domingo, 15 de diciembre de 2019

EL IDIOTA


 
El idiota
Chaim Soutine
(ruso,1893-1943)

Diariamente, ellos llamaban al "tonto del pueblo" al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas:

- Una grande de 400 reales y... otra pequeña, de 2.000 reales.

Él siempre escogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda más grande valía menos.

- "Lo sé", respondió, "no soy tan bobo. La grande vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no voy a ganar más dinero."


El hombre en lo público
 
El tonto del pueblo
Carlos Sáenz de Tejada
(español, 1897-1958)
En las colecciones de espiritualidad cristiana aparece un pequeño conjunto de obras firmadas con el seudónimo El Idiota. En este grupo están por ejemplo Contemplaciones sobre el Amor Divino y también Oculus Mistico. Varios siglos después se descubrió que quien había plasmado estas obras se llamaba Raymundo Jordano, monje francés de la orden de San Agustín que vivió en la segunda mitad del siglo XIV. El escritor en cuestión empleó su seudónimo para denotar que él era una persona sin importancia, un hombre sencillo. Escribió en latín y no ha sido traducido a ningún idioma hasta el día de hoy.

En nuestro tiempo la palabra idiota es un calificativo que encierra mucho desprecio. Basta con mirar algunos de los numerosos sinónimos que tiene: bobo, tonto, estúpido, imbécil, retrasado, anormal. Los burladores del cuento lo aplican en este sentido.

La palabra idiota proviene de un término griego usado para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, si no sólo de sus intereses privados. La raíz idio significa propio y es la misma que está en la palabra idioma o en idiosincrasia. Si un hombre carecía de recursos para dialogar y discutir con libertad sobre política en el sitio público, se dedicaba a sus asuntos propios. El matiz consiste en que lo propio se distinguía de lo común, es decir, de lo comunitario, el bien público, la política, pero no suponía una enfermedad mental ni el servicio a un particular o esclavitud, sino la dedicación a actividades productivas, artesanales y tal vez artísticas. Este hombre se veía así privado de intervenir en la cosa pública, en la política. Algo que posiblemente fuese voluntario, por necesidad económica.
 
Persiguiendo al idiota del pueblo
Nicolai Astrup
(noruego, 1880-1928)
En el cuento, el idiota ha sido llevado a ocuparse del asunto propio y los burladores lo dejan fuera del asunto público, de la comunidad, del bien común. Esto es lo que sucede en las sociedades contemporáneas, que han sido expulsadas de la vida pública, tratadas como bobas, arrojadas a tener que ganar el pan de la sobrevivencia, a costa de pasar por retrasadas.

Es oportuno mencionar el urgente mensaje de Jesús de Nazaret (Evangelio según San Mateo 5,22-24):

"yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda."

Es una expresión potente, casi apocalíptica, para conmover el corazón de los discípulos y de los seres humanos en general. El hermano es sagrado, por encima del culto a Dios, una actividad central que se daba en aquellos tiempos.


Tres palabras gentiles de un tonto
Paul Klee
(suizo,1879-1940)