo que no está oculto, pero referido a una acción, des-ocultamiento. El verbo mencionado dio lugar a nuestra expresión latente, por lo cual podemos decir que la verdad es hacer patente lo latente, es correr el velo para que aparezca lo que está oculto. La verdad siempre está desnuda, desvestida.
Verdad rescatada Por Hora,
siendo testigo la Historia
Francisco de Goya
(español, 1746-1828)   

         Los griegos aplican la verdad a las cosas, en cambio los latinos la referían a las palabras y las personas. Se utilizaba el adjetivo verus, que se manifiesta en los términos aseverar, perseverar, severo en el sentido de riguroso. Cuando la palabra es firme y seria, entonces es verdadera. Los sabios de Roma distinguían al demagogo, que era un ser superficial y adulador, del hombre que era verus, constante, grave. La fuerza de la verdad se expresaba en esta frase: vera pro gratis, que significa las cosas verdaderas en lugar de las gratas.

         En el mundo bíblico encontramos otros matices de la verdad, distintos de lo encontrado en Grecia y Roma. En hebreo verdad se dice emet. No tiene el sentido de la cosa hecha, sino de una acción que se está por hacer, por lo que en esa lengua verdad es ante todo confianza. La raíz de la palabra es confirmar, apoyar, respaldar, dar nuestra confianza a algo que se hace. También ha dado origen a la palabra amén, de uso religioso, para reconocer las acciones salvíficas y liberadoras. En la Biblia, la paz verdadera es sólida, duradera; el camino verdadero es el que me lleva a la meta. La verdad aplicada a Dios o a los hombres indica fidelidad, pues solo en el fiel puedo confiarme.

         Cerca de esta mirada bíblica, está el verbo árabe sadaqa, que se traduce por ser sincero, verídico, decir la verdad.  Es la raíz que da origen a la palabra sadyq, que significa amigo. Es un profundo matiz afectivo, pues amigo es aquel a quien podemos decir la verdad y de quién podemos esperar la verdad, aquel en quien confiamos, a quien necesitamos para salir del error.

         La búsqueda de la verdad se hace en el corazón de los seres inteligentes, donde reside la fidelidad constante y la amistad, aceptando la vida tal como es.

Variación: Confianza
Alexei von Jawlensky
(ruso, 1864 - 1941)