Panorama del Valle del Mississippi John J. Egan (irlandés, 1810-1882) |
Un
barco había encallado en el río Mississipi, y el capitán no podía zafarlo. Por
fin llegó un joven que le dijo:
-
Capitán, tengo entendido que usted necesita un piloto que lo saque de este
apuro.
-
Así es. ¿Es usted piloto?
-
Sí, señor.
-
¿Conoce usted todos los peligros, y los bancos de arena?
-
No, señor.
-
Entonces, ¿cómo piensa sacarnos de aquí si no sabe donde están?
-
Es que sé donde no están, señor Capitán.
Sin
peligros
El
barco nos da la idea de seguridad y de fuerza. Albergados en su estructura podemos
atravesar las aguas. Es la imagen de la casa del hombre en las aguas. El mástil
de la nave simboliza un eje central y el cruce de las líneas desde la proa
hasta la popa y desde estribor a babor nos presentan las orientaciones
fundamentales de sur, norte, este, oeste. La cruz de los puntos cardinales
atravesada por un eje que indica la trascendencia es una clara representación
de la vida, cuyo centro y cuya dirección conviene al hombre elegir.
La
nave es la interioridad de cada hombre. En el cuento se ve desafiada por los peligros, palabra relacionada con otros
aspectos importantes de la vida del ser humano. Etimológicamente deriva de dos
verbos: intentar y arriesgar. De la misma raíz vienen las
palabras experiencia y pericia, fundamentales en las preguntas
que el capitán hace al joven. Para evitar los peligros de nuestra vida es bueno
recurrir a quien conozca los caminos adecuados, un perito, y que tenga
experiencia en la situación determinada en la que nos encontramos.
Las minas de arena Juan O´Gorman (mexicano, 1905-1982) |
Es
significativo que el peligro al que enfrenta el barco es la arena. El
simbolismo de la arena viene de la multitud de sus granos. Algunas tradiciones
de Oriente que postulan muchísimas reencarnaciones para las almas, consideran
que las edades transcurridas son más numerosas aún que los granos de arena
contenidos entre las fuentes y la desembocadura del Ganges. Fácil de penetrar y
plástica, la arena adopta las formas que la moldean: es un símbolo de matriz.
Los estudiosos del inconsciente dicen que el placer que experimentamos al andar
sobre la arena, al echarnos sobre ella, al hundirnos en su masa flexible, se
emparenta con la sensación del regreso al útero.
En
la Biblia la arena es usada para indicar lo innumerable, lo vasto. Se habla
entonces de los descendientes de Abraham, como también de los designios de
Dios, incontables como la arena del mar. El texto sagrado habla también de la
arena representando lo inestable, lo que es incapaz de dar firmeza. El joven
Jesús habla del hombre insensato que construye su casa sobre arena y que con
las tormentas de la vida se derrumba al no tener un buen apoyo.
El
navegante joven nos da una de las variadas enseñanzas del cuento. Para salir de
los peligros es importante saber donde no están. Muchas veces se elogia a los
que conocen por experiencia los males y se cree que son, por esa razón, los
mejores orientadores. Pero para salir de los problemas es mejor ir por donde no
haya peligros. Para salir de los laberintos es importante saber cuáles son los
caminos que no están cerrados, libres de obstáculos. Allí está la salvación.
Navicella Giotto di Bondone (italiano, c.1267-1337) |