Niño con pájaro amarillo Joy Hester (australiana, 1920-1960) |
Un día un hombre se acercó al gran Maestro. Le pidió ayuda para resolver sus problemas, y guía en el camino de la enseñanza.
El Maestro le contestó
que abandonara los estudios espirituales y que se retirara inmediatamente de su
presencia.
Un visitante de buen
corazón recriminó al Maestro por su respuesta.
“Tendrás una
demostración”, dijo el sabio.
En ese momento un
pájaro entró en el cuarto y voló ciegamente de un lado a otro, sin encontrar la
salida para huir.
El Maestro esperó a que
el ave se posara cerca de la única ventana abierta que había en la habitación y
entonces, de repente, aplaudió. Alarmado, el pájaro voló directamente a través
de la ventana abierta, hacia la libertad.
“Para él, ese ruido
debe de haber sido una especie de conmoción, hasta un insulto ¿no crees?”, dijo
el Maestro.
Vuelo y canto
Pintura
Pierre Soulages
(francés, n. en 1919)
El vuelo de los pájaros hace de estos
animales símbolos de las relaciones entre el cielo y la tierra. A veces
representan entidades divinas, seres sobrenaturales que constantemente se
manifiestan en la vida terrenal. Otras veces son las almas que gozan ya de la
plena libertad. También, en culturas milenarias, son mensajes que iluminan las
realidades que los seres humanos experimentan.
Las aves simbolizan los estados
espirituales, los ángeles, los estados superiores del ser. En el extremo
Oriente, los inmortales - seres divinos - toman figuras de pájaros para
significar la ligereza, la liberación de la pesadez terrenal. En la medida en
que los dioses se tienen por seres volantes, las aves son en cierto modo
símbolos vivos de la libertad divina, liberada de las contingencias terrenas.
Así el nido de las aves, ese refugio casi inaccesible, escondido en lo más alto
de los árboles, se tiene por una representación del paraíso, morada suprema de
la divinidad.
De esta última idea surge la
representación del alma como un ave que puede acceder al nido paradisíaco. Es
el alma escapándose del cuerpo para siempre, o en una cercana analogía, es el
vuelo del alma del chamán, que sale en éxtasis a buscar a los que están
perdidos. Tanto en Oriente como en Occidente las almas están posadas, como
pájaros, en el árbol del Mundo, del cual comen, acción que señala las funciones
intelectuales, la inteligencia y la voluntad.
Bambú y pájaro
Ding Yanyong
(chino,1902-1978)
En muchas personas, a lo largo de la
historia, se ha despertado la capacidad de hablar de lo desconocido a la vista
de un pájaro que vuela, y de concentrar la mente después que ha pasado.
Mediante una facultad del alma, se suscita en ellos una captación espontánea de
la inteligencia de cosas vistas u oídas, que son materia de presagio. Supone
una imaginación fuerte y poderosa. A veces, junto a la dirección del vuelo de
las aves, se toman también sus gritos. La adivinación por el vuelo y el canto
de las aves es, en cierta manera, una captación del lenguaje de las aves, y por
tanto del lenguaje celestial.
El pájaro del cuento encerrado en la
habitación representa un aspecto negativo: es el alma que ha caído en la
distracción, volando de aquí para allá, sin método y sin consecuencia. Con la
palmada del maestro el ave encuentra la ventana de la libertad, el rumbo hacia
el nido paradisíaco. Sorprende que la distracción provenga del estudio de
doctrinas espirituales. Para esto es importante entender que la experiencia de
lo Divino, la verdadera libertad, abarca todas las dimensiones de nuestro ser y
no queda atrapada en la mera erudición, aunque sea de textos muy reconocidos.
Los pavorreales de las miradas Ion Tuculescu (rumano,1910-1962) |