domingo, 25 de mayo de 2014

BAHAUDIN Y EL CAMINANTE

Exorcismo
Oganes Tatevosyan (georgiano, 1889-1974)

Bahaudin el-Shah, gran maestro de los derviches Naqshbandi, encontró un día a un compañero en la gran plaza de Bujara. El recién llegado era un derviche errante. Bahaudin estaba rodeado por sus discípulos.

“¿De dónde vienes?”, le preguntó al viajero, con la expresión sufí habitual.

“No tengo ni idea”, dijo el otro, riendo estúpidamente.

Algunos de los discípulos de Bahaudin murmuraron su desaprobación por esta falta de respeto.

“¿Adónde vas?”, prosiguió Bahaudin.

“No sé”, gritó el derviche.

“¿Qué es el Bien?”

Para entonces ya se había reunido una gran multitud.

“No lo sé.”

“¿Qué es el mal?”

“No tengo ni idea.”

“¿Qué es lo Correcto?”

“Todo lo que es bueno para mí.”

“¿Qué es lo Equivocado?”

“Todo lo que es malo para mí.”

Las gentes, agotada su paciencia e irritada por este derviche, lo apartaron. Éste se fue caminando decididamente a grandes pasos en una dirección que no llevaba a ninguna parte, muy lejos.

“¡Idiotas!”, dijo Bahaudin Naqshband, “este hombre estaba representando el papel de  la humanidad. Mientras ustedes le despreciaban, él estaba mostrando deliberadamente la falta de atención que todos ustedes muestran, de forma inconsciente, todos los días de sus vidas”.

La fiesta de los locos.

         Los “derviches” son miembros de grupos religiosos islámicos, que pueden poner el acento en la práctica, los que llamamos ascetas, o pueden estar volcados a una vida de profundidad espiritual, los que denominamos místicos.  En otras doctrinas religiosas encontramos configuraciones parecidas.

Desierto Luminoso
Monir Farmanfamaian
(iraní, n. en 1924)
         Los protagonistas del cuento pertenecen al grupo místico, que en el Islam se los suele llamar “sufí”.  Son personas de alta realización espiritual, y su nombre hace referencia a la suavidad de sus actitudes, como también a la pureza de sus corazones.  No se sabe cuántos son porque, salvo algunos grupos, no tienen elementos externos que los distingan de las personas comunes.  La humildad que los envuelve, como también la discreción de sus vidas, nos hace sospechar que son muchos más de los que generalmente se calcula. 

         El personaje central, Bahaudin Naqshband Bukhari (uzbeko, 1318-1389) ,fue el maestro fundador de la orden Naqshbandi, nombre que hace referencia a llevar a “Dios grabado en el corazón”, lo cual realiza un “lazo con Dios”, un vínculo sólido con el mundo de la Divinidad.  En el cuento, es el maestro que nos ayuda a entender la actitud del derviche errante, que parece un loco.

         En la antigüedad, los locos no estaban tan mal considerados como en nuestro tiempo.  Por ejemplo, se tiene noticia que en la Iglesia Católica se celebraba una “fiesta de los locos”, con bailes paganos, disfraces y mucha bebida.  Se hacía después de Navidad, con las fiestas de San Juan Evangelista, San Esteban, los Santos Inocentes y el Fin de Año.  En España, dejaban que los dementes de las ciudades tomaran los cargos de gobierno civil y eclesiástico, y ese día podían hacer lo que quisieran.  Finalmente, la esta “fiesta de los locos” fue condenada por la una larga lista de autoridades entre el 1300 y el 1500 aproximadamente.  La prohibición fue a causa de muchos excesos, pero seguramente en ellas aparecieron muchas verdades, como ocurre en el cuento.

La diversión de los locos
Adriaen Van de Venne
(holandés, 1589-1662)
         El derviche errante muestra la insania que significa vivir sin saber de dónde se viene y a dónde se va.  En la humanidad se toman decisiones importantísimas sin saber el origen ni el destino de la persona humana.  Parece que se intentara ocultar dos aspectos naturales del ser humano, que comparte con todo el universo, que son nacer y morir.

         El caminante muestra también las consecuencias de este desatino, que consiste en la referencia al propio yo, que es lo que constituye uno de los tristes males de nuestro tiempo: el egoísmo.  No hay bien ni mal, y se vive solamente “para mí”: lo que siento, lo que me sirve y lo que me molesta, y ninguna otra consideración.

         Cuando alguien, como el errante, nos muestra lo que somos, nos podemos enojar como los discípulos de Bahaudin, o podemos escuchar al maestro que nos muestra lo sencillo que es vivir plenamente. Consiste en mantener nuestra conciencia alerta sobre nuestro origen y el destino hacia dónde vamos.  De esta manera quedaremos dispuestos para la intuición profunda de la verdad, del bien y de la belleza que hay en todo ser, en la tierra y en el cielo.



Migrante 8
Hayv Kahraman
(iraquí, n. en 1981)