domingo, 21 de marzo de 2021

EL RUISEÑOR

 

(Título desconocido)
Zhang Daqian
(chino, 1899-1983)

 Un día, un príncipe chino oyó cantar a un ruiseñor.

 

Maravillado por la belleza de su canto, decretó que era un pájaro real que debía estar en palacio. Ordenó su captura.

 

Cuando le trajeron el pájaro, lo encerró en una magnífica jaula de oro. Le hizo servir los manjares más exquisitos y convocó a los mejores músicos del imperio para que le hicieran compañía.

 

Sin embargo, por más que fue rodeado de mil atenciones, el ruiseñor dejó de cantar, se desmejoró y murió en una semana.

 

Canto revelador

 

Figura
Ding Yanyong
(chino, 1902-1978)

El pequeño ruiseñor es un ave migratoria reconocida en varios continentes por recorrer inmensas distancias, que encontrar a su pareja en lugares determinados. Una fidelidad, símbolo de amor, que se une al hecho de que tanto el macho como la hembra intervienen activamente en el cuidado de sus crías.

 

Su canto se destaca durante el día, pero aún más durante la noche. Un dato interesante es que las melodías son transmitidas entre generaciones. Cada ruiseñor enseña a sus crías lo que le fue transmitido, por esta razón, el canto de estas aves suele ser considerado una bella herencia familiar y un patrimonio natural. También cuando un ruiseñor dotado de cualidades cantoras excepcionales deja oír su voz en una zona determinada, automáticamente mejora el nivel de canto de los ruiseñores de aquel territorio.

 

El ruiseñor es considerado un pájaro libre. Sólo canta cuando está en libertad, si se lo atrapa y enjaula se pone tan triste que es incapaz de cantar. Y como sucede en el cuento, esta tristeza lo lleva a la muerte.

 

Belleza
Wang Dongling
(chino, n. en 1945)

Por sus características totales el ser humano nace como un príncipe, tiene todas las potencialidades para convertirse en rey. El rey simboliza al hombre universal y arquetípico, es el ser humano en plena madurez. Ha recibido la corona de realización, victoria y culminación. El rey pone en acción concreta toda su capacidad y potencia, habiendo vencido a grandes enemigos, como la vanidad, el egocentrismo y la distracción. El rey es la plenitud de vida de todo hombre, que sabe transparentar el mensaje de la trascendencia.

 

Para dejar de ser príncipes y alcanzar la realeza debemos seguir el canto de las aves, mensajeras del cielo, especialmente cuando sus melodías nos llegan de la tradición y del amor. Privar de libertad al amor, no madurar, es quedarnos sin mensaje y sin vida.


El aliento que libera la materia
Chu Teh-Chun
(chino, 1920-2014)