Un
Maestro vivía en familia, con su esposa y con su hija, y todos ellos eran
reconocidos por su inmensa sabiduría.Nostalgia
Endre Balint
(húngaro, 1914-1986)
En
una ocasión, un peregrino llegó ante el Maestro y le preguntó: «Dime, el camino
a la iluminación, ¿es fácil o difícil?», a lo cual el veterano respondió: «Es
tan difícil como alcanzar la cima del Everest descalzo».
El
hombre no quedó del todo conforme e interrogó de la misma forma a la esposa del
Maestro y ella le respondió: «El camino a la iluminación es tan fácil como
armar un avioncito de papel».
Antes
de retirarse de ese lugar, el viajero decidió formular la misma pregunta a la
hija, y ella le dijo: «Pues depende. Si lo quieres hacer difícil, es difícil.
Pero si lo quieres hacer fácil, es fácil…».
Una familia
Vera Nedkova
(búlgara, 1908-1996)
Los
seres humanos vivimos la vida como una peregrinación por este mundo. A lo largo
del recorrido no dejamos de aprender infinidad de cosas necesarias para
sostenernos en el movimiento. Cuando pensamos en las dimensiones de lo
aprendido, descubrimos que es tan inmenso que nos parece no tener límites.
También son muchos los maestros, y para descubrirlos los simbolizamos con
experiencias propias.
En
el cuento, una familia de sabios manifiestan la dificultad o la facilidad con
que vamos asimilando todo lo que muchos maestros nos transmiten en nuestra
peregrinación. En el caso del padre tenemos la figura de autoridad: jefe,
patrón, profesor, protector. También es una figura de trascendencia, de lo que
queremos llegar a ser. Solo puede aceptarse con un amor recíproco de adulto.
Por eso habla de lo difícil que es la iluminación.
Tetragramista II
Oswaldo Vigas
(venezolano, 1926-2014)
La
madre se relaciona con el mar como también con la tierra, en el sentido que ambos
son receptáculos y matrices de la vida. La madre es la seguridad del abrigo,
del calor, de la ternura y el alimento. También tiene el riesgo de la opresión
debido a la estrechez del medio y al ahogo por una prolongada sobreprotección.
Pero la madre hace fácil todo, aún la muerte, pues es un retorno a la Tierra, a
ella.
La
hija es el símbolo de la protección inesperada, es aquella cuya pureza
desinteresada viene a socorrer al hombre amenazado por las aguas. Recordemos a
Moisés, el rescatado de las aguas por la hija del faraón, y así tantos relatos
que pueblan las tradiciones. También la hija representa lo inconsciente
individual que, al encontrarse con la conciencia, le brinda un fragmento de la
memoria del mundo que ha recibido de su padre.
Esta
hermosa familia de maestros manifiesta la innumerable cantidad de maestros que
encontramos en nuestro camino, la mayoría de ellos tan sutiles y sencillos que
raramente percibimos sus presencias. Quizás el mejor discipulado que podemos
ejercer es el sincero agradecimiento a los que nos guían con generosidad,
conocidos y desconocidos. Ellos nos hacen formar parte de la cadena de oro que
vincula a los seres humanos en el camino hacia una Plenitud que esperamos.
La marcha de los triángulos Ilka Gedo (húngara, 1912-1985) |