domingo, 18 de agosto de 2019

DE LAS INVENCIONES MODERNAS

Invención
Man Ray
(norteamericano, 1890-1976)



- "Se puede aprender algo de cualquier cosa", dijo una vez el rabí de una ciudad a sus discípulos.

- "Cada cosa puede enseñarnos algo, y no sólo lo que ha creado Dios. Lo que hizo el hombre también puede enseñarnos".

- "¿Que podemos aprender de un tren?", pregunto dubitativamente un discípulo.

- "Que a causa de un segundo podemos perderlo todo."

- "¿Y del telégrafo?"

- "Que cada palabra se cuenta y se cobra"

- "¿Y del teléfono?"

- "Que lo que decimos aquí se oye allá"


El misterio que nos rodea
 
Teléfono
Richard Lindner
(alemán, 1901-1978)
El símbolo acompaña la vida del hombre, en cualquier lugar del mundo y en cualquier época. Ayuda al ser humano a acercarse a las realidades que no se perciben fácilmente a través de los sentidos, pero que son más importantes para la vida que otras más evidentes. Un ejemplo clásico es el amor, que se simboliza de muchas maneras pero en su esencia es invisible.  

Lo que percibimos es el símbolo, porque tiene un aspecto que puede ser advertido por los sentidos. A esto podríamos llamar la dimensión material del símbolo, siempre presente aunque no nos demos cuenta de sus significados variados y múltiples. Junto a esta materialidad está la dimensión del nombre.

Es impresionante cuando pensamos en el origen de las palabras, los distintos idiomas, lo misterioso de la construcción humana de cada término. En los comienzos de la humanidad ellas no estaban en ningún lado, sino que fueron producto de sonidos repetidos por unos e imitados por otros para designar cosas que importaban. Siglos y siglos de existencia para que, tardíamente, se fueran plasmando signos escritos para no depender solamente de la voz. Como dicen los mitos antiguos, la palabra es obra de dioses o de seres extraordinarios.

A través de la materialidad y el nombre que tiene, el símbolo nos revela lo desconocido, lo que está más allá de los sentidos, mostrándonos la inmensa riqueza de la realidad que nos rodea, y que nos habita. Cada símbolo refiere a una o varias realidades trascendentes, y a la vez enseña la inmensidad de nuestra interioridad que, de tan simple y evidente, nos cuesta darnos cuenta.
 
Síntesis de comunicaciones
Benedetta Cappa
(italiana, 1897-1977)
Los símbolos pueden ser objetos naturales o artificiales, frutos del quehacer humano. En cada cosa inventada hay un significado oculto y, por lo general, múltiple. Esta es la idea del cuento que estamos considerando. El maestro trata de despertar a sus discípulos a una lectura más profunda de la realidad, aún en las maquinarias modernas y sofisticadas. ¡Cuántas cosas más se podrían decir del tren, del telégrafo y del teléfono!

En la metodología del rabino descubrimos no solamente las sentencias que enseñan, sino también las preguntas que abren horizontes. El símbolo nos lleva a situaciones tan amplias que creemos enloquecer. Desde este punto podemos comprender la locura y el arrebato de tantos artistas en diversas disciplinas, pues en cada una de ellas se trata de encontrar el paraíso invisible a través de señales sensitivas.

Aprovechemos este comentario para descubrir que cada uno es un símbolo, portador de significados para sí mismo y para los demás. Ese es nuestro destino y nuestra misión. Como destino, es inexorable, no podemos cambiar ni una coma del mensaje que somos y de lo que significamos para otros, cercanos o lejanos. Como misión podemos comprometernos a hacerla o no. Si aceptamos, disfrutaremos. Si no queremos la misión no pasará nada, simplemente perderemos una oportunidad de entender quiénes somos y de acercarnos al misterio en el que vivimos sumergidos.
 
Invención de la electricidad
Féliz Labisse
(francés, 1905-1982)