martes, 13 de septiembre de 2011

No puede impedirse el viento


“No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.”  Es un dicho holandés, que nos ayuda a entender los cuentos.  Porque ellos son como vientos que surgen de cualquier lado.  Los sentimos, algunas veces hasta los padecemos, pero podemos sacarle provecho, construyendo molinos. 

Los molinos son las distintas interpretaciones que ponemos a los cuentos. 

El cuento nos sitúa en un ambiente, nos muestra aspectos de la realidad.  Si sigo la letra del cuento aprendo sobre cosas, lugares, situaciones.

Puedo pensar que, en un cuento, los personajes y las cosas están representando algunas características de la realidad.  Por ejemplo, un anciano representa la sabiduría, un ángel representa a las personas protectoras de nuestra vida.  A veces decimos que un pozo simboliza un estado de angustia, o que un abismo es un grave problema.  Podemos pensar muchas representaciones del mismo personaje.

En las tradiciones, se narran los cuentos para enseñar cómo actuar en las distintas circunstancias.  De esta manera se inculcan valores éticos en los oyentes. Y del mismo modo se plantean advertencias, para evitar que hagamos cosas inconvenientes.

Los cuentos también nos llevan de la mano para conocer nuestra interioridad, guiándonos hacia nuestro enriquecimiento y plenitud espiritual.  Lo que pasa en el cuento simboliza lo que sucede en nuestra alma, el centro de nuestra vida.

Los sentidos y las interpretaciones son valiosos en la medida que me sirvan para la vida presente. No dejemos de lado ninguno.

El cuento es vida, emoción, sueño, oportunidad, libertad, memoria.  Con estas claves, leamos los siguientes relatos.
Símbolo
del gremio
de los sastres.

Los dos sastres (cuento anónimo europeo)

Dos sastres trabajaban el uno frente al otro desde hacía muchos años. Cortaban y cosían incansablemente, hablando de vez en cuando de distintas cosas.
Uno le dijo al otro:

-¿Irás de vacaciones este año?

-No - ya fui.

Regresaron a su silencio. Más tarde, el sastre que había preguntado, sabiendo que su amigo no había ido, ya que no recordaba ninguna ausencia le preguntó:

-¿Y adónde fuiste?

-A la India.

-¿A la India?

-Sí. Fui a cazar el tigre de Bengala.

-¿Fuiste a cazar el tigre de Bengala? ¿Tú?

Los dos hombres habían dejado de trabajar y se miraban. El segundo sastre, que parecía muy tranquilo, retomó la palabra para contar lo siguiente:
El sastre, 1575.
Giovanni Battista Moroni (Italia, 1520-1578)

-Partí al alba sobre un magnífico elefante que un gran príncipe me había prestado. Armado con cuatro fusiles de culatas de plata y acompañado por una escolta de ojeadores, me aventuré en una montaña solitaria. De repente un tigre enorme se levantó rugiendo frente a mi montura, el tigre más grande que nunca se había visto en aquella región de Bengala. Mi elefante, asustado, se tiró para atrás, me caí en unos matorrales espinosos, los porteadores huyeron, entonces yo saqué un fusil y gatillé, pero no salió ninguna bala, lo mismo con el segundo fusil, el tercero y el cuarto. No pude disparar. El tigre se me echó encima y me devoró.

-¿Te devoró? -preguntó el primer sastre, que había estado escuchando estupefacto.

-Me devoró... por completo, hasta el último pedazo de carne.

-Pero si estás vivo, aquí junto a mí.

Entonces el segundo sastre retomó el hilo y la aguja y mirando a su amigo le dijo:

-¿A esto le llamas vida?


 El tiempo y las bananas

Un hombre decidió pasar algunas semanas en un monasterio de Nepal. Cierta tarde entró en uno de los numerosos templos de la región y encontró a un monje sentado en el altar, sonriendo. Le preguntó por qué sonreía.

- "Porque entiendo el significado de las bananas", fue su respuesta.

Dicho esto, abrió la bolsa que llevaba, extrayendo de ella una banana podrida.

- "Esta es la vida que pasó y no fue aprovechada en el momento adecuado; ahora es demasiado tarde."

Seguidamente, sacó de la bolsa una banana aún verde, la mostró y volvió a guardarla.

- "Esta es la vida que aún no sucedió, es necesario esperar el momento adecuado."

Finalmente tomó una banana madura, la peló y la compartió con él.

"Esta es la vida en el momento presente. Aliméntate con ella y vívela sin miedos y sin culpas."


Naturaleza muerta,1916
Emilio Pettoruti
 (argentino,1892 -1971)