Una historia japonesa nos presenta a dos monjes que vivían en el mismo monasterio y que querían fumar.
Aquella
inclinación, a la que sucumbían bastante a menudo, les granjeaba quejas y
reproches.
Un
día fueron convocados ante el maestro, uno después del otro, por separado. El
primero le dijo al maestro:
-¿Puedo
meditar mientras fumo?
El
maestro estalló en cólera, contestó que no y echó violentamente al discípulo.
El
monje, un poco más tarde, se encontró al otro monje fumando tranquilamente.
Sorprendido, le preguntó:
-
¿No has visto al maestro?
-
Sí, lo he visto.
-
¿Y no te ha prohibido fumar?
-
No.
-
Pero, ¿cómo puede ser? ¿Qué le has preguntado?
-
Simplemente le he preguntado: ¿puedo fumar mientras medito?
Un
arquetipo
La reacción del maestro
es exagerada. Quizás porque fumar en Japón es una actividad bastante nueva.
Echar humo de tabaco o de alguna hierba, tal el significado de fumar, se
desarrolló principalmente en América. Se estima que los cultivos en ese
continente se realizaron desde 3000 años antes de Cristo.
Monje en la tormenta Marco Ricci (italiano, 1676-1730) |
Los primeros usos del
tabaco en Europa se dieron recién en el siglo XVI, pero no para fumar sino para
aliviar con su jugo algunas enfermedades de piel o
algún tipo de dolor. A medida que llegaban más noticias de América, las
poblaciones de Europa y luego de Oriente se iniciaron en el uso del humo del
tabaco por su efecto narcotizante. Lo que se perdió fue el sentido sagrado que
se le daba en América, dónde se soplaba sobre los guerreros para insuflarles
fuerza, y el mismo humo se le dirigía a los rostros de los pacientes para
reforzarles el poder mágico de sus alientos.
Por otro lado el cuento
nos muestra una figura que está en toda persona humana: el monje. Todo hombre
reúne en sí una serie de principios que lo constituyen, algunos son evidentes,
como el hablar. Otros son esenciales pero no manifiestos, como el monje que
hace al individuo propiamente un ser
humano.
El arquetipo del monje
que todos poseemos nos muestra una riqueza tal de aspectos que nos llevaría
mucho tiempo enunciar. Hablaremos de unos pocos, empezando por la simplicidad.
En la antigüedad las personas que querían vivir en profundidad su principio
monacal se retiraban a lugares desiertos o se congregaban en espacios de vida
común, llamados cenobios y luego monasterios. En nuestro tiempo nos resulta
imposible salir de nuestros ambientes y tenemos que encontrar lo simple en la
vida diaria que llena de estímulos de todo tipo. En el presente la simplicidad
que buscamos está en saber armonizar la complejidad que nos atraviesa.
Monjes Ilya Glazunov (ruso, 1930-2017) |
Otra señal del monje
que nos habita es el compromiso del ser sobre el tener que la gran mayoría de
personas demuestra. Es común ver el orgullo de ser lo que se es, y del aprecio
que se siente por lo que se hace, sean artesanos, obreros o profesionales. El
monje es aquella persona que ha ido a buscar en las profundidades de la vida el
sentido de su ser, y vive aferrado a él. Lo mismo lo vemos en un mecánico
entregado en su taller, en un carnicero dedicando su vida con esmero a su
local. De esto sobran ejemplos.
Por otro lado, el monje
parece apartarse de la historia, pero en realidad lo que hace es sumergirse en
lo más hondo de ella. Estamos acostumbrados a la historia oficial, la que
cuentan unos pocos que tienen el privilegio del poder o de la fama. Pero todos
atravesamos la historia humana, y en ese devenir encontramos y cultivamos cosas
que la trascienden. Un signo evidente de esto es la ancestral costumbre de
honrar a los muertos, porque encontramos en toda vida, aún en la más oculta,
siempre algo que merece ser guardado en la memoria que es depósito de la historia cotidiana.
Ahora se entiende mejor
la respuesta del maestro. Si lo importante es meditar, como actividad central
del monje, por supuesto que se puede fumar. Pero si me concentro en mi deseo de
fumar, por más sacralidad que encierre, por encima de la atención a la vida,
entonces me pierdo un arquetipo fundamental de mi ser: el monje.
Decisión Kenzo Okada (japonés, 1902-1982) |