La celda dorada
Odilon Redon
(francés,
1840-1916)
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El discípulo quería un sabio
consejo.
- "Ve, siéntate en tu celda, y
tu celda te enseñará la sabiduría", le dijo el Maestro.
- "Pero si yo no tengo ninguna
celda... si yo no soy monje."
- "Naturalmente que tienes una
celda. Mira dentro de tí."
El valor de la contemplación
Ermitaños y monjas
Mikhail
Vasilevich Nesterov
(ruso, 1862
- 1942)
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La propuesta del Maestro desafía
profundamente a la modernidad. Es una invitación a la contemplación, abierta a
todas las personas sin ninguna distinción. La interioridad es propia de todo
ser humano, y mirar dentro de tí, el
único consejo de este brevísimo cuento nos abre la puerta de una aventura
sorprendente.
¿De qué sirve la mirada en la
interioridad?, se pregunta el hombre contemporáneo, ¿tiene algún sentido en
nuestro tiempo? Es tan inmensa la contemplación que desde muy antiguo se suman
las respuestas a estos interrogantes y no se alcanza su fondo. Veamos algunas
consideraciones, pero antes es importante insistir en que la interioridad es
propia de todo ser humano, sea que esté en alguna religión o haya prescindido
de todas ellas. Tanto el religioso como el hombre secular tienen la misma
posibilidad en la contemplación.
Todos los hombres buscamos una
plenitud. En el mundo religioso, especialmente en Occidente, se ha planteado
una postergación de esta meta para un cielo como lugar lejano. La contemplación
nos muestra que esa búsqueda tiene ya su respuesta: es aquí. Los contemplativos tratan todas las cosas como sagradas, cada
una les muestra una profundidad inesperada. Por ejemplo, los biólogos son
capaces de ver beneficios para muchos en organismos formados por unas pocas
células, si tienen la paciencia de buscar en el propio interior. Un científico
que no mira dentro, no encuentra nada afuera, pero cuando se sumerge en su aquí, entonces aparece la plenitud.
Monjes en bodega de vinos
Vincent
Stoltenberg Lerche
(noruego, 1837-1892) |
Muchas veces nos prometen cosas para el
futuro: si te sacrificas ahora, después verás los beneficios. Esto se aplica en
varios órdenes de la vida humana: personal, social o político. Es como si nos
dijeran pague ahora y goce después.
Para el contemplativo esta pauta no es válida. Cada momento es pleno en sí
mismo y como máximo engendra el siguiente: caminante
no hay camino, se hace camino al andar, canta Antonio Machado. Cada momento es un regalo único y completo en
sí mismo, y no hay sensación de frustración si no se ha acumulado mérito,
poder, conocimiento o dinero. La contemplación nos abre al ahora, que es concentración del pasado y una semilla potente de
esperanza para el futuro.
Aquí
y ahora han formado parte del mensaje de los grandes Maestros de la
humanidad, en los distintos contextos religiosos y culturales que ha atravesado
la humanidad. Y es fácil darnos cuenta que este aquí y ahora es esencial en la dignidad humana. Si le digo a
alguien que tiene que ir a un lugar distinto de donde está para alcanzar
sabiduría, lo estoy exiliando de la posibilidad de su plenitud. Y si le digo
que tiene que esperar un futuro que se está haciendo, entonces lo estoy
privando de su libertad.
El consejo del Maestro del cuento es
muy valioso para alcanzar la sabiduría que buscamos. En nuestra celda hay
muchas más virtudes que, a poco que las pensemos, nos llevarán a desear
ardientemente sentarnos en ella.
Felicidad
Emily Carr
(canadiense,
1871 - 1945)
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