Mujer con flor Mario Sironi (italiano, 1885-1861) |
- "Entonces, ¿Nunca pensaste
en casarte?"
- "Sí pensé" -respondió
Nasrudín.
- "En mi juventud, resolví
buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una
mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este
mundo."
- "Continué viajando, y fui a
Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del
espíritu, pero no era bonita."
- "Entonces resolví ir hasta
El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de
la realidad material."
- "¿Y por qué no te casaste
con ella?"
- "¡Ah, compañero mío!
¡Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto!"
Dimensión interior
La palabra mujer viene del latín mulier,
pero aquí se nos pierde el rastro de los orígenes del término. Aprovechándose
de este desconocimiento, algunos antiguos romanos inventaron una hipotética
forma originaria mollier, vinculada a
suave, blando, molusco y molicie, instalando
la idea despreciativa de sexo débil.
Esta falsa etimología triunfó aún en personas dedicadas al pensamiento
profundo, hasta nuestros días.
Uno de los arquetipos más importantes
de Medio Oriente y Occidente, ya extendido a todo el mundo, es Eva que
representa a toda mujer. Su origen está en el Antiguo Testamento, en el libro
del Génesis. En un primer relato de la Creación en siete días, en el sexto
dice: Dios creó al hombre a su imagen; lo
creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer (Génesis 1,27). Es importante
darse cuenta que el hombre abarca al varón y la mujer, indicado por ese extraño
pase del singular hombre: “lo creó a
imagen de Dios”, al plural: “los creó
varón y mujer”.
Luego viene el conocido relato de la
creación de Eva a partir del costado, de la costilla de Adán. Según maestros
intachables, como San Agustín (354-430), el sueño de Adán en ese momento es un
éxtasis. ¿Qué sentido conviene dar a Eva? En un plano interior simboliza el
elemento femenino en el hombre, tanto varón como mujer, puesto que el hombre
comporta un espíritu y un alma y, según Orígenes (185-254): “se dice que el espíritu es macho y el alma
puede llamarse hembra”. Del acuerdo del alma y el espíritu nacen los hijos,
que designan los pensamientos justos y los buenos movimientos.
Pero en nuestro interior, la armonía se
rompe. Esto se cuenta en la Biblia mediante el relato de la tentación que
ofrece la serpiente, la enemiga,
hablándole a la mujer, al alma. Eva significa la sensibilidad del ser humano
y su elemento irracional, y no habría ninguna consecuencia grave si ella sola
hubiese aceptado el ofrecimiento. La tragedia surge en nuestra vida cuando el
espíritu, Adán, da el consentimiento.
Situar el pecado original y todo mal en
nuestro plano interior es singularmente esclarecedor. Reducirlo a una pareja
sexuada es destruir su sentido y su significación. Como esto, toda enseñanza de
la sabiduría va directamente al corazón y allí queda sin pretender estar en
otro ámbito.
La
búsqueda del protagonista del cuento va en el mismo sentido. La perfección que
se exige para casarse es la integración interior de los aspectos femenino y
masculino que todos tenemos. Desde el corazón armonizado nacen los pensamientos
justos y las acciones buenas, que son las que están movidas por el amor.
Retrato abstracto, varón y mujer Alfred Henry Maurer (estadounidense, 1868-1932) |