domingo, 10 de junio de 2018

OBEDIENCIA

Seis caquis
Muqi Fachang
(chino, 1210? - 1269?)


A las lecciones del maestro Bankéi acudían no sólo estudiantes del Zen sino también personas de toda escuela y estamento. Él nunca citaba Enseñanzas y Preceptos ni se entregaba a disertaciones escolásticas, sino que sus palabras salían directamente de su corazón al corazón de sus oyentes.

Lo vasto de sus auditorios irritó a un sacerdote de la escuela Nichirén, porque los adherentes de ella habían desertado para oír hablar del Zen. El sacerdote, tan centrado en su propio yo, acudió al templo, decidido a sostener un debate con Bankéi.

- "¡Eh, maestro del Zen!", prorrumpió. "Espera un poco. Los que te respeten podrán hacer caso a lo que tú dices, pero un hombre como yo no te respeta. ¿Puedes lograr que te haga caso?"

- "Ven junto a mí y te mostraré.", dijo Bankéi

Orgullosamente, se abrió paso el sacerdote entre la multitud para acercarse al maestro. Bankéi sonrió.

- "Ven, ponte a mi izquierda."

El sacerdote obedeció.

- "No", dijo Bankéi, "hablaremos mejor si tú estás a mi derecha."

El sacerdote, orgullosamente, se pasó a la derecha.

- "Ya ves", observó Bankéi, "me estás haciendo caso, y pienso que eres una persona muy amable. Ahora, siéntate y escucha…"


Escucha interior

         El relato está situado en la tradición budista zen. El maestro Bankéi (japonés, 1622-1693) es uno de los grandes maestros zen, y aún en nuestros días es muy venerado, especialmente por sus conmovedoras enseñanzas. El zen nace en China, en el siglo VII, luego se dispersa hacia el sur a Vietnam y al este a Corea y Japón.  Es muy atractivo, pues se aparta del conocimiento teórico o intelectual y busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional.

Rostro
Henri Michaux
(belga, 1899-1984)
       
La escuela Nichirén, a la cual pertenecía el sacerdote de la controversia, está dentro del budismo y fue fundada por un monje con ese nombre, que vivió en Japón en el siglo XIII. Han influido mucho en la sociedad japonesa en diferentes momentos de la historia del país.



         El budismo, para la mirada occidental, es exótico y con muchos rasgos folklóricos, aunque últimamente se ha ido integrando más a nuestra forma cultural. Se tiene la esperanza que una vinculación más profunda entre las tradiciones de oriente y occidente dé frutos de paz y unidad en beneficio de la humanidad entera. El factor más importante de interrelación es la mirada hacia el interior del hombre que todas las tradiciones proponen. Puede haber diferencias externas en cuanto a ritos y costumbres, pero las circunstancias exteriores de la vida humana son solamente símbolos que empujan a mirar hacia dentro del propio corazón.

En esta perspectiva, los dos personajes del cuento son dos aspectos de la interioridad de cada uno. Uno representa la intuición y la espontaneidad, aquello que brota de nuestra intimidad, más allá de razonamientos. Esto es simbolizado por Bankéi que habla del corazón a los corazones de los oyentes.
El universo
               Sengai Gibon
                   (japonés, 1750-1837)


El sacerdote que confronta al predicador no es una mala persona, simplemente quiere reclamar la atención sobre la doctrina. De esta manera representa todo aquello que recibimos de afuera, las enseñanzas y las normas que la humanidad elabora para orientar las vidas particulares. Es todo lo valioso que recibimos de afuera pero que antes de ser practicado por nosotros mismos debe obedecer a nuestro interior, para que sea auténtico. La práctica de cualquier norma o enseñanza, por más profunda que sea, si no pasa por el corazón, es falsa.

¿Qué es obedecer? La palabra proviene del latín, y tiene como raíz audire, que significa oír, escuchar. Se llama vida interior a aquella inteligencia del corazón que, al igual que Bankéi, es capaz de hacer escuchar a la potencia que nos viene de afuera, para que entre en armonía con el propio sentido de la existencia. Este centro del sí mismo no es un tirano ni represor de lo que viene de afuera, sino que armoniza, pone orden y belleza en todo lo que se mueve a nuestro alrededor.

La obediencia al corazón es la base de una plenitud de vida personal y la fuente de dónde brota la armonía entre todas las creencias.

"Me and me"
Milton Resnick
(ucraniano, 1917-2004)