domingo, 7 de junio de 2020

EL GRANO DE MAIZ

 

Niño indígena con tallos de maíz
Diego Rivera
(mexicano, 1886-1957)

En una historia contemporánea pero cuya estructura es también antigua —historia que se cuenta en todos los centros psiquiátricos—, un hombre es internado porque se cree un grano de maíz. Un día lo dan por curado y sale. Un momento más tarde, el psiquiatra lo ve volver a toda prisa, aparentemente aterrado.

—¿Qué le ocurre? —pregunta el doctor.

—Es terrible —contesta el hombre—. Al salir me he encontrado con una gallina.

—¿Y? —le dice el doctor—. ¡Ya sabe que no tiene nada que temer! ¡Que usted no es un grano de maíz!

—Sí, doctor, yo lo sé. Pero ¿la gallina también lo sabe?

 


Algo del delirio

 

Gallina y pollitos
Andrea Cherubini
(italiano, 1833-1905)

Muchas son las funciones que desempeñan los locos en las civilizaciones. Un verdadero sabio para la humanidad, el filósofo Platón (griego, c. 427-347 a. C.), dejaba la siguiente enseñanza:

 

Cuando los pueblos han sido víctimas de epidemias y de otros terribles azotes en castigo de un antiguo crimen, el delirio, apoderándose de algunos mortales y llenándoles de espíritu profético, los obligaban a buscar un remedio a estos males, y un refugio contra la cólera divina con súplicas y ceremonias expiatorias. Al delirio se han debido las purificaciones y los ritos misteriosos que preservaron de los males presentes y futuros al hombre verdaderamente inspirado y animado de espíritu profético, descubriéndole los medios de salvarse.

 

El personaje del cuento parece menos importante que los delirantes mencionados en el fragmento citado, pero expresa ciertos símbolos que nos llaman la atención. Él cree que es un grano de maíz, lo que nos remite a la metáfora cristiana invitándonos a ser un grano de trigo. Su error está en el hecho de no comprender qué significa una metáfora, un símbolo. No está en nosotros el juzgar sus capacidades sino en meditar en lo que su actitud significa, tal como el filósofo griego nos enseña a mirar a los mortales traspasados por el espíritu profético.  

 

Las antiguas culturas mexicanas consideraban que el maíz es expresión del sol, del mundo y del hombre. De esta manera reunían en un símbolo los tres aspectos de la realidad completa. En el sol veían el ámbito de lo divino, el mundo abarcaba el universo y el hombre era puesto como mediador entre el cielo y la tierra. Con esa visión de la realidad se construyeron civilizaciones y se elaboraron religiones con ritos complejos y templos que aún deslumbran.

 

Oxomoco y Cipactonal
(del Códice Borbónico)
Anónimo azteca, 1562

El grano de maíz como el de algunas plantas básicas para la alimentación del ser humano, muestra la alternancia de la vida y la muerte, de la vida en el mundo subterráneo y la vida a plena luz, de lo no manifestado y la manifestación. Los granos son semillas que se entierran para que con su desaparición crezca una nueva planta. Se comprende entonces que el protagonista tema ser comido por una vulgar gallina.

 

Si viviéramos en algunas de las variadas culturas africanas nos enteraríamos que la gallina desempeña un papel de psicopompo, guía de las almas en algunos ritos iniciaticos. Es el mismo rol que han cumplido los caballos en otras partes del mundo como también aún lo hacen los perros en las modernas civilizaciones.

 

Escuchémonos unos a otros porque todos, cuerdos o delirantes, tenemos algo muy importante para decir.


Los tormentos de San Antonio
              Michelangelo Buonarotti
           (italiano, 1475-1564)