Un astrólogo desconocido Anónimo (Persia, siglo XVIII) |
Había
una vez un adivino y un rey poderoso y despótico al que le molestaba
sobremanera la atención que el pueblo le brindaba a sus predicciones.
Cierto día, decidió mandarlo a matar, no sin
antes dar una lección al pueblo y al astrólogo.
-Dime, amigo de los astros. Tú que todo lo
sabes, ¿podrías decirme que día vas a morir?
El astrólogo miró al pueblo reunido alrededor de
la plaza, miró al verdugo y pidió unos minutos para consultar a los astros,
pasados los cuales el rey preguntó:
-Y bien, ¿qué te han respondido?
-Mi Señor, no me atrevo a decirlo.
-Dilo ya, ¿o no lo sabes?
-Mi Señor, los astros dicen que moriré
exactamente un día antes que su Majestad....
Sobra decir que el ingenioso astrólogo vivió
muchos años en palacio y cuidado con gran dedicación "por las dudas".
La predicción
Constelaciones Pablo Picasso (español, 1881-1973) |
El
cuento presenta la realidad de la predicción, que es prever los resultados de
un acto y anunciar sus consecuencias. Se predicen muchas cosas: el clima, el
movimiento de los astros, los flujos de las mareas, la abundancia de las
cosechas, el curso de las enfermedades, la evolución de los acontecimientos,
las consecuencias de lo que obramos. Tratamos de predecir las situaciones que
tendremos que confrontar en los caminos que sigamos, el bien o el mal al que
nos conduce cada paso que damos.
Todo
lo que nos proponemos es una anticipación de lo que esperamos realizar, y lo
realizado un efecto inmediato de causas precedentes y al mismo tiempo determinante
de futuras realidades. Nuestro caminar en la vida es un complejo tejido de
acciones en las que la predicción es una componente constante. En los animales,
por ejemplo el pájaro, al formar su nido anuncia y anticipa el celo, la
fecundación y la cría. Las investigaciones y cálculos que realiza el sabio,
anticipan y anuncian el carácter y servicio que prestará su próximo
descubrimiento. La semilla que deposita en la tierra el agricultor es un
anticipo y anuncio de la cosecha que vendrá más tarde.
Explican
los antiguos sabios que antes de que exista una cosa es indispensable que
exista el principio por el cual esa cosa es posible y tiende a los fines que le
son propios. Esos principios son llamados entelequias
y los sabios hacen depender de ellos la razón de ser de cuanto existe en el
mundo tanto el infinitamente grande como en lo infinitamente pequeño. Siguiendo
este razonamiento es posible anticipar el resultado ulterior de una cosa si
conocemos la progresión que sigue la entelequia
en que esa cosa tiene su principio, y podremos saber en el instante de partida
lo que vamos a encontrar en el de la llegada. Los antiguos llamaban ciencia de predicción a la que proveía
de estos conocimientos.
Hombre zodíaco Anónimo (Persia, siglo XIX) |
Otro
enunciado antiguo dice que la imagen de
lo que ha de ser ya está hecha, faltando únicamente la materia que la llene.
Tomemos el ejemplo de la semilla. En ella además de existir, en potencia, el
árbol, la flor y el fruto, existen las medidas de tiempo que regulan la
germinación de la una, el desarrollo del otro, el brote de la tercera y la
madurez de los últimos. Si proveemos de la materia que dé cuerpo a todo ello,
es decir, si enterramos la semilla y la regamos, no sólo podremos saber por
adelantado la clase de árbol, flores y frutos que debemos esperar, sino el tiempo
que demorará cada cosa. Aplicado el mismo principio a muchas actividades, ¿no
ha sido como el hombre atesoró las inmensas facilidades de vida que ha
acumulado a través de los tiempos?
El
astrólogo del cuento representa al ser humano que conoce una ciencia de
predicción, y que sabe aplicarla a los caminos que le tocan en la vida. El
cuento no nos dice el método de resolución, pero hace evidente la importancia
de sus conocimientos. Así salva su vida superando el obstáculo que le pone un
poderoso engreído y malicioso.
Sin título Eva Hesse (alemana, 1936-1970) |